Reconozcamos que salvo el circo, pocas cosas resultan más entretenidas y con números tan solemnes, como llenos de trucos, que los discursos de los políticos en campaña electoral.
Se podrían escribir enciclopedias con verdaderas salvajadas que se han dicho en campañas electorales y sin embargo, levantan polémica pero nada más. Se siguen produciendo y como pasa también en los espectáculos cirquenses cada vez se va alcanzado cotas más altas, haciendo bueno el dicho de: “el más difícil todavía”.
En la actual campaña electoral catalana ya hay varios ejemplos, digamos variopintos, pero hasta ahora –ya verán ustedes como hay quien lo supera, sin problemas— quien se lleva la palma ha sido el Presidente de Esquerra Republicana y candidato a President de la Generalitat: Joan Puigcercós.
Se ve que el hombre se encuentra con un partido en horas bajas y piensa que cualquier cosa vale para intentar hacer de revulsivo a sus bases y tratar de pescar en no sé que río revuelto con unas declaraciones incendiarias que a mi modo de ver, rayan en lo delictivo.
Y esto es lo que ha dicho D. Joan, hace dos días:
"El régimen tributario español esta yendo en contra de las empresas catalanas. Cada día cuántos empresarios de Cataluña tienen en su casa instalado a un inspector de Hacienda cuando Madrid es una fiesta fiscal y en Andalucía no paga ni Dios"
La cuestión es grave, se ve que a ojos de este político provinciano, en Madrid hay cachondeo fiscal, --paga quien quiere—, y que en Andalucía se ve que no paga nadie, ni hasta el mismo Dios.
Naturalmente estas declaraciones indecentes que no han sido rectificadas, sino “matizadas” --es curioso esto de matizar ratificando lo mismo—, han sido condenadas desde todos los lados, pero tienen una parte que no ha sido criticada suficientemente y que, a mi modo de ver, es muy grave.
Porque si grave es decir que en Madrid y Andalucía no se pagan impuestos o que se defrauda porque puedan tener un trato de favor, más grave es decir que los empresarios de Cataluña tienen en su casa un inspector de Hacienda.
¡Hay que ver! Los pobres empresarios catalanes, según este energúmeno, se encuentran ante la imposibilidad de defraudar, como se ve que, según su interpretación, hacen en Madrid y en Andalucía.
Sr. Puigcercós, usted está alentando un delito, el de apología al fraude fiscal, porque está pidiendo que los empresarios catalanes puedan defraudar “como los demás”, ni más ni menos.
Mire usted, yo respeto enormemente su partido, pero que quiere que le diga, puede que usted sea político, republicano, catalán, independentista o mediopensionista, pero con sus declaraciones lo que usted demuestra es que no es de izquierdas.
Salud y República