Unidad motorizada de las Waffen SS (Totenkopf) se preparan para el asalto en el sector de Leningrado. La swástika sobre el vehículo sirve para que los aviones de la Luftwaffe no lo confundan con el enemigo.
Camaradas,
El triunfo de los alemanes en el sector de Leningrado es completo y definitivo a pesar de la obstinada resistencia de las tropas de Voroshilov. La antigua capital de los Romanov está ya enteramente cortada del exterior por vía terrestre. Sus dos millones de habitantes y todo el Ejército quedan amontonados en un territorio que se reduce a la orilla meridional del Golfo de Finlandia y el Lago Ladoga. Por el sur, los soldados del Reich han llegado a Gatchina, a unos treinta y cinco kilómetros de Leningrado. Por el este, han alcanzado el Neva y asaltado Schlüsselburg, situada a la misma distancia de la ciudad. Gatchina y Schlüsselburg son dos de las numerosas residencias veraniegas que el fundador de San Petersburgo, Pedro I, y sus sucesores, construyeron alrededor de la capital, de forma paralela al Pardo y Aranjuez en Madrid y a Versalles y a Sans-Souci en París.
Avance alemán sobre Leningrado desde el 9 de julio hasta hoy.
Los alemanes se encuentran, por lo tanto, en el interior del distrito de Leningrado, casi podríamos decir en sus arrabales. Para los bolcheviques ya no hay manera de escapar de la tenaza que los alemanes forman por el sur y el este y los finlandeses por el norte. Ciertamente, por el mar pueden comunicarse todavía con la Flota refugiada en Kronstadt, pero esta misma flota, ya muy reducida por las terribles pérdidas sufridas en Tallinn, se encuentra gravemente amenazada y destinada a hundirse o rendirse; dentro de poco no le quedará ningún puerto ni la posibilidad de salir del Golfo a alta mar.
Por otro lado, ¿cuánto tiempo podrán resistir los defensores de la península de Hango arrebatada a los finlandeses hace año y medio? El cerco establecido alrededor de Leningrado y Kronstadt promete ser la más gigantesca de todas las batallas de aniquilamiento.
Primeras víctimas de los bombardeos alemanes en las calles de Leningrado.
Hoy se ve que el Gobierno Bolchevique acertó al trasladar la capital a Moscú. La ciudad de Pedro el Grande se encuentra realmente demasiado cerca de la frontera con Finlandia y Estonia para que Lenin y sus cómplices hayan podido sentirse tranquilos en ella. Ciertamente, en la actualidad tampoco distan las tropas alemanas mucho más de un par de doscientos kilómetros de Moscú, pero desde allí se escapa con facilidad hacia el Volga y los Urales. Como en su día dijera Alejandro Magno a Darío III, así podría decirle el Führer a Stalin: “¡Puedes correr hasta el fin del mundo, cobarde, pero nunca huirás lo bastante lejos!”
Tod dem Bolschewismus!Es lebe der Führer!