Revista Opinión
En Andalucía están de moda las playas, los chopitos, el jamón jabugo, las gambas de Sanlúcar, los caballos de Jerez, las procesiones de Semana Santa, la Maestranza de Sevilla, la Alhambra de Granada, la catedral-mezquita de Córdoba… y la corrupción, que hiede desde los EREs (Expedientes de Regulación de Empleo) y que corroe y amenaza con desmoronar el poder socialista.
Chávez y Griñón.
Dos días después de que el presidente Zapatero renunciara a ser candidato del próximo Gobierno, en el PS andaluz –la mayor federación socialistas de España y principal granero electoral del PSOE– estalla una guerra civil entre el anterior presidente, Manuel Chaves, presidente del PSOE y vicepresidente tercero del gobierno, y José Antonio Griñán, actual presidente de la Junta. Griñán se ha desvinculado de quien le nombrara y no ha querido ejercer sólo de presidente de Andalucía, sino que ha intentado tener también el control del partido. Griñán se ha resistido, desde un principio, a ser el “Regente” de Chaves en Andalucía y, en contra del presidente del partido, dio la primera batalla con el Congreso extraordinario de hace un año. Ese fue su primer enfrentamiento con Chavez. Luego, continuó con la expulsión de todos los “chavistas” de la Junta hasta que llegaba el conflicto de esta semana con Luis Pizarro, el consejero de Gobernación y Justicia, lugarteniente de Chavez y hombre que, junto con Gaspar Zarrías, mejor conocía el partido por dentro. Pizarro dimitía, provocando una crisis política dentro del partido. La crisis se producía en pleno escándalo de los falsos expedientes de Regulación de Empleo de los que se habrían beneficiado militantes socialistas. La guerra abierta entre las dos facciones del partido se ha acrecentado con los descubrimientos de la prensa que afectan a Iván, hijo de Chávez, que enturbian todavía más, si cabe, las relaciones de la Junta.
Para empezar, unos datos que nos sitúan en el contexto. Según varias webs consultadas, entre las que resalto la de Esteban Ruiz Ortega (Habla Ubrique habla), Paula Chavez Iborra, la hija del ex presidente de la Junta andaluza, recibió, para la empresa donde trabaja de apoderada, un incentivo de 10 millones de euros. Rocío Cabet del Castillo, nuera de Manuel Chaves y casada con su hijo, Iván Chaves Iborra, está colocada en la empresa pública Extenda. Leonardo Chavez Ruiz, sobrino, entró a dedo en el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaira. Pero centrémonos en Iván. El “Mundo” publicaba el miércoles en primera página: “La Junta dio contratos por 5,9 millones a socios de Iván Chaves”. En su sumario, dicho periódico anuncia: “Consiguieron 19 convenios de publicidad de ocho consejerías de Andalucía, mientras compartían una sociedad con el hijo del entonces presidente”. “El País” advertía: “La juez del ‘caso de los ERE’ da un ultimátum al presidente Griñán. Avisa a la Junta que cometerá delito si no le entrega las 480 actas”. Y “El Confidencial Digital” publicaba una exclusiva en varios capítulos sobre Iván Chávez Iborra, hijo de Manuel Chaves. Según este periódico, Iván intermedió para empresas ante la Junta, siendo su padre presidente de la misma. “Su especialidad –dice M. Miralles y J. Chicote, los firmantes de la exclusiva– es utilizar la red de contactos que le aporta su apellido para conseguir contratos de instituciones públicas para sus clientes, que le pagan comisiones de hasta el 45 %, tal como ha comprobado este diario de la amplia documentación recabada al respecto”. En sólo tres meses, Iván Chávez había registrado, según las informaciones aportadas, 21 reuniones con la Junta, en las que se habrían anotado cantidades sorprendentes y se daban a conocer nombres de consejeros que tuvieron contactos con él, así como altos cargos de la Junta y subordinados de su padre.
Iván Chávez (segunda de la izquierda), junto a su hermana, Paula, y su madre, en un discurso del vicepresidente en Sevilla
“El Confidencial Digital”, diario por y para Internet, asegura tener en su poder un contrato privado entre Iván Chaves y Javier Olaegui por el que pactan repartirse al cincuenta por ciento todas las comisiones que consigan. En dicho documento, Iván Chaves se presenta como un empresario que “se dedica a la comercialización, intermediación y promoción de productos y servicios de terceros, en calidad de comisionista”. Un mes antes, Iván Chaves denunciaba en la Comisaría Nervión, de Sevilla, haber sido objeto de un robo de diversos documentos. En su denuncia, añade: “Echo, además, en falta dos agendas con anotaciones de contactos e información varia, y desconozco el modo por el que dicha documentación ha desaparecido de mi oficina laboral y cómo ha podido llegar a manos del señor Miralles, pero sospecho que ha podido tratarse de una sustracción que ha tenido que ser posterior al 22/4/2008”. Según la misma documentación, el 1 de enero de 2008, Iván Chaves se asocia con Javier Olaegui, ambos autodefinidos como “comisionistas”. “Esta alianza le sirve al hijo de Manuel Chaves para ofrecer a sus clientes contratos con administraciones públicas a través de la empresa del socio, Inverolaegui, con el que había pactado repartirse las comisiones. En la misma fecha, firman tres contratos –y un cuarto, el 1 de marzo– con varias empresas dedicadas a la venta de espacios publicitarios, todas dirigidas por Antonio Sánchez Iribarnegaray y su hijo Rafael Sánchez Zaragoza. Javier Olaegui –e Iván Chaves como tapado– se ofrecen para conseguir publicidad de una veintena de organismos públicos andaluces. Las empresas se los ceden en exclusiva”.
