Nosotros os decimos por supuesto que sí, que adelante, si no sale bien, volver al color antiguo es bien fácil ¿o no? :))
El año pasado pintamos nuestra puerta de entrada gris muy oscuro, casi negro y el resto de las puertas de casa blancas. El color original era un laminado en madera que no nos gustaba mucho y el aspecto de toda la casa cambió por completo.
Más luz, más amplitud y limpieza visual, más orden y con la puerta de entrada oscura, un punto de contraste. Pintar todas las de interior o alguna más en negro jamás lo valoramos, estábamos cansados del contraste y lo que buscábamos era un look blanco total, así que, puertas negras no era en absoluto una opción.
Otra cosa hubiera sido si nuestra casa fuera un apartamento antiguo con carpintería original, que tuviera algún valor, justo como el piso sueco que os mostramos hoy. Si esa puerta es y ha sido de ese color, pues lo divertido y original es que no cambie o a lo sumo que se arregle, pero sin perder ese ápice de historia, eso es a fin de cuentas, lo que hace un hogar original, detalles especiales como este.
Lo cierto es que el color concuerda bien con el resto de la deco, la pared gris y ya visto de lejos, esa pared de ladrillo visto del dormitorio. Un puntito excéntrico que le va muy muy bien ¿no creéis?
No dejéis de ver con detalle la habitación del peque que es maravillosa, con su cunita, su tipi y los juguetes, decorada en una gama de grises y oscuros nada habitual para estas edades, ¡nos encanta! ¡Feliz lunes!
Vía: Alvhem