Revista Cine
Director: Veiko Õunpuu
La otra vez comentaba, con mucha ira sin duda alguna, lo malísima -por no decir basura, mierda, asquerosa- que es "Sügisball", la opera prima del director de "The temptation of St. Tony", su segundo largometraje y el que les comento ahora. Debo decir que me hallaba en una encrucijada, pues con tan pésimo antecedente, la confianza en este director era nula, pero por otro lado esta película parecía ser de lo más interesante, a pesar de su director. Al final, una vez acabado el visionado, debo decir que me siento satisfecho y aliviado de no haber presenciado otro montón de mierda como con "Sügisball"; al contrario, "The temptation of St. Tony" es tan rara e inclasificable que el interés no cesa de aumentar y cautivar. Eso sí, no es para todos los públicos, mucho menos para los más autocomplacientes: es difícil, aislada, en extremo pesimista, todo un reto moral... Pero si uno se mete de lleno en este particular mundo, entonces creo que quedarán tan satisfechos como yo. Y obvio: deben saber hacia dónde se dirigen, pero un poco nada más, para mantener las sorpresas intactas...
Tonu, un sujeto con un importante cargo en una empresa, comienza a vivir extraños sucesos a la par que cuestiona el bien y el mal en el mundo, además de su papel en ello y la posible recompensa y/o castigo: reflexiona sobre la naturaleza del mundo y de la humanidad. Quizás no le agrade lo que vea, o capaz que ni siquiera termine de una pieza... Es que el recorrido que comienza...
Hay distintos tipos de blanco y negro en el cine, y no me voy a parar a enumerarlos todos; sólo diré que están los que destacan por su belleza, otros que destacan por su fealdad, otros que destacan por ser blanco y negro sólo por ser blanco y negro -fans de Jarmusch, ejem, que intentan emular la habilidad estética del estadounidense-, otros que impactan por el poder que emana de las entrañas de la imagen misma. La fotografía de esta película destaca por su fealdad y por el impacto de ésta, por ser malditamente coherente y necesaria...
...En "Sügisball", de la cual voy a repetir hasta el cansancio que es una mierda, el director pretendía, creo yo, retratar la gris y miserable vida de personajes grises y miserables que viven en un mundo gris y miserable. Esa era la intención, se nota, pero al final quedaba todo como una burda caricatura amén de un director con delirios de grandeza intelectual, un director tan incapaz que en vez de lograr que la imagen en movimiento fuera la que hablara por la película, hacía que sus personajes recitasen las autocomplacientes ideas del director sin el menor asco ni vergüenza: así, por ejemplo -el más extremo y ridículo-, un personaje le reprochaba a otro que "es un personaje Bergmaniano pero menos humano, porque se siente afligido por la ausencia de su dios...". Brillante, de verdad, todo un ejemplo de sabiduría... (mentira)... Asquerosamente obvio y todo, había un punto ahí: para el director, el mundo es un campo abandonado en el que los humanos simplemente caminamos sin rumbo fijo, sin nada que nos haga mínimamente especiales. Esto último lo sé no por "Sügisball", que ya dije que es una basura superficial incapaz de comunicar nada, sino que por "The temptation of St. Tony", que sí es capaz de transmitir desazón a través de las imágenes y, mejor aún, mostrar y retorcer la esencia de la naturaleza de los objetos...
..."The temptation of St. Tony" es la forma que tiene el director de decirnos, con más pesimismo y resignación que nunca, que no hay bien en este mundo, que no hay nada que salvar ni reivindicar, que no tenemos remedio ni salida: que estamos atrapados en una trampa mortal cubierta, eso sí, de una fina capa de ilusa esperanza. Por lo mismo, el blanco y negro es tan coherente y necesario: porque si en "Sügisball" el director quería mostrarnos a unas marionetas sin vida, ahora nos muestra un tambaleante mundo podrido y sin atisbo de luz alguna, sólo oscuridad y desolación. Este blanco y negro es el pie de una atmósfera de permanente extrañeza e inquietud, algo natural considerando que la película es de lo más oscuro y maligno que he visto en el último tiempo: las imágenes de verdad no transmiten nada, es decir, que te despojan de todo lo bueno en que uno puede creer; no hay bondad, no hay piedad, no hay moral. Para que se hagan una idea, "Kill list", que salió un par de años después, tiene una atmósfera similar, llena de maldad y oscuridad, un callejón sin salida cada vez más estrecho y ruinoso...
...Ruinoso como el paisaje que Tonu, el protagonista, vislumbra cada vez que sale de casa; ruinosa como la moral de las personas con las que se relaciona; ruinoso como el interior y la esencia de este mundo condenado y rendido. Tonu, que conserva algo de bien en su interior, contrastado con el reinante mal exterior, camina y vive un horrible proceso: la deshumanización completa de su ser, el enfrentamiento a las pruebas que le pone por delante el Mal.
Vale la pena traer a colación que el director se inspira, me imagino -por el título, por la trama en sí...-, en San Antonio, un ermitaño egipcio, también monje cristiano, que regaló todos sus bienes para irse a vivir solo al desierto, lugar en el que el demonio constantemente lo tentaba con lujuriosos y pecadores ofrecimientos; San Antonio, que creía en la piedad, se negaba a base de oraciones y fe, que a la larga le hicieron triunfar, pero la tentación de San Antonio se convirtió en fuente de inspiración para muchos artistas de prácticamente todas las artes.
Este proceso, el del Tonu del director estonio, hace del visionado algo aún mas desahuciante, pues si al principio vemos atisbos de humanidad y/o bondad, ya por el final vemos con estupor cómo todo está perdido. "The temptation of St. Tony" hace gala de una estética de la pérdida, de un agujero negro que te consume por completo y que sólo te deja con lo malo. Porque, fiel a su visión pesimista, el director se deja llevar por el mal y lo que nos muestra es el despojo del bien, la caída en la tentación...
...Y con este proceso tan desalentador, una trama que poco a poco se vuelve más descolocante, una mezcla de locuras cada vez más impensadas -pero convincentes dentro de todo- y elipsis cada vez más desorientadoras: nos estamos perdiendo ya en esta espiral de maldad y depravación, no hay nada que hacer. El punto cúlmine, en mi opinión, es la brillante secuencia del Das Goldene Zeitalter, si es posible, el mismo infierno, o al menos su sede, pues para el director el mundo mismo es un infierno, ¿o es que no han puesto atención a la película?
En pocas palabras, varias cosas: Veiko Õunpuu se gana mi respeto, tanto por su capacidad para crear una atmósfera tan extremadamente desasosegante y repugnante y pestilente como cierta como por la notoria capacidad narrativa suya, lo cual se puede notar en la sucesión de capturas puestas -y ya pueden comparar la primera con la última... por la dirección de Tonu...-; "The temptation of St. Tony" es de esas películas que los mantendrá alerta en todo momento, no por el devenir de la trama en sí sino por lo que contiene cada momento, cada imagen. No se pierdan esta extraña joya y genialidad; puede parecer cliché decirlo de nuevo, pero con esta película sí que no van a quedar para nada indiferentes... Imposible.