Luis Pizarro, consejero de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía, presenta su dimisión
Pero volvamos un poco atrás y recapitulemos. Hace dos años, en plena Semana Santa, Zapatero reclamaba al presidente de la Junta, Manuel Chaves, para que aceptara el puesto de vicepresidente tercero de su Gobierno, llevándose consigo al número dos del Ejecutivo andaluz, Gaspar Zarrías como secretario de Estado. Chaves aceptó el nuevo cargo y nombró a su sucesor. Aunque todo apuntaba a que éste fuera Mar Moreno, la favorita de Zapatero, Chaves optó por su consejero de Economía, José Antonio Griñán, un amigo y un tecnócrata fácil de manejar desde Madrid, que nunca había ocupado cargo alguno en el partido. Griñán remodeló su Gobierno con personas de su confianza, mantuvo a Mar Moreno como consejera de Presidencia y portavoz y colocó a Luis Pizarro, vicesecretario general del PSOE-A, como consejero de Gobernación y Justicia, quien mantendría a Chaves informado de todo cuanto ocurría en Andalucía. Pero, dos años después, había apartado definitivamente a Manuel Chaves de la Secretaría General y había reagrupado el aparato del partido, totalmente en sus manos. La nueva Ejecutiva Regional promovida por Griñán terminó por alejar a personajes de la vieja guardia, como el vicesecretario general, Luis Pizarro. “Desde Madrid –escribe Benito Fernández en Diariocrítico–, Chaves y Zarrías comenzaron a mover sus peones para buscar motivos que dejaran en evidencia la apuesta de Griñán. Y no tardaron en encontrarlos. La filtración de unas cuantiosas subvenciones públicas concedidas de forma sospechosa a la empresa de la mujer de Velasco fue el detonante de la dimisión de éste no sólo como vicesecretario general sino también como parlamentario en la Cámara andaluza. El torpedo lanzado por alguien de dentro del partido había dado de lleno en la línea de flotación de la nueva Ejecutiva de Griñán. Todos pensaban que éste volvería a acudir a Luis Pizarro para que volviera a ocupar la vacante dejada por Velasco, pero el presidente optó por amortizar el cargo y colocar de número dos a Susana Díaz quien, poco a poco iba ganando poder hasta convertirse en la verdadera ejecutora de los planes previstos por Griñán para acabar con la vieja escuela que, desde hacía dos décadas, había dominado al PSOE andaluz”.
Chaves, preocupado por lo sucedido en Andalucía.
A principios de abril, Luis Pizarro presenta su dimisión con lo que abre una crisis sin precedentes a Griñán. Si a esto le añadimos los datos aportados por los documentos robados a Iván, el hijo de Manuel Chaves, el escándalo se hace monumental. El asunto saca de quicio a Chaves, que ya ha pasado por el calvario del “Caso Matsa” con la subvención a la empresa en la que trabaja su hija Paula. Sobre todo, al anular el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía el Acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de 31 de julio de 2009, que eludía expedientar a Manuel Chaves, en relación a la subvención otorgada por el Consejo de Gobierno andaluz a la empresa Minas de Aguas Teñidas (Matsa) en la que trabajaba su hija, Paula Chaves Iborra. El TSJA insta a la Junta a abrirle un expediente sancionador por la misma causa. Algunos socialistas miran hacia sus enemigos en Sevilla que no son precisamente los del PP, sino miembros de su propio partido. Y observan, alarmados, cómo todas las encuestas realizadas desde hace más de un año, dan a Javier Arenas como ganador en las elecciones autonómicas del 2012, cuando el PSOE lleva gobernando desde hace treinta años. Si los socialistas pierden las dos únicas capitales en las que gobierna (Sevilla y Jaén), alguna Diputación Provincial y la mayoría de los más de 500 pueblos en los que tiene alcaldes del total de 711 localidades andaluzas, José Antonio Griñán ya no podría ni siquiera escudar su fracaso en el “efecto Zapatero”, después de que el presidente del Gobierno haya anunciado su intención de no volver a presentarse.
José Antonio Griñán, presidente de la Junta.
A mes y medio de las municipales y con la Junta asediada por el escándalo de los falsos prejubilados y las encuestas autonómicas dando mayoría absoluta al PP, el presidente Griñán nombra a Gabriel Almagro delegado de la Junta en Cádiz. Momento en que Luis Pizarro, consejero de Gobernación, da un portazo de descontento y abandona el Gobierno. No es el primer enfrentamiento con Griñán. Francisco González Cabaña, jefe del partido en esta provincia, afín a Pizarro, ya ha protagonizado sonados encontronazos con el presidente de la Junta. En marzo de 2010, dimitía como miembro de la Ejecutiva sólo cuatro horas después de ser nombrado, alegando un “malentendido” y provocando la irritación del presidente. Recientemente, estuvo al frente de una frustrada operación para impedir que la alcaldesa de Jerez de la Frontera (Cádiz), Pilar Sánchez, respaldada por Griñán, volviera a presentarse. El puñetazo encima de la mesa de Griñán, que envía un mensaje interno, cambiando a su hombre en Cádiz, provoca la reacción inmediata de Pizarro, quien llama al presidente y le tira un órdago. La salida de Pizarro, que sigue como parlamentario andaluz por Cádiz, abre una crisis de consecuencias imprevisibles en el partido y en el Gobierno. Pizarro, Gaspar Zarrías, hoy secretario federal de Relaciones Institucionales del PSOE, y Griñán, eran los hombres de máxima confianza de Chaves. Chaves sigue siendo secretario general del PSOE-A y Pizarro, su vicesecretario. Pero Griñán se muestra incómodo con aquella bicefalia. Su convivencia con Pizarro empezaba a generar fricciones. Y, aunque lo mantiene como consejero de Gobernación, el vínculo se rompe. Griñán sitúa como su número dos en el Gobierno a Mar Moreno y confía el mando del partido a los jóvenes. La falta de sintonía con Cabaña y con Pizarro y la espantada de Velasco quizás habrían pasado como anécdotas. Pero el escándalo de los ERE y las encuestas negativas abren otras heridas.
La Caja de Pandora
El hecho de que el presidente de la Junta acepte la dimisión de Pizarro se complementa con la suspensión del comité provincial del PSOE de Cádiz que esta misma semana iba a llevar a efecto una extraña ceremonia, la de proclamar a Francisco González Cabaña, secretario general de dicho partido en ese provincia, como precandidato a la presidencia de la Diputación de Cádiz que, a la vista de las encuestas, nadie da por segura. La batalla interna más cruenta se sigue librando en Jerez de la Frontera, donde la alcaldesa, Pilar Sánchez, recibe la confirmación in peéctore de su nombramiento como candidata por parte de José Antonio Griñán, a pesar de que la ejecutiva provincial pensara lo contrario. Tanto Luis Pizarro como Manuel Chaves apoyan visiblemente a González Cabaña en el intento de evitar que la alcaldesa jerezana concurriese a los próximos comicios. Incluso llegan a echar mano de los estatutos para recomponer la candidatura y colocar al frente de la misma al prestigioso arquitecto jerezano, Manuel González Fustegueras, en el pasado vinculado al Partido Andalucista. Hace un par de semanas, una comida en Madrid entre Pizarro, Chaves, González Cabaña y el previsible candidato, trascendió antes de tiempo y empezó a abrirse la caja de Pandora. “Demasiado tarde –dicen los más pesimistas, preocupados– Nos estamos haciendo un haraquiri colectivo”. Después de tres décadas de mando en plaza, el ocaso del régimen ha abierto la caja de Pandora. El partido se ha convertido en un campo de batalla en el que unos y otros ajustan cuentan pendientes a través de la prensa. Las envidias, las vendettas personales, el temor a perder la poltrona o a verse envuelto en los escándalos... Un cóctel explosivo, mortal de necesidad.
