Revista Cultura y Ocio

Pues hemos visto "Convicto (Starred Up)" y la hemos sufrido/disfrutado muchísimo

Publicado el 09 abril 2015 por Castillosenelaire
Convicto (Starred Up) 
La nueva película del emergente David Mackenzie, narra la historia de Eric Love (Jack O’Connell), un joven ultra-violento que es transferido desde el reformatorio a la cárcel de adultos dos años antes de lo que le corresponde. Allí está también preso Neville (Ben Mendelsohn), su padre, al que no ha visto desde su infancia. Pese a las tensiones iniciales, padre e hijo deberán protegerse mutuamente en un entorno hostil y podrán establecer una relación, algo que nunca habían podido hacer. Este drama carcelario acumula una veintena de premios en festivales internacionales, y el concurso de sus protagonistas, Jack O’Connell (“Invencible”, 71”) y Ben Mendelsohn (“El caballero oscuro”), ha asombrado a la crítica internacional por la intensidad con la que desempeñan sus papeles de padre e hijo entre rejas.
Porque, en ocasiones, nosabemos cómo pedir las cosas…
Hablar de una película siempre me resulta algo más complicado que hacerlo de un libro, no me preguntéis por qué, pero el lenguaje es diferente, el enfoque de las historias, el modo de narrar… y el modo de hablaros de una historia sin desvelaros más de lo debido… pues eso, que me cuesta mucho más en cine que en libro, aunque, bueno, lo intentaré sin romper la magia de la sorpresa que, o eso creo yo, necesita esta película para que se disfrute por completo. Hoy os traigo una película que os recomiendo desde ya mismo, porque me ha parecido un peliculón y la he disfrutado en grande, además de haber sufrido mucho viéndola, se trata de “Starred Up” o “Convicto”, una historia de Jonathan Asser dirigida por David Mackenzie. Una historia muy dura y arisca, no apta para todos los públicos… no por lo que pasa ni lo que dice, que también, sino porque está repleta de violencia, agresividad, sentimiento de pérdida y almas vacías que intentan llenarse a gritos y puñetazos, sin conseguirlo en la mayor parte de las ocasiones.
Una trama con policía corrupta, un lugar que parece abandonado de la mano de Dios y que cuenta con un idealista incapaz de dejarse derrotar ante lo que todos creen que es una batalla perdida de antemano

Porque esta película, que transcurre en una cárcel y que carece de banda sonora o música de acompañamiento, es una búsqueda desesperada de comprensión y de ayuda, es un grito en contra de un sistema que considera casos perdidos a algunas personas por el mero hecho de no ser capaces de comprenderlas y que nos pone en la tesitura de ponernos en el lugar de un convicto peligroso, que no sabemos qué crimen ha cometido (al menos, al principio), pero que suponemos que es más grave de lo habitual.
Me ha gustado “Convicto”, es brutal y despiadada sin necesidad de mostrar una violencia desmedida. Muchas veces, las miradas de sus personajes, lo que no llegan a hacer o decir, sin llegar a hacerlo casi nunca, te golpea más visualmente que una de las tres o cuatro palizas que vemos, porque hay una cosa importante, esta es una película de cárceles, un drama carcelero en toda regla, de hombres duros, de guardias corruptos y malvados, pero no es una de esas películas al uso, tiene mucho más en su interior, es mucho más profunda de lo que aparenta.
La imagen más representativa es la que nos ofrece el protagonista, Jack O´Connell, en un papel impresionante, enfurecido y acobardado en su celda, preparado para atacar al primero que se le acerque y capaz de matar a un hombre a causa de su furia y de su terror, sí a su terror. Yo, de haberme encontrado de frente con el actor durante el rodaje, me habría apartado de su camino, seguro, la sensación de saltar a la mínima es bestial y creo que es uno de los mejores papeles que he visto en mucho tiempo. “Convicto” nos habla de un joven adolescente que lleva varios años en un correccional de menores y que es trasladado a una cárcel adulta antes de tiempo a causa de su conflictividad. Allí, en esa cárcel jerarquizada y reglada de antemano, se encuentra su propio padre, que lleva preso allí varios años y a quien no ve desde hace tiempo… y claro, la llegada del muchacho pone en jaque todo lo preestablecido en el lugar…
El hecho de no saber nada del personaje más que es un chaval llevado a una cárcel adulta, su violencia desmedida, su desesperación y el intento por parte de un psicólogo de acercarse a él o que vayamos comprendiéndole con las pinceladas ofrecidas por el guión consigue que si empiezas a verla no la dejes en ningún momento y quieras salvar a ese muchacho descarriado al que la vida ha maltratado desde siempre. El personaje con el que más te identificas es con el del terapeuta que intenta ayudar a pesar de su propia integridad física y mental… aunque puede que, por momentos, llegues a identificarte con el propio joven encarcelado.
Mucha más luz de la que esperaba de un filme que arranca sórdido, violento, oscuro y claustrofóbico, pero que encierra un mensaje de esperanza que me ha parecido de lo más inusual, quizá por eso me ha gustado tanto. Aunque esta es una historia en la que el que hace lo correcto, termina, casi siempre, castigado de algún modo.
Llena de detalles escabrosos y dolorosos, pero también repleta de compañerismo y esperanza, no es que yo diga que esta película es mejor o peor, sino que lo piensan algunos de los medios cinematográficos más importantes, es una película independiente, así que lo tiene más difícil que muchas otras, pero si os gusta el buen cine, os lo digo en serio, merece (y mucho) la pena verla.
Tanto la película como su protagonista principal han merecido varios premios internacionales, el sonido también se ha llevado premio… vamos, una película que no considero indispensable, pero sí de lo más atractiva para disfrutar de buen cine y que os hará ver una parte de nuestra sociedad que, aunque no la veamos, está ahí, quizá detrás de un muro cercano…


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