Puerto Rico en familia más allá de sus playas

Son casi 9.000 km2 lo que abarca la isla principal del archipiélago de Puerto Rico, a lo que se suman otras islas y cayos más pequeños pero también habitados e interesantes de visitar como Vieques o Isla Culebra.

Como hemos comprobado en varias ocasiones, los mapas son algo engañosos con respecto al tamaño real de los países. Es cierto que las distancias no son muy largas, pero nunca nos hubiéramos imaginado que habría tantas paradas interesantes que hacer y que este motivo, nos haría avanzar muy despacio.

Para tomarnos Puerto Rico con mucha calma, pensamos que un mes sería más que suficiente.

Nuestra llegada a Puerto Rico

Cuando aterrizamos en San Juan, nos encontramos con que además de algunas de las playas consideradas entre las mejores del mundo, como los balnearios de Flamenco y Boquerón, había otros atractivos que nos mantuvieron las 4 semanas más que ocupados.

El transporte público no tiene mucha frecuencia, así que como la opción que nos permitía más libertad era la de aquilar un coche, eso fue lo que hicimos. Si como nosotros eres de los que no aguantan muchas horas tumbados al sol, no descartes Puerto Rico como un destino interesante.

Aquí te dejamos algunas de las experiencias que más disfrutamos más allá de sus espectaculares playas.

De la mayoría de ellas, nunca antes habíamos oído hablar y sin embargo, bien merecen aparecer también en los catálogos de viaje:

El viejo San Juan

Una de las capitales latinoamericanas con más encanto de todas las que hemos conocido. Además de por lo tranquilas y seguras que son sus calles, los edificios del centro están muy bien conservados y los colores de las casas lo convierten en un maravilloso escenario de fotógrafos y videógrafos.

De hecho, es muy normal cruzarse con pequeñas producciones en sus calles.

Comparte espacio con el barrio de la Perla, en el que se grabó el videoclip “Despacito” de Luis Fonsi. Además de conocer el castillo de San Jorge y perdernos por sus calles, nos gustó pasar por el callejón de la Tanca donde, los domingos a partir del medio día, la salsa, la plena y la bomba, empiezan a sonar en directo para que personas de todas las edades disfruten con una de las actividades preferidas de los puertorriqueños: el baile.

Parque Nacional de El Yunque

Al este de la isla se encuentra este espacio natural en el que hay muchos programas con los que poder aprender más sobre la flora y la fauna de la isla. Se dice que es el lugar conocido en el que más llueve del mundo. Nosotros tuvimos la oportunidad de plantar varios tabanucos y ayudar a la repoblación del bosque (actividad muy necesaria después del paso del huracán María).

Cueva Ventana en Arecibo

Escondida en esta isla rodeada de playas ideales para surferos y aguas calmadas para los amantes del nado, se encuentra Cueva Ventana. Una perfecta abertura en la roca desde cuyo interior hay unas vistas preciosas del valle, previo paseo por la cavidad entre estalactitas y estalagmitas.

Las bahías bioluminiscentes

Este es otro de los atractivos que más se conocen de Puerto Rico fuera de sus fronteras. En varias de las bahías de la isla se puede observar en ciertas temporadas del año el brillo del plancton dentro del agua. Se organizan excursiones en kayac con el fondo transparente para poder verlos. Nosotros tuvimos mala suerte ya que la noche que salimos, llovió y pudimos ver muy poco. Definitivamente, otro de los motivos que hacen que algún día tengamos que volver a Puerto Rico.

La cascada de Gozalandia

Como su propio nombre indica, un lugar al que las familias van a gozar del día. Bañarse, comer, remojarse, saltar desde la tirolina y disfrutar del agua en medio de un paraje selvático. Los caminos están bien señalizados para llegar a cualquiera de las dos cascadas de la zona y hay un parking en el que dejar el coche junto a un bar informal.

La gastronomía puertorriqueña

Definitivamente nuestra favorita de las islas del Caribe. Mofongo, alcapurrias, carrucho, piña colada y mucho café boricua. Fusiones culinarias y muchos ingredientes que nos resultan familiares. Aunque la cocina de Puerto Rico tiene mucha influencia de la española, incluye muchos ingredientes autóctonos y de sabores que nos resultan muy agradables.

Por eso, es fácil disfrutar incluso aunque seas de los que no le gusta aventurarse a probar cosas nuevas.

El zip line de Toro Verde

El segundo más largo del mundo y pionero en la implantación de un triple sistema de seguridad. Además de los cables para lanzarse en tirolina, hay otros espacios de juego como el laberinto del Toro. Aunque parece una actividad  para soltar adrenalina, es más bien relajante gracias a las maravillosas vistas y al mimo con el que está organizado todo.

Las salinas de Cabo Rojo y todos los alrededores de esa zona

Es un lugar donde los atardeceres son especialmente bonitos. El contraste de los lagos salados con la luz que baja, crean una atmósfera con unos colores muy especiales. El rosa de las salinas se nos quedó grabado en la retina para siempre.

Se nos quedan en el tintero (por falta de espacio), los pueblos con encanto del interior, la cueva del Indio, las islas de Culebra y Vieques, La Parguera, el faro de los Morrillos… y otro montón de atractivos que no nos dio tiempo a conocer en 4 semanas.

Y tú que nos lees y te gustan los viajes en familia, ¿eres de los que como nosotros pensaba que Puerto Rico era “solo” arena, sol y playa?

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