José Blanco cree que Pizarro, “amigo y compañero”, se equivocó.
Aunque Chaves mantiene oficialmente su amistad con Griñán, su distanciamiento es cada vez mayor. Francisco Menacho Villalba, ex alcalde del Ayuntamiento gaditano de Olvera y actual tercer vicepresidente de la Diputación de Cádiz, asumirá el relevo de Pizarro. Menacho era hasta ahora hombre de confianza de González Cabaña y, por ello, también muy próximo a las tesis pizarristas. Con este nombramiento Griñán intenta apaciguar el incendio del PSOE gaditano. Pero, la dimisión de Pizarro provoca la cuarta remodelación en el Gobierno de la Junta de Andalucía, desde que Griñán tomó posesión el 23 de abril de 2009. También es el quinto cambio en lo que se lleva de legislatura. La salida de Pizarro, con las encuestas favorables al PP y el escándalo de los EREs, hacen peligrar su frágil equilibrio. Sobre todo, con el enfrentamiento del PSOE de Cádiz. Las convulsiones generadas por la marcha de Pizarro peligraban, pese a las declaraciones de Rubalcaba para el que “es una exageración hablar de crisis en el PSOE andaluz” y expresa su deseo de que Griñán siga siendo el candidato elegido. La consigna, es restar importancia a la dimisión, pese a que abre una crisis de alcance aún desconocido. “Hubo una discrepancia con un miembro del Gobierno y el presidente, en el ejercicio de sus funciones, nombra a un sustituto”, dice José Blanco, vicesecretario general, como si el dimisionario no hubiera sido el hombre fuerte del PSOE-A en la era Chaves. Éste tiene palabras de cariño para Pizarro su “amigo y compañero que se ha equivocado en dimitir”, pero echa igualmente un cable a Griñán. Ante una discrepancia que “parece profunda o normal –alega– hay que proceder a un relevo. Es un disparate pensar en un enfrentamiento entre él y Griñán. Quien lo crea, pincha en hueso”. A la vez, Griñán dedica a Pizarro una breve despedida, agradeciéndole su “servicio y vocación” para “engrandecer el proyecto”. Advierte que no ha dimitido nadie que sea de la Ejecutiva. “Sólo un consejero, cubierto en menos de 24 horas, y que no formaba parte de la Ejecutiva socialista. El PSOE es un partido fuerte y lo va a demostrar”, añade, mientras la agrupación socialista de Cádiz, abiertamente enfrentada a la dirección regional que encabeza Griñán, da un paso atrás. Los rebeldes gaditanos se pliegan a las exigencias de la dirección regional. Y Mar Moreno, la consejera de Presidencia, insiste en la idea de minimizar la importancia de la crisis.
Mercedes Alaya, a la salida de los juzgados. Foto de Laura León.
Pero es en el asunto de los EREs (más de seiscientos millones de euros defraudados y más de un centenar de empresas afectadas) en donde Griñán se ve especialmente señalado. Primero ordena que sea la propia Junta de Andalucía quien lleve las investigaciones del fraude “hasta llegar al final, caiga quien caiga”. Luego, intenta convencer de que los 70 supuestos defraudadores y algo más de un centenar de posibles sospechosos, han defraudado “sólo” unos veinte millones de euros. Pero Mercedes Ayala, jueza del juzgado de instrucción número 3, fiel a su línea de investigación, pide reiteradamente a la Junta las actas de los Consejos de Gobierno para comprobar si los Ejecutivos de Manuel Chaves y de Griñán tenían conocimiento del fraude. La Junta se niega a facilitarle la documentación. La jueza insiste en exigir la entrega todas las actas de los consejos de Gobierno, desde el año 2001 hasta hoy. Al margen de la “indebida utilización de fondos públicos para beneficiar a amigos, familiares, personas vinculadas al partido de Gobierno (PSOE) y su entorno” la magistrada quiere las actas para investigar si miembros del Ejecutivo andaluz utilizaron los fondos públicos para pagar expedientes de regulación de empleo, a sabiendas de que el sistema elegido para su distribución era ilegal. Es decir, si miembros del Gobierno prevaricaron. Alaya añade que la Junta de Andalucía debe entender “la importancia y extensión” de la investigación. Y remacha con una carga de profundidad dirigida al Gobierno: “Resulta paradójico que, durante 10 años, la Junta de Andalucía no haya detectado las graves irregularidades que se estaban cometiendo con los fondos públicos y ahora se extrañe de que el juez que investiga el caso quiera conocer los motivos de ello”.
En este armario acorazado se entregaron las actas de la Junta sobre los EREs falsos.
Crece la mutua desconfianza entre la juez Alaya y el Gobierno andaluz. A regañadientes, la Junta entrega el miércoles las actas de los Consejos de Gobierno antes de que cumpla el plazo de 72 horas exigido por la magistrada. Es un armario acorazado en el que están depositados 150.000 folios que pueden dar la luz sobre la investigación interna de los EREs falsos. La juez tiene intención de llevar a la Junta de Andalucía al Tribunal Supremo, tras haber bloqueado el Ejecutivo de Griñán la entrega de actas de 480 consejos de Gobierno. Alaya quiere saber si la Junta aprobó algún cambio en el presupuesto para ampliar las ayudas a empresas en crisis. Pretende conocer el método de trabajo entre la Consejería de Empleo y el Instituto de Fomento de Andalucía (IFA), la actual IDEA, y si Chaves y Griñán conocían los informes de la Intervención General y de la Cámara de Cuentas andaluza. Y, el jueves, personal de la Junta de Andalucía deposita en el Juzgado las actas del Consejo de Gobierno desde el año 2001 hasta la actualidad, en 11 sobres lacrados, solicitados por la magistrada. Dichas actas se guardarán en un armario acorazado con permanente vigilancia personal y de cámaras hasta que se pronuncie el Tribunal de Conflictos Jurisdiccionales, dependiente del Tribunal Supremo, en relación con la competencia de la juez “para levantar el carácter reservado de parte del contenido de las actas”.
