El premio Nobel de Medicina de 1993, Richard J. Roberts, acusa a los laboratorios de producir medicamentos que en lugar de curar las enfermedades las hacen crónicas y de bloquear la producción de fármacos que curan y eliminan las enfermedades "porque no son rentables". Y agrega que todo eso se hace "con la complicidad de los políticos".
En una entrevista que ya publicó La Vanguardia en julio de 2010, el científico ya denunciaba que las farmacéuticas se dedican a desarrollar medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad. Afirmaba Roberts que muchas de las enfermedades que hoy son crónicas tienen cura, pero que los laboratorios prefieren esperar para seguir recaudando dinero. Y añade que los poderes políticos lo saben, pero las multinacionales compran su silencio financiando hasta campañas electorales.
Aquellas declaraciones están cobrando fuerza en la red actualmente, quizás impulsadas por otras acusaciones y datos que colocan a los grandes laboratorios bajo sospecha. Por su interés, las reproducimos en parte:
- ¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?
- Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital privado, es mucho más eficiente, pero tengo mis reservas.
- Le escucho.
- La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.
- Explíquese.
- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital...
- Como cualquier otra industria.
- Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.
- Pero si son rentables, investigarán mejor.
- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.
- Por ejemplo...
- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad...
- ¿Y por qué dejan de investigar?
- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.
- Es una grave acusación.
- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores, mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que digo.
- Hay dividendos que matan.
- Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.
- ¿Un ejemplo de esos abusos?
- Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.
- ¿No me habla usted del Tercer Mundo?
- Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.
- ¿Los políticos no intervienen?
- No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.
- De todo habrá.
- Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos - y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras...
Se acercan las elecciones y el ciudadano, ante acusaciones como la de Robers, tiene que reaccionar con indignación y debe hacerlo no votando a la chusma política que renuncia al bien común y al interés general posicionándose en contra de la salud y del lado del gran capital. Sin nuestro voto, los corruptos no son nada. Votar a la chusma política es inmoral.
Revista Opinión
¿Pueden ser tan viles nuestros políticos? ¿Vas a votar a esa chusma?
Publicado el 04 mayo 2011 por FrankySus últimos artículos
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