de María Oruña.
Título: Puerto escondido.Autor: María Oruña.Editorial: Destino, 2015Páginas: 432
Resumen Oficial.
Oliver, un joven londinense con una peculiar situación familiar y una triste pérdida, hereda una casona colonial, Villa Marina, a pie de playa en el pueblecito costero de Suances, en Cantabria. En las obras de remodelación se descubre en el sótano el cadáver emparedado de un bebé, al que acompaña un objeto que resulta completamente anacrónico.
Tras este descubrimiento comienzan a sucederse, de forma vertiginosa, diversos asesinatos en la zona (Suances, Santillana del Mar, Santander, Comillas), que, unidos a los insólitos resultados forenses de los cadáveres, ponen en jaque a la Sección de Investigación de la Guardia Civil y al propio Oliver, que inicia un denso viaje personal y una carrera a contrarreloj para descubrir al asesino.
Impresión personal.
No puedo evitarlo: me encantan los secretos familiares, las buhardillas empolvadas llenas de cajas cerradas con cintas de raso, las antiguas fresqueras de las paredes que esconden papeles prohibidos y esas fotos en blanco y negro manchadas de óxido que, a veces, sirvieron de base para postales enviadas a distancia.
En Puerto escondido, María Oruña no sólo nos muestra un paraje oculto a la vista de quien no conoce "al dedillo" la zona norte, sino que da luz a un bebé oculto en una de las paredes de una antigua casona en rehabilitación. ¿Puede ser más misterioso el comienzo de una novela? Ya desde las primeras líneas quieres saber quien es el bebé, quien lo puso ahí, muerto de causas naturales o asesinado y miles de preguntas que te dejan pegada a sus páginas sin solución. Si además, en otra línea argumental, la autora nos lleva a la Guerra Civil española en 1936, el lector añade a toda esa intriga, las ganas de conocer la conexión entre ambos tiempos y personajes.
Así que, de entrada, la novela tenía todos los ingredientes para que me encantara: saga familiar, dos líneas temporales y argumentales y secretos por descubrir y relacionar. Puerto escondido es una mezcla muy bien hecha de novela negra, thriller y novela histórica que va alumbrando de forma perfectamente hilvanada la historia de una familia y de unos hechos del pasado que se prolongan sin remedio hasta los tiempos actuales. No sabría decir qué línea argumental me ha llenado más porque las dos en esta ocasión me han parecido muy bien hiladas y no he tenido esa sensación de distancia que a veces una siente con alguna de ellas. La línea del pasado que comienza en 1936 con el estallido de la Guerra Civil en el mes de julio nos lleva al norte de una España paupérrima que vive de lo justo en el medio rural para subsistir y donde los hijos son una prolongación del trabajo familiar necesario para que una familia pueda sobrevivir. En estos años, la familia de Jana, apenas una niña, pierde alguno de sus miembros clave y se ve obligada a separarse para que todos puedan subsistir, al menos, mientras la guerra y la situación familiar mejora, algo que nunca llega a ocurrir realmente en esos años. A través de una narrador desconocido que nos va contando a modo de diario en primera persona los acontecimientos que suceden a la familia, en particular a Jana y a su hermana Clara, vamos conociendo esa parte del pasado necesaria para llegar a entender y vislumbrar todos los misterios del presente.
En el presente, tenemos a Oliver, un joven que intenta reconstruir su maltrecha vida inglesa remodelando una vieja casona propiedad de su madre para convertirla en un hotel rural en un lugar de la costa cántabra paradisíaco. Desde luego, lo último que espera este muchachito es encontrarse un bebé emparedado en las paredes de la casa, amenazas sobre su vida y misterios familiares que siempre han estado ocultos. Tampoco esperaba, por tanto, encontrarse con Valentina, una policía que me ha gustado un montón por lo profesional y su parte personal, una parte que hemos ido descubriendo poco a poco.Lo cierto es que me encantaría encontrarme de nuevo con esta pareja. Entre los dos me han ido conduciendo por una historia con un final redondo de manera secuencial, sin prisa pero sin pausa y, aunque bastante antes del final ya podía vislumbrar gran parte de los misterios ocultos, no ha estado exento de giros inesperados que me han dejado con la boca abierta.
Otro punto fuerte, fortísimo, de la novela es la ambientación. Ya sabéis que soy una forofa del Norte de España y que todos los años "subo" a refrescarme y que voy intercalando veranos entre País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. María Oruña me ha devuelto a Cantabria y he podido recorrer con ella Santillana del Mar (me fijaré en esa puerta en cuanto vaya de nuevo), Comillas y todo un paisaje costero y montañoso por el que en estas fechas estoy sufriendo viendo como arde sin solución. Las descripciones son ejemplares, con un lenguaje suelto y fluido que te coloca allí junto a los personajes, charlando con ellos y desentrañando los misterios de fachadas de piedra y paisajes rebosantes de verde y humedad.
En conclusión, Puerto escondido es una novela totalmente recomendable, ideal para regalar estas navidades. A mi ha cautivado su trama, sus personajes, su ambientación y esa manera de escribir de la autora tan suya... y tan mía.