El Puente de San Pedro en Pamplona es considerado el más antiguo de la ciudad. En 1719 se le conocía como Puente del Abrevadero, por la cercanía de un ejemplar de este elemento y asimismo Puente de Ribas, quedando al final con la denominación actual de Puente de San Pedro, nombre que toma por la proximidad del convento de las monjas de San Pedro de Ribas.
Morfológicamente de tradición románica se atribuye su origen como un puente de factura de fuerte impronta romana en la parte más antigua, con ampliación medieval hacia el siglo XII dada la estrechez original y que tras otras reformas, ha llegado a nuestros días con la estampa que presenta.
Situado junto al barrio del mismo nombre, está levantado junto al primitivo poblamiento romano de Pamplona que ocupaba el actual barrio de la Catedral por lo que se piensa que dejaría pasar el ramal que uniría el casco urbano con la vía romana existente en la época.
Hecho de mampostería, tiene una longitud de 60 metros y tres preciosos arcos de medio punto, el central más elevado de 11 metros y los dos laterales de 10 metros en la luz del vano. En los extremos remata con dos cuadrantes de arcos laterales. Presenta tajamares aguas arriba en ángulo y su carrera con perfil de lomo de asno tiene una anchura de 4 metros y 7 metros de altura sobre el río. La bóveda aparece doble y formada por dos arcos de distinto radio y espesor y en conjunto, al no presentar una longitud de vanos muy grande transmite una sensación de robustez aligerada por la perfecta simetría de los arcos.
Se conserva bien, pese al tráfico rodado, aunque se aprecian unas cruces de hierro que unen transversalmente las dos partes del puente, que tenderían a abrirse longitudinalmente. En la margen derecha presenta un crucero jacobeo similar al del próximo Puente de Santa Engracia.
Fue declarado monumento nacional desde 1939.
Texto: Rosi Cuevas
@Imagen: Juan Sánchez
Sección en "Curiosón": "Puentes de Rosi"