Revista Religión
1 Corintios 6.9-11 | Biblia en un año: Nehemías 8-10 | Si se siente culpable por los pecados de su pasado, la Biblia le garantiza algo muy especial. Debido a que los creyentes corintios estaban también luchando con esto, Pablo les dio —y nos da nosotros, también— este consejo y esta esperanza: “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Co 6.11).
En los versículos anteriores a estas palabras de ánimo, Pablo enumera algunos estilos de vida vergonzosos que continúan hasta nuestros días. Cada semana, los pastores saben de personas que se preguntan si el Señor puede perdonarlas por su estilo de vida homosexual, por su adulterio, por su conducta abusiva, o por una transgresión más de las muchas que han cometido. La respuesta es sí. Él puede perdonar, y perdonará, todo pecado según 1 Juan 1.9.
Hasta que un creyente entienda cómo el Señor perdona y quita el pecado, cargará con el peso del sentimiento de culpa. Las promesas de que mejorará su conducta no servirán de nada. El perdón se basa solo en la sangre derramada de Jesucristo. Él llevó su pecado en la cruz y murió en su lugar. Cuando reconoce que solo Él tiene el poder de hacerle justo delante de Dios, usted llega a ser libre. Se le da una nueva manera de pensar guiada por el Espíritu Santo, para enfocarse en las cosas de Dios, no en sus deseos pecaminosos.
¿Se despierta usted cada mañana arrastrando sus sentimientos de culpa? No tiene que ser así. El Señor está esperando quitarle esa carga y lanzarla tan lejos, como está el oriente del occidente (Sal 103.12). Lo único que tiene que hacer es entregarle su carga y recibir su perdón.
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