Diego Valderas, coordinador andaluz de IU, confirma a “Público” que el caso de los EREs fraudulentos, es el escándalo social más importante de Andalucía. “El presidente Griñán –declara Valderas a Raúl Bocanegra– ha sido incapaz de limpiar la era. Debía haber exigido responsabilidades inmediatas a aquellos que no han tenido el suficiente celo en el uso de los fondos. Es un error del PSOE no haber aprobado una comisión de investigación. A través de distintas iniciativas, el clima político está viciado por los EREs. En un clima como el que vive ahora la política, el presidente debe adelantar las elecciones autonómicas, para salir de este clima… Cuando el Gobierno negó la comisión de investigación, todo su discurso se centró en que la Justicia llegara hasta el fondo. Y cuando la Justicia acorraló al Gobierno, éste se puso a la defensiva. Otro error. Poco espacio le ha dejado la jueza para otra cosa que no sea la colaboración inmediata. En su último auto sitúa el lugar del delito en el Consejo de Gobierno. De ser eso así, el presidente no tiene salida. Si no colabora, descubriremos que ha puesto el dedo en la llaga… Este es el resultado final de una deriva muy preocupante del PSOE hacia la derecha. Ha considerado que esto era su cortijo… Se necesita una política que rompa con el pasado. Treintidós años pesan mucho en la conciencia social de muchos ciudadanos. Andalucía ha sido incapaz, de la mano del PSOE, de superar los déficits, a pesar del volumen de dinero gestionado. Eso significa que no se ha hecho bien la gestión… El PSOE sólo ha sabido gestionar cuando ha habido opulencia y no en tiempos de crisis. Hay 1,2 millones de parados y un 45% de los jóvenes son precarios. Y, lo peor de todo, tenemos una sociedad muy preparada y muy mal utilizada… Los EREs pueden ser el fin, no sólo de un ciclo político, sino el fin del PSOE, tal como lo conocemos. Ha tenido una deriva tal hacia posiciones socio-liberales que ha olvidado sus posiciones social-demócratas. Y eso Andalucía no lo va a perdonar.
Susana Díaz, Secretaria de Organización del PSOE, pide perdón lo ciudadanos andaluces.
Los tres asuntos que comprometen negativamente la política socialista en Andalucía –el caso de los negocios del hijo de Chaves, el expresidente andaluz, los expedientes de regulación fraudulentos y las ayudas a la contratación financiadas con fondos europeos–, aunque de diferente gravedad, son especialmente dañinos para las expectativas de los socialistas y para la imagen de Andalucía. Todo lo cual ha llevado a Susana Díaz, secretaria de Organización del PSOE andaluz, a tomar una decisión difícil y poco frecuente en política: pedir “perdón” a los ciudadanos andaluces. Díaz se refiere al caso de los ERE, que “abochorna” y “entristece” a los socialistas, pero añade que el PSOE es “el partido de la honestidad, porque lo que distingue a los partidos, no es que haya quien se aproveche, sino cómo se reacciona”.
Manuel Chaves denuncia la campaña de “calumnia y difamación” del PP contra su persona y su familia.
En el mismo acto, aunque de manera totalmente diferente, los esbirros del PSOE se defienden y contraatacan a su modo. El número dos del PSOE, José Blanco, destaca la “gran fortaleza” del partido en Andalucía y remacha que “no se arruga ante las dificultades”. El ministro de Fomento arropa una vez más al presidente Griñán, “que se enfrenta a una tormenta perfecta que cobra cada vez más vigor”. Por su parte, Iván Chaves, hijo del expresidente andaluz, sale al paso de las informaciones publicadas por el diario digital “El Confidencial”. Tacha las acusaciones de “falsas y de insinuaciones injuriosas” y niega que Cexmark Soluciones SL, la empresa en la que desarrolla “de forma exclusiva” su actividad profesional, haya contratado o actuado como intermediaria ante administraciones públicas desde su creación. Su padre se lamenta en el Senado y considera “deleznable” el que se utilice a su hijo. Y Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno, hace una cerrada defensa del ministro de Política Territorial. Dice que conoce a Chaves desde hace “muchísimos años”, los suficientes como para defender su inocencia y tener la absoluta convicción de que es “un político honrado”. Finalmente, califica las informaciones publicadas al respecto de ser una pieza más del “catálogo de infundios y mentiras que el PP viene echando en manos de Chaves”.
Arenas señala que le da “mucha pena” que en el PSOE sólo se preocupen por “mentir, insultar y prohibir”.
“Al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves (Ceuta, 1945) –escribe Ignacio Escolar en su blog (escolar.net)– le sustituyó José Antonio Griñán (Madrid, 1946). El jueves pasado se cumplían dos años de este relevo rejuvenecedor y el resultado del dedazo no es como para que el PSOE celebre el aniversario. No es un problema de edad, sino de actitud. La falta de liderazgo de Griñán, hoy cuestionado en su propio partido, está acelerando el deterioro de un poder que ya lleva en el machito casi treinta años. El relevo de Chaves no les ha salido bien, ya no hay ninguna duda. El eterno segundón, Javier Arenas, aparece en las encuestas como probable presidente; a la cuarta (¡campeón!) tal vez será la vencida. Arenas no está cerca de ganar por sus aciertos, sino por los errores ajenos. La crisis política que hoy vive el dividido socialismo andaluz sólo es comparable al deterioro de su imagen pública por esas prejubilaciones de lujo, por esos EREs corruptos que no es que huelan mal, es que apestan”.
Zapatero y Chaves, con caras de preocupación.
“La única buena noticia para el PSOE andaluz –prosigue I. Escolar– es que las elecciones de mayo sólo serán municipales. Probablemente serán desastrosas para los socialistas; probablemente pierdan el Ayuntamiento de Sevilla. Tras la derrota, vendrá la guerra interna, pero aún habrá tiempo de plantear alternativas. “El mecanismo del dedazo simplifica mucho las cosas, pero no es el nuestro ni el de la sociedad española”, decía este sábado Zapatero. El cuento también vale para Andalucía, donde el PSOE necesita, como el agua, la legitimidad política que da un proceso de primarias; no faltará quien las pida. Pase lo que pase, será bueno para el PSOE. Si gana otro candidato, porque tendrá el empuje que hoy les falta. Y si gana Griñán, porque al fin tendrá el respaldo a un liderazo que, de momento, le ha faltado”.
El humor negro de Pep Roig vuelve a abrir esta sección semanal de dibujantes humorísticos. Hoy traemos más humor sobre los EREs, humor de Mel, Medina, Peridis y Karry.
Manel Fontdevila, esta semana, con: Inciso, Blasfemias, Eurodiputado, A su servicio y El equipo.
Territoro Vergara presenta: El rescate, La subida, El paro, El árbol y… Tiempos modernos. Pep Roig dibuja: Zapatero, a tus zapatos, Eurocaradurismo, Es su turno, Todos queremos más y Tiempo de carroñeros. Y para terminar, tres vídeos musicales. El primero, de la chirigota “los que siempre dan la espalda” El segundo, sobre la primera parte de Hary Janos, de Zoltan Kdali, interpretado por la Banda de Colmenar Viejo de la que formo parte y dirigido por Miguel Angel Grau Sapiña, en el VIII Festival de Bandas celebrado hace unos días. El tercero, una canción de Manuel Serrar: Mediterráneo.
