En este artículo va a ser nuestra protagonista la Nuestra protagonista la solitaria Puerta de Hierro. Puerta que tiene el honor de ser una de las cuatro puertas monumentales que han llegado hasta nuestros días en Madrid. Dando una paseo por nuestra querida Villa podemos llegar a encontrar el resto. A pocos pasos del Palacio Real tenemos la puerta de la Cuesta de San Vicente, más al sur, abriendo la ciudad al río Manzanares, la puerta de Toledo y, por último, a pocos pasos del Parque de El Retiro, uno de los iconos de Madrid, la puerta de Alcalá. ¿Queréis conocer a nuestra protagonista un poquito más?
Una de las curiosidades de esta puerta es que, a diferencia de las otras que hemos comentado, es una puerta que no tenía como función permitir la entrada a Madrid. Entonces, ¿A donde daba acceso esta bellísima puerta? ¿Cuál era su uso? Pues bien, la puerta de Hierro era el acceso principal a uno de los cotos preferidos de la monarquía hispánica, El Real Sitio de El Pardo. El rey Fernando VI, gran aficionado a la caza, mandó construir esta puerta en el camino de El Pardo para entrar a uno de sus lugares favoritos allá por el siglo XVIII. Quiso delimitar entonces este espacio de caza con una valla hecha de piedra y ladrillo que alejara del coto a extraños y que aún podemos visualizar restos en alguna que otra zona escondida de los curiosos.
Imagen de la Puerta de hierro. Más fotos en InstragramEl nombre de la puerta, como todo el mundo puede suponer leyendo hasta este punto, viene dado por la verja que tiene en el centro, que tiene por material el hierro. A la verja de hierro la acompaña la estructura de piedra que da forma a la puerta. Se decoró con símbolos militares y, como no, elementos de caza. Como colofón, en la parte superior se presenta ante cualquiera que quiera entrá, el sobrio escudo real.
La situación actual de la puerta no es la original ya que la ampliación de la carretera de La Coruña hizo que se desplazara a una isla verde entre está y la circunvalación más conocida de los madrileños, la M-30. Desde aquí vigila impasible el trasiego de coches olvidando lo que un día llegó a ser.
¿La conocíais? En muchas ocasiones pasa inadvertida al lado de la carretera pero os aconsejo que la próxima vez que paséis cerca de la zona en coche que echéis un ojo a lateral de la vía para disfrutar de este precioso tesoro. ¡Buen día!
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