Podemos llamó este sábado a sus bases a “salir a las calles” y secundar una concentración en la Puerta del Sol de Madrid para mostrar el apoyo de la “sociedad civil” a su moción de censura. Un respaldo que no han logrado en el Congreso de los Diputados donde la iniciativa fracasará . El partido de Pablo Iglesias pretendía hacer una demostración de fuerza pero no consiguió llenar la plaza del kilómetro cero. Delegación de Gobierno cifró la asistencia en 6.000 personas mientras que la formación asegura que fueron 40.000 los que acudieron a la concentración.
En la víspera de las primarias socialistas, la cúpula al completo de Podemos, salvo Iñigo Errejón, se subió al escenario situado en la plaza madrileña junto al “tramabús” en el que colocaron la cara de Cristina Cifuentes como “invitada especial”.
No consiguió el líder mesiánico podemita su propósito, y el Sermón de la Montaña le quedó corto de espectadores. Tal vez tuviera razón el Sr. Ojeda y al madrileño, en general, prefirió la plaza de las Ventas, en la que se celebraba una corrida de toros a la que asistieron veinticuatro mil personas, que pedir la expulsión del Sr. Rajoy y de la derecha en general de todas las instituciones, evento seguido por poco más de cinco mil espectadores.
No escuchamos la voz del Sr. Errejón, que terminó por grabarse un “selfie” para subir a las redes sociales; el bigardo con rostro de infante no se codea con la cúpula podemita, haciendo patente una división interna en la formación, pese a las campanas de boda que sonaron en Vistalegre; luego, el Sr. Iglesias, recurrió a fletar autobuses para evitar una debacle participativa como la registrada que, en todo caso y como suele suceder en política, se interpreta en términos de éxito por parte de los organizadores.
Finalmente, lo mismo que le sucedió al Sr. Sánchez a lo largo de su campaña: Su voluntad de “echar” a Rajoy; no escuché al socialista proponer mejores prestaciones de desempleo, facilitar guardería gratuita a menores con padres trabajadores e ingresos inferiores a cierto “quantum”; no oí nada sobre mejorar la universidad, garantiazar el acceso a todo aquel con valía, independientemente de su poder económico, no… solo escuché que era necesario acabar con el rival político. Cuando la oposición vocifera, cuando sus argumentos, como el del ínclito catalán, son “líbranos de Rajoy”, los popoulares pueden dormir tranquilos, pasarán años antes de que las urnas los desalojen del poder.