Chávez y Griñón.
Dos días después de que el presidente Zapatero renunciara a ser candidato del próximo Gobierno, en el PS andaluz –la mayor federación socialistas de España y principal granero electoral del PSOE– estalla una guerra civil entre el anterior presidente, Manuel Chaves, presidente del PSOE y vicepresidente tercero del gobierno, y José Antonio Griñán, actual presidente de la Junta. Griñán se ha desvinculado de quien le nombrara y no ha querido ejercer sólo de presidente de Andalucía, sino que ha intentado tener también el control del partido. Griñán se ha resistido, desde un principio, a ser el “Regente” de Chaves en Andalucía y, en contra del presidente del partido, dio la primera batalla con el Congreso extraordinario de hace un año. Ese fue su primer enfrentamiento con Chavez. Luego, continuó con la expulsión de todos los “chavistas” de la Junta hasta que llegaba el conflicto de esta semana con Luis Pizarro, el consejero de Gobernación y Justicia, lugarteniente de Chavez y hombre que, junto con Gaspar Zarrías, mejor conocía el partido por dentro. Pizarro dimitía, provocando una crisis política dentro del partido. La crisis se producía en pleno escándalo de los falsos expedientes de Regulación de Empleo de los que se habrían beneficiado militantes socialistas. La guerra abierta entre las dos facciones del partido se ha acrecentado con los descubrimientos de la prensa que afectan a Iván, hijo de Chávez, que enturbian todavía más, si cabe, las relaciones de la Junta.
Para empezar, unos datos que nos sitúan en el contexto. Según varias webs consultadas, entre las que resalto la de Esteban Ruiz Ortega (Habla Ubrique habla), Paula Chavez Iborra, la hija del ex presidente de la Junta andaluza, recibió, para la empresa donde trabaja de apoderada, un incentivo de 10 millones de euros. Rocío Cabet del Castillo, nuera de Manuel Chaves y casada con su hijo, Iván Chaves Iborra, está colocada en la empresa pública Extenda. Leonardo Chavez Ruiz, sobrino, entró a dedo en el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaira. Pero centrémonos en Iván. El “Mundo” publicaba el miércoles en primera página: “La Junta dio contratos por 5,9 millones a socios de Iván Chaves”. En su sumario, dicho periódico anuncia: “Consiguieron 19 convenios de publicidad de ocho consejerías de Andalucía, mientras compartían una sociedad con el hijo del entonces presidente”. “El País” advertía: “La juez del ‘caso de los ERE’ da un ultimátum al presidente Griñán. Avisa a la Junta que cometerá delito si no le entrega las 480 actas”. Y “El Confidencial Digital” publicaba una exclusiva en varios capítulos sobre Iván Chávez Iborra, hijo de Manuel Chaves. Según este periódico, Iván intermedió para empresas ante la Junta, siendo su padre presidente de la misma. “Su especialidad –dice M. Miralles y J. Chicote, los firmantes de la exclusiva– es utilizar la red de contactos que le aporta su apellido para conseguir contratos de instituciones públicas para sus clientes, que le pagan comisiones de hasta el 45 %, tal como ha comprobado este diario de la amplia documentación recabada al respecto”. En sólo tres meses, Iván Chávez había registrado, según las informaciones aportadas, 21 reuniones con la Junta, en las que se habrían anotado cantidades sorprendentes y se daban a conocer nombres de consejeros que tuvieron contactos con él, así como altos cargos de la Junta y subordinados de su padre.
Iván Chávez (segunda de la izquierda), junto a su hermana, Paula, y su madre, en un discurso del vicepresidente en Sevilla
“El Confidencial Digital”, diario por y para Internet, asegura tener en su poder un contrato privado entre Iván Chaves y Javier Olaegui por el que pactan repartirse al cincuenta por ciento todas las comisiones que consigan. En dicho documento, Iván Chaves se presenta como un empresario que “se dedica a la comercialización, intermediación y promoción de productos y servicios de terceros, en calidad de comisionista”. Un mes antes, Iván Chaves denunciaba en la Comisaría Nervión, de Sevilla, haber sido objeto de un robo de diversos documentos. En su denuncia, añade: “Echo, además, en falta dos agendas con anotaciones de contactos e información varia, y desconozco el modo por el que dicha documentación ha desaparecido de mi oficina laboral y cómo ha podido llegar a manos del señor Miralles, pero sospecho que ha podido tratarse de una sustracción que ha tenido que ser posterior al 22/4/2008”. Según la misma documentación, el 1 de enero de 2008, Iván Chaves se asocia con Javier Olaegui, ambos autodefinidos como “comisionistas”. “Esta alianza le sirve al hijo de Manuel Chaves para ofrecer a sus clientes contratos con administraciones públicas a través de la empresa del socio, Inverolaegui, con el que había pactado repartirse las comisiones. En la misma fecha, firman tres contratos –y un cuarto, el 1 de marzo– con varias empresas dedicadas a la venta de espacios publicitarios, todas dirigidas por Antonio Sánchez Iribarnegaray y su hijo Rafael Sánchez Zaragoza. Javier Olaegui –e Iván Chaves como tapado– se ofrecen para conseguir publicidad de una veintena de organismos públicos andaluces. Las empresas se los ceden en exclusiva”.
Luis Pizarro, consejero de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía, presenta su dimisión
Pero volvamos un poco atrás y recapitulemos. Hace dos años, en plena Semana Santa, Zapatero reclamaba al presidente de la Junta, Manuel Chaves, para que aceptara el puesto de vicepresidente tercero de su Gobierno, llevándose consigo al número dos del Ejecutivo andaluz, Gaspar Zarrías como secretario de Estado. Chaves aceptó el nuevo cargo y nombró a su sucesor. Aunque todo apuntaba a que éste fuera Mar Moreno, la favorita de Zapatero, Chaves optó por su consejero de Economía, José Antonio Griñán, un amigo y un tecnócrata fácil de manejar desde Madrid, que nunca había ocupado cargo alguno en el partido. Griñán remodeló su Gobierno con personas de su confianza, mantuvo a Mar Moreno como consejera de Presidencia y portavoz y colocó a Luis Pizarro, vicesecretario general del PSOE-A, como consejero de Gobernación y Justicia, quien mantendría a Chaves informado de todo cuanto ocurría en Andalucía. Pero, dos años después, había apartado definitivamente a Manuel Chaves de la Secretaría General y había reagrupado el aparato del partido, totalmente en sus manos. La nueva Ejecutiva Regional promovida por Griñán terminó por alejar a personajes de la vieja guardia, como el vicesecretario general, Luis Pizarro. “Desde Madrid –escribe Benito Fernández en Diariocrítico–, Chaves y Zarrías comenzaron a mover sus peones para buscar motivos que dejaran en evidencia la apuesta de Griñán. Y no tardaron en encontrarlos. La filtración de unas cuantiosas subvenciones públicas concedidas de forma sospechosa a la empresa de la mujer de Velasco fue el detonante de la dimisión de éste no sólo como vicesecretario general sino también como parlamentario en la Cámara andaluza. El torpedo lanzado por alguien de dentro del partido había dado de lleno en la línea de flotación de la nueva Ejecutiva de Griñán. Todos pensaban que éste volvería a acudir a Luis Pizarro para que volviera a ocupar la vacante dejada por Velasco, pero el presidente optó por amortizar el cargo y colocar de número dos a Susana Díaz quien, poco a poco iba ganando poder hasta convertirse en la verdadera ejecutora de los planes previstos por Griñán para acabar con la vieja escuela que, desde hacía dos décadas, había dominado al PSOE andaluz”.
