Dos historias diferentes, ambas las he vivido yo, no me las han contado. La primera sucedió en España, y se trata de una ocasión en la que iban a poner unos fuegos artificiales en un parque de la ciudad. Este parque quedaba pasando una calle con bastante tráfico, sobre la calle cruzaba un puente de peatones, así que para evitar accidentes, pusieron un policía a cada lado del puente para obligar a la gente a que pase por este, en lugar de arriesgarse a pasar por debajo.
En otra ocasión, estando ya en México, iba a cruzar una calle importante con abundante tráfico; sobre la calle existía igualmente un puente peatonal a unos 100 metros de donde me encontraba. Me dirigí hacia el puente para cruzar, sin embargo, de repente me salió al paso un policía de tránsito y me preguntó que si quería cruzar la calle, le dije que sí. En eso el policía detuvo toodo el tráfico de decenas de coches que circulaban por esa importante calle para que yo, y solamente yo, pudiera cruzar con total tranquilidad y sin necesidad de recorrer los 100 metros que me separaban del puente.
Por lo general a nadie nos gusta cruzar por los puentes, pero en México creo que están mas de adorno todavía que en otros lugares. Es de llamar la atención como los vecinos de la zona suelen hacer manifestaciones exigiendo el puente para cruzar la avenida que está cerca de sus casas, sobre todo después de que atropellan a tres o cuatro chiquillos y alguno de ellos se muere (que cosas tienen, pa que se andan muriendo). Entonces es cuando las autoridades se deciden a poner el puente. Pero una vez que el puente está instalado, los únicos que los usan son los perros, y es que, a pesar de estar ubicados en calles donde realmente son necesarios, estos puentes suelen ser muy incómodos para subir o bajar. La mayoría de los puentes son de escaleras, unas escaleras mas empinadas que los pirineos, por lo que casi necesitas llevar aparejos de escalada para no romperte la crisma. Por lo general tienen que hacerlos así de altos para permitir el paso por debajo a camiones con gran altura. Estos puentes suelen ser unas construcciones metálicas, sin embargo cada escalón está relleno de cemento para evitar que la gente nos resbalemos. Yo no se si lo hacen adrede, pero además de que las escaleras están empinadas, cada escalón es muy pequeño, y yo no es que sea descendiente de pie grande, pero se me sale el pie del escalón.
Como os comentaba, el puente es de metal, y tal vez nos suene a que esto lo hace mas resistente y tal, sin embargo a mi me da pánico, no tanto por que se vaya a caer el puente, sino porque pegado... no, pegado no, tocando al puente, pasan miles de cables que viajan de un poste a otro.
Yo no se si estos cables vayan cargados de electricidad, que como muy bien sabéis no soy experto en ningún tema; pero dentro de mi ignorancia tengo entendido que si un cable electrificado toca algo de metal, es mejor no tocar ese metal si no quieres conocer el auténtico baile de san vítor, o ¿Estaré equivocado?.
De unos años a la fecha se ha puesto de moda eso de respetar a los que andan en silla de ruedas o tienen dificultad para desplazarse, cosa que me parece genial. Por ello, para facilitarles un poco la vida a estas personas, les ha entrado la moda ahora de hacer los puentes con rampas. La madre que los parió, que rampas chaval, si es que hace falta ser el rey de la montaña del tur de Francia pa poder subir eso, dudo que alguien en silla de ruedas pueda subirlas a menos que sea un medallista olímpico. Si a mi andando me saca el aire, y no fumo, que será de la pobre señora en silla de ruedas. Y claro, como son de rampas, eso provoca que la subida sea mas larga que la vuelta ciclista a Europa, que hasta por etapas la tienes que subir colega. Y bueno, ya aprovechando que está ahí el puente, hay que llenarlo de publicidad, para que la ciudad quede bien adornada con anuncios por todos lados, además de recuperar la inversión por su construcción, que todo en esta vida es negocio leñe.