Revista Coaching

¿puede un ordenador llorar...?

Por Antonio J. Alonso Sampedro @AntonioJAlonso

¿PUEDE UN ORDENADOR LLORAR...?

No hace mucho escribía… “Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros”, en donde abordaba la cuestión de la introducción de la ética en la inteligencia artificial. Pero algo tan genuinamente humano como es la moral no es lo único que se pretende trasladar a los sistemas de computación, pues parece que pronto la interpretación y gestión de nuestras emociones será algo usual al tratar con cualquier ordenador normal.

El que mi portátil pueda llegar a descifrar mis estados de ánimo y de esta manera adecuar su actividad para supuestamente poderme ayudar es algo que me inquieta pues me recuerda a Hal 9000, la computadora que aparece en la película… “2001: Una odisea del espacio” de S. Kubrick (1968), cuyos devaneos con el estado emocional de los astronautas de la nave espacial Discovery llevan a un resultado fatal.

En mi cruzada por intentar equilibrar en importancia lo emocional con lo racional ante la exagerada preeminencia de lo primero en los gustos que ahora dictan la moda de todo lo relacionado con el desarrollo personal, nunca imaginé que además a ello se uniría la computación afectiva, el colmo de la sinrazón pues ordenador y emoción son tan poco amigos como el aceite y el agua intentando mezclarse en un bidón. ¿Qué tipo de programación puede lograr que un ordenador pueda llorar…?

Definitivamente, el que un computador llegase a interactuar con nosotros en función de nuestro estado de ánimo ayudándonos así en su gestión sería una malísima noticia para Daniel Goleman (y para la humanidad), pues en su libro “Inteligencia Emocional” debería borrar eso del Auto-Control como necesario para ser una persona cabal. Al final, ser persona llegará a ser algo sin dificultad, siempre que aceptemos convertirnos en marionetas de lo simple e insustancial.

¡A donde vamos a llegar…!

Saludos de Antonio J. Alonso Sampedro


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