Chaves, preocupado por lo sucedido en Andalucía.
A principios de abril, Luis Pizarro presenta su dimisión con lo que abre una crisis sin precedentes a Griñán. Si a esto le añadimos los datos aportados por los documentos robados a Iván, el hijo de Manuel Chaves, el escándalo se hace monumental. El asunto saca de quicio a Chaves, que ya ha pasado por el calvario del “Caso Matsa” con la subvención a la empresa en la que trabaja su hija Paula. Sobre todo, al anular el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía el Acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de 31 de julio de 2009, que eludía expedientar a Manuel Chaves, en relación a la subvención otorgada por el Consejo de Gobierno andaluz a la empresa Minas de Aguas Teñidas (Matsa) en la que trabajaba su hija, Paula Chaves Iborra. El TSJA insta a la Junta a abrirle un expediente sancionador por la misma causa. Algunos socialistas miran hacia sus enemigos en Sevilla que no son precisamente los del PP, sino miembros de su propio partido. Y observan, alarmados, cómo todas las encuestas realizadas desde hace más de un año, dan a Javier Arenas como ganador en las elecciones autonómicas del 2012, cuando el PSOE lleva gobernando desde hace treinta años. Si los socialistas pierden las dos únicas capitales en las que gobierna (Sevilla y Jaén), alguna Diputación Provincial y la mayoría de los más de 500 pueblos en los que tiene alcaldes del total de 711 localidades andaluzas, José Antonio Griñán ya no podría ni siquiera escudar su fracaso en el “efecto Zapatero”, después de que el presidente del Gobierno haya anunciado su intención de no volver a presentarse.
José Antonio Griñán, presidente de la Junta.
A mes y medio de las municipales y con la Junta asediada por el escándalo de los falsos prejubilados y las encuestas autonómicas dando mayoría absoluta al PP, el presidente Griñán nombra a Gabriel Almagro delegado de la Junta en Cádiz. Momento en que Luis Pizarro, consejero de Gobernación, da un portazo de descontento y abandona el Gobierno. No es el primer enfrentamiento con Griñán. Francisco González Cabaña, jefe del partido en esta provincia, afín a Pizarro, ya ha protagonizado sonados encontronazos con el presidente de la Junta. En marzo de 2010, dimitía como miembro de la Ejecutiva sólo cuatro horas después de ser nombrado, alegando un “malentendido” y provocando la irritación del presidente. Recientemente, estuvo al frente de una frustrada operación para impedir que la alcaldesa de Jerez de la Frontera (Cádiz), Pilar Sánchez, respaldada por Griñán, volviera a presentarse. El puñetazo encima de la mesa de Griñán, que envía un mensaje interno, cambiando a su hombre en Cádiz, provoca la reacción inmediata de Pizarro, quien llama al presidente y le tira un órdago. La salida de Pizarro, que sigue como parlamentario andaluz por Cádiz, abre una crisis de consecuencias imprevisibles en el partido y en el Gobierno. Pizarro, Gaspar Zarrías, hoy secretario federal de Relaciones Institucionales del PSOE, y Griñán, eran los hombres de máxima confianza de Chaves. Chaves sigue siendo secretario general del PSOE-A y Pizarro, su vicesecretario. Pero Griñán se muestra incómodo con aquella bicefalia. Su convivencia con Pizarro empezaba a generar fricciones. Y, aunque lo mantiene como consejero de Gobernación, el vínculo se rompe. Griñán sitúa como su número dos en el Gobierno a Mar Moreno y confía el mando del partido a los jóvenes. La falta de sintonía con Cabaña y con Pizarro y la espantada de Velasco quizás habrían pasado como anécdotas. Pero el escándalo de los ERE y las encuestas negativas abren otras heridas.
La Caja de Pandora
El hecho de que el presidente de la Junta acepte la dimisión de Pizarro se complementa con la suspensión del comité provincial del PSOE de Cádiz que esta misma semana iba a llevar a efecto una extraña ceremonia, la de proclamar a Francisco González Cabaña, secretario general de dicho partido en ese provincia, como precandidato a la presidencia de la Diputación de Cádiz que, a la vista de las encuestas, nadie da por segura. La batalla interna más cruenta se sigue librando en Jerez de la Frontera, donde la alcaldesa, Pilar Sánchez, recibe la confirmación in peéctore de su nombramiento como candidata por parte de José Antonio Griñán, a pesar de que la ejecutiva provincial pensara lo contrario. Tanto Luis Pizarro como Manuel Chaves apoyan visiblemente a González Cabaña en el intento de evitar que la alcaldesa jerezana concurriese a los próximos comicios. Incluso llegan a echar mano de los estatutos para recomponer la candidatura y colocar al frente de la misma al prestigioso arquitecto jerezano, Manuel González Fustegueras, en el pasado vinculado al Partido Andalucista. Hace un par de semanas, una comida en Madrid entre Pizarro, Chaves, González Cabaña y el previsible candidato, trascendió antes de tiempo y empezó a abrirse la caja de Pandora. “Demasiado tarde –dicen los más pesimistas, preocupados– Nos estamos haciendo un haraquiri colectivo”. Después de tres décadas de mando en plaza, el ocaso del régimen ha abierto la caja de Pandora. El partido se ha convertido en un campo de batalla en el que unos y otros ajustan cuentan pendientes a través de la prensa. Las envidias, las vendettas personales, el temor a perder la poltrona o a verse envuelto en los escándalos... Un cóctel explosivo, mortal de necesidad.
