Inquietante escena de principios del siglo pasado, durante la construcción de uno de los puentes neoyorquinos. Los solares que rodean esta super estructura, son el resultado de la liberación de espacio que para su construcción se acometió, pero una imagen muy distinta es la percibida.
Cuando encontré esta foto, me dio la sensación de que era la megalítica presencia del puente, la que marchitaba con su sombra todas las posibles viviendas de su alrededor, como un hayedo insolidario que no permite la presencia de otras especies arbóreas. Una figura tan imponente, que convierte el día en noche. Un muro infranqueable.
Es algo que los que viven cerca de Puente de Vallecas conocen bien. Pese a su mucho menor tamaño, este puente supone una barrera difícil de salvar socialmente. A un lado Madrid centro, al otro, el barrio de Vallecas... y debajo, "sin techo" que encuentran un mínimo refugio de las inclemencias del tiempo, pese al insoportable ruido del tráfico rodado y entre coches desvalijados y abandonados. Un paseo nocturno nada recomendable.