Mañana hace un mes que hice un casting para participar en el programa de Antena 3 ‘Ahora caigo’. Está claro que los programas-concursos y yo no nos llevamos demasiado bien. Ya no contemplo la posibilidad de que me llamen para concursar y por un lado lo agradezco, ya que te hacen firmar un papel donde eximes de responsabilidad a la productora si tienes alguna dolencia que pueda verse agravada con la caída… La firmé de forma temeraria, pues no sé cómo hubiese reaccionado mi espalda al caer…
Por si alguien tiene pensado presentarse, lo primero que hay que tener en cuenta es que tienes que desplazarte a Barcelona para hacer el casting (y sobra decir que quien corre con esos gastos eres tú). Una vez allí, puedes tener la suerte de hacer todas las partes de dicho proceso de selección del tirón, pues la mayoría de la gente que participa viene de los alrededores de Barcelona y van haciendo la criba según las distintas fases del casting, y como se suele decir es mejor caer en gracia que ser gracioso.
Lo primero que te hacen es rellenar un cuestionario con tus datos personales y firmas que Gestmusic-Endemol pueda almacenarlos para fines propios y el documento que mencioné antes donde eximes de responsabilidad a la productora en caso de que te hagas daño con la caída.
El casting propiamente dicho consta de tres partes: un primer contacto delante de una cámara, en el que te observan atentamente dos miembros de la productora y el resto de personas que compartan contigo esta prueba. Fundamentalmente, consiste en presentarte como un dicharachero y simpático candidato a concursante de ‘Ahora caigo’.
Después te hacen un examen… Sí, ¡un examen! Son preguntas simples y banales y sinceramente, las que hacen que tu mente se bloquee y no seas capaz de contestarlas, y otras más de culturilla general sobre política, geografía, literatura, música o ingenio (más bien como definiciones de crucigramas o autodefinidos para que me entiendas).
También te hacen contestar a un sinfín de preguntas personales sobre tus gustos o a qué dedicas tú tiempo libre. La tercera y última fase es un simulacro del programa otra vez, delante de la cámara.
Y después te vas de allí, pensando que no te llamarán porque hay gente con muchas más tablas y más claridad mental. Al menos, esa fue mi sensación y por lo visto… ¡No me he equivocado!