José Blanco cree que Pizarro, “amigo y compañero”, se equivocó.
Aunque Chaves mantiene oficialmente su amistad con Griñán, su distanciamiento es cada vez mayor. Francisco Menacho Villalba, ex alcalde del Ayuntamiento gaditano de Olvera y actual tercer vicepresidente de la Diputación de Cádiz, asumirá el relevo de Pizarro. Menacho era hasta ahora hombre de confianza de González Cabaña y, por ello, también muy próximo a las tesis pizarristas. Con este nombramiento Griñán intenta apaciguar el incendio del PSOE gaditano. Pero, la dimisión de Pizarro provoca la cuarta remodelación en el Gobierno de la Junta de Andalucía, desde que Griñán tomó posesión el 23 de abril de 2009. También es el quinto cambio en lo que se lleva de legislatura. La salida de Pizarro, con las encuestas favorables al PP y el escándalo de los EREs, hacen peligrar su frágil equilibrio. Sobre todo, con el enfrentamiento del PSOE de Cádiz. Las convulsiones generadas por la marcha de Pizarro peligraban, pese a las declaraciones de Rubalcaba para el que “es una exageración hablar de crisis en el PSOE andaluz” y expresa su deseo de que Griñán siga siendo el candidato elegido. La consigna, es restar importancia a la dimisión, pese a que abre una crisis de alcance aún desconocido. “Hubo una discrepancia con un miembro del Gobierno y el presidente, en el ejercicio de sus funciones, nombra a un sustituto”, dice José Blanco, vicesecretario general, como si el dimisionario no hubiera sido el hombre fuerte del PSOE-A en la era Chaves. Éste tiene palabras de cariño para Pizarro su “amigo y compañero que se ha equivocado en dimitir”, pero echa igualmente un cable a Griñán. Ante una discrepancia que “parece profunda o normal –alega– hay que proceder a un relevo. Es un disparate pensar en un enfrentamiento entre él y Griñán. Quien lo crea, pincha en hueso”. A la vez, Griñán dedica a Pizarro una breve despedida, agradeciéndole su “servicio y vocación” para “engrandecer el proyecto”. Advierte que no ha dimitido nadie que sea de la Ejecutiva. “Sólo un consejero, cubierto en menos de 24 horas, y que no formaba parte de la Ejecutiva socialista. El PSOE es un partido fuerte y lo va a demostrar”, añade, mientras la agrupación socialista de Cádiz, abiertamente enfrentada a la dirección regional que encabeza Griñán, da un paso atrás. Los rebeldes gaditanos se pliegan a las exigencias de la dirección regional. Y Mar Moreno, la consejera de Presidencia, insiste en la idea de minimizar la importancia de la crisis.
Mercedes Alaya, a la salida de los juzgados. Foto de Laura León.
Pero es en el asunto de los EREs (más de seiscientos millones de euros defraudados y más de un centenar de empresas afectadas) en donde Griñán se ve especialmente señalado. Primero ordena que sea la propia Junta de Andalucía quien lleve las investigaciones del fraude “hasta llegar al final, caiga quien caiga”. Luego, intenta convencer de que los 70 supuestos defraudadores y algo más de un centenar de posibles sospechosos, han defraudado “sólo” unos veinte millones de euros. Pero Mercedes Ayala, jueza del juzgado de instrucción número 3, fiel a su línea de investigación, pide reiteradamente a la Junta las actas de los Consejos de Gobierno para comprobar si los Ejecutivos de Manuel Chaves y de Griñán tenían conocimiento del fraude. La Junta se niega a facilitarle la documentación. La jueza insiste en exigir la entrega todas las actas de los consejos de Gobierno, desde el año 2001 hasta hoy. Al margen de la “indebida utilización de fondos públicos para beneficiar a amigos, familiares, personas vinculadas al partido de Gobierno (PSOE) y su entorno” la magistrada quiere las actas para investigar si miembros del Ejecutivo andaluz utilizaron los fondos públicos para pagar expedientes de regulación de empleo, a sabiendas de que el sistema elegido para su distribución era ilegal. Es decir, si miembros del Gobierno prevaricaron. Alaya añade que la Junta de Andalucía debe entender “la importancia y extensión” de la investigación. Y remacha con una carga de profundidad dirigida al Gobierno: “Resulta paradójico que, durante 10 años, la Junta de Andalucía no haya detectado las graves irregularidades que se estaban cometiendo con los fondos públicos y ahora se extrañe de que el juez que investiga el caso quiera conocer los motivos de ello”.
En este armario acorazado se entregaron las actas de la Junta sobre los EREs falsos.
Crece la mutua desconfianza entre la juez Alaya y el Gobierno andaluz. A regañadientes, la Junta entrega el miércoles las actas de los Consejos de Gobierno antes de que cumpla el plazo de 72 horas exigido por la magistrada. Es un armario acorazado en el que están depositados 150.000 folios que pueden dar la luz sobre la investigación interna de los EREs falsos. La juez tiene intención de llevar a la Junta de Andalucía al Tribunal Supremo, tras haber bloqueado el Ejecutivo de Griñán la entrega de actas de 480 consejos de Gobierno. Alaya quiere saber si la Junta aprobó algún cambio en el presupuesto para ampliar las ayudas a empresas en crisis. Pretende conocer el método de trabajo entre la Consejería de Empleo y el Instituto de Fomento de Andalucía (IFA), la actual IDEA, y si Chaves y Griñán conocían los informes de la Intervención General y de la Cámara de Cuentas andaluza. Y, el jueves, personal de la Junta de Andalucía deposita en el Juzgado las actas del Consejo de Gobierno desde el año 2001 hasta la actualidad, en 11 sobres lacrados, solicitados por la magistrada. Dichas actas se guardarán en un armario acorazado con permanente vigilancia personal y de cámaras hasta que se pronuncie el Tribunal de Conflictos Jurisdiccionales, dependiente del Tribunal Supremo, en relación con la competencia de la juez “para levantar el carácter reservado de parte del contenido de las actas”.
Diego Valderas, coordinador andaluz de IU, confirma a “Público” que el caso de los EREs fraudulentos, es el escándalo social más importante de Andalucía. “El presidente Griñán –declara Valderas a Raúl Bocanegra– ha sido incapaz de limpiar la era. Debía haber exigido responsabilidades inmediatas a aquellos que no han tenido el suficiente celo en el uso de los fondos. Es un error del PSOE no haber aprobado una comisión de investigación. A través de distintas iniciativas, el clima político está viciado por los EREs. En un clima como el que vive ahora la política, el presidente debe adelantar las elecciones autonómicas, para salir de este clima… Cuando el Gobierno negó la comisión de investigación, todo su discurso se centró en que la Justicia llegara hasta el fondo. Y cuando la Justicia acorraló al Gobierno, éste se puso a la defensiva. Otro error. Poco espacio le ha dejado la jueza para otra cosa que no sea la colaboración inmediata. En su último auto sitúa el lugar del delito en el Consejo de Gobierno. De ser eso así, el presidente no tiene salida. Si no colabora, descubriremos que ha puesto el dedo en la llaga… Este es el resultado final de una deriva muy preocupante del PSOE hacia la derecha. Ha considerado que esto era su cortijo… Se necesita una política que rompa con el pasado. Treintidós años pesan mucho en la conciencia social de muchos ciudadanos. Andalucía ha sido incapaz, de la mano del PSOE, de superar los déficits, a pesar del volumen de dinero gestionado. Eso significa que no se ha hecho bien la gestión… El PSOE sólo ha sabido gestionar cuando ha habido opulencia y no en tiempos de crisis. Hay 1,2 millones de parados y un 45% de los jóvenes son precarios. Y, lo peor de todo, tenemos una sociedad muy preparada y muy mal utilizada… Los EREs pueden ser el fin, no sólo de un ciclo político, sino el fin del PSOE, tal como lo conocemos. Ha tenido una deriva tal hacia posiciones socio-liberales que ha olvidado sus posiciones social-demócratas. Y eso Andalucía no lo va a perdonar.
Susana Díaz, Secretaria de Organización del PSOE, pide perdón lo ciudadanos andaluces.
Los tres asuntos que comprometen negativamente la política socialista en Andalucía –el caso de los negocios del hijo de Chaves, el expresidente andaluz, los expedientes de regulación fraudulentos y las ayudas a la contratación financiadas con fondos europeos–, aunque de diferente gravedad, son especialmente dañinos para las expectativas de los socialistas y para la imagen de Andalucía. Todo lo cual ha llevado a Susana Díaz, secretaria de Organización del PSOE andaluz, a tomar una decisión difícil y poco frecuente en política: pedir “perdón” a los ciudadanos andaluces. Díaz se refiere al caso de los ERE, que “abochorna” y “entristece” a los socialistas, pero añade que el PSOE es “el partido de la honestidad, porque lo que distingue a los partidos, no es que haya quien se aproveche, sino cómo se reacciona”.
Manuel Chaves denuncia la campaña de “calumnia y difamación” del PP contra su persona y su familia.
En el mismo acto, aunque de manera totalmente diferente, los esbirros del PSOE se defienden y contraatacan a su modo. El número dos del PSOE, José Blanco, destaca la “gran fortaleza” del partido en Andalucía y remacha que “no se arruga ante las dificultades”. El ministro de Fomento arropa una vez más al presidente Griñán, “que se enfrenta a una tormenta perfecta que cobra cada vez más vigor”. Por su parte, Iván Chaves, hijo del expresidente andaluz, sale al paso de las informaciones publicadas por el diario digital “El Confidencial”. Tacha las acusaciones de “falsas y de insinuaciones injuriosas” y niega que Cexmark Soluciones SL, la empresa en la que desarrolla “de forma exclusiva” su actividad profesional, haya contratado o actuado como intermediaria ante administraciones públicas desde su creación. Su padre se lamenta en el Senado y considera “deleznable” el que se utilice a su hijo. Y Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno, hace una cerrada defensa del ministro de Política Territorial. Dice que conoce a Chaves desde hace “muchísimos años”, los suficientes como para defender su inocencia y tener la absoluta convicción de que es “un político honrado”. Finalmente, califica las informaciones publicadas al respecto de ser una pieza más del “catálogo de infundios y mentiras que el PP viene echando en manos de Chaves”.
Arenas señala que le da “mucha pena” que en el PSOE sólo se preocupen por “mentir, insultar y prohibir”.
“Al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves (Ceuta, 1945) –escribe Ignacio Escolar en su blog (escolar.net)– le sustituyó José Antonio Griñán (Madrid, 1946). El jueves pasado se cumplían dos años de este relevo rejuvenecedor y el resultado del dedazo no es como para que el PSOE celebre el aniversario. No es un problema de edad, sino de actitud. La falta de liderazgo de Griñán, hoy cuestionado en su propio partido, está acelerando el deterioro de un poder que ya lleva en el machito casi treinta años. El relevo de Chaves no les ha salido bien, ya no hay ninguna duda. El eterno segundón, Javier Arenas, aparece en las encuestas como probable presidente; a la cuarta (¡campeón!) tal vez será la vencida. Arenas no está cerca de ganar por sus aciertos, sino por los errores ajenos. La crisis política que hoy vive el dividido socialismo andaluz sólo es comparable al deterioro de su imagen pública por esas prejubilaciones de lujo, por esos EREs corruptos que no es que huelan mal, es que apestan”.
Zapatero y Chaves, con caras de preocupación.
“La única buena noticia para el PSOE andaluz –prosigue I. Escolar– es que las elecciones de mayo sólo serán municipales. Probablemente serán desastrosas para los socialistas; probablemente pierdan el Ayuntamiento de Sevilla. Tras la derrota, vendrá la guerra interna, pero aún habrá tiempo de plantear alternativas. “El mecanismo del dedazo simplifica mucho las cosas, pero no es el nuestro ni el de la sociedad española”, decía este sábado Zapatero. El cuento también vale para Andalucía, donde el PSOE necesita, como el agua, la legitimidad política que da un proceso de primarias; no faltará quien las pida. Pase lo que pase, será bueno para el PSOE. Si gana otro candidato, porque tendrá el empuje que hoy les falta. Y si gana Griñán, porque al fin tendrá el respaldo a un liderazo que, de momento, le ha faltado”.
El humor negro de Pep Roig vuelve a abrir esta sección semanal de dibujantes humorísticos. Hoy traemos más humor sobre los EREs, humor de Mel, Medina, Peridis y Karry.
Manel Fontdevila, esta semana, con: Inciso, Blasfemias, Eurodiputado, A su servicio y El equipo.
Territoro Vergara presenta: El rescate, La subida, El paro, El árbol y… Tiempos modernos. Pep Roig dibuja: Zapatero, a tus zapatos, Eurocaradurismo, Es su turno, Todos queremos más y Tiempo de carroñeros. Y para terminar, tres vídeos musicales. El primero, de la chirigota “los que siempre dan la espalda” El segundo, sobre la primera parte de Hary Janos, de Zoltan Kdali, interpretado por la Banda de Colmenar Viejo de la que formo parte y dirigido por Miguel Angel Grau Sapiña, en el VIII Festival de Bandas celebrado hace unos días. El tercero, una canción de Manuel Serrar: Mediterráneo.