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PULIDO DE SUELOS: ventajas de los suelos de hormigón pulido

Publicado el 15 julio 2022 por Comunicae @comunicae

El hormigón es un material muy importante en la construcción o en la reforma de suelos industriales. Su resistencia y estabilidad proporciona gran garantía de durabilidad y calidad, que es imprescindible para cualquier suelo industrial.

El hormigón puede ser una superficie extremadamente resistente al desgaste con un mantenimiento muy mínimo y se puede utilizar sobre todo en forma pulida en zonas industriales y comerciales, pero cada vez es más popular en viviendas residenciales, garajes, sótanos y cubiertas exteriores.

Hay varios tipos de suelos de hormigón, pero el hormigón pulido suele ser el más popular para naves y suelos industriales. Estos tipos de suelos industriales tienen muchas ventajas, que se explica a continuación:

¿Qué es el hormigón pulido?
Los suelos de hormigón pulido no sólo están diseñados para resistir la prueba del tiempo y, en ocasiones, la intensa actividad industrial, sino también por su aspecto limpio y brillante.

El pulido de suelos es en realidad un proceso y un tratamiento aplicado a cualquier tipo de suelo. En este caso, el suelo de hormigón en bruto cuando es fabricado es importante respetar el tiempo de secado antes de iniciar el proceso de acabado. En el caso de reformar un suelo industrial, es esencial que el suelo sea reparado y nivelado adecuadamente antes de realizar el pulido de suelos.

Pulido de suelo de hormigón
Tras el secado, el hormigón tiene muchas asperezas que pueden eliminarse lijando y puliendo para obtener un suelo liso, robusto y estético.

Las arrugas presentes en el suelo de hormigón en bruto se eliminan mediante una técnica de pulido de suelos por abrasión industrial. Las máquinas pulidoras de hormigón utilizadas en esta fase de la construcción del suelo están equipadas con discos abrasivos de diamante. Cuanto más grandes sean los diamantes (también llamados granos) de los discos de pulir, más fino quedará el pulido.

Acabado del hormigón pulido
El pulido de suelos debe hacerse siempre de forma gradual, ya sea en suelo seco o húmedo. Al final del proceso de pulido, se aplica un sellador de hormigón. Esto no sólo hace que el suelo de hormigón sea más brillante, sino que también lo hace impermeable a los líquidos y más resistente a las manchas. Existen varios tipos de selladores, según el acabado deseado.

Ventajas del suelo de hormigón industrial pulido
Un suelo de hormigón pulido ofrece muchas ventajas:

- Aspecto estético
El suelo de hormigón pulido lo hace brillar y lo realza considerablemente. Su aspecto liso y uniforme se ve reforzado por la ausencia de juntas. Además, existe una amplia gama de colores entre los que elegir e incluso es posible añadir acabados decorativos. Es una ventaja que puede embellecer cualquier zona comercial o de exposición, por ejemplo.

- Resistencia y durabilidad
Este es probablemente el criterio más importante para un suelo destinado al uso industrial: los suelos de hormigón pulido tienen una excelente resistencia al tiempo y al desgaste. Las técnicas de lijado y pulido aumentan su dureza y, por tanto, su robustez.

- Mantenimiento
El aspecto liso, la ausencia de juntas y su superficie perfectamente plana hacen que sea extremadamente fácil de limpiar a diario y de mantener a largo plazo. Se recomienda el uso de un producto jabonoso (preferiblemente orgánico) con agua. Conviene saber que se desaconseja totalmente el uso de lejía, ya que puede estropear el suelo de forma permanente. Hay que tener en cuenta que el suelo de hormigón está tratado para resistir manchas y posibles arañazos que se pueden eliminar puliendo el suelo.

¿Es necesario pulir un suelo de hormigón existente?
Pulir el suelo de hormigón es similar a lijar madera, pero la arena se reemplaza por diamantes finos.

El esmerilado del hormigón se realiza primero en tres pasadas en las que el tamaño de los diamantes cambia de grueso a fino cada vez. La superficie resultante es limpia y recta, con una ligera textura arenosa.

Para el suelo de un garaje o sótano, puede detenerse en esta fase y teñir el hormigón. A continuación, se añade un endurecedor (de litio o de otro tipo) para endurecer la superficie hasta conseguir un acabado resistente a la abrasión.

Esta superficie endurecida se puede pulir con tres pasadas más de diamantes progresivamente más finos hasta conseguir una superficie brillante similar al granito pulido.

Pulir un suelo de hormigón nuevo
Para un suelo nuevo, el primer paso es elegir el hormigón.

Se recomienda un hormigón con agregados de piedra fina triturada. Se puede utilizar cualquier tipo de piedra o agregado: piedra caliza, mármol, granito o incluso vidrio. Sin embargo, no se aconseja las piedras redondas, que tienden a desprenderse del hormigón durante el lijado.

En el caso del hormigón nuevo, el desbaste puede hacerse a los 10 o 12 días, pero el pulido final debe esperar hasta 28 días después de la colocación del hormigón.

Sellado del hormigón
El pulido mecánico es lo que hace brillar el hormigón
. El sellador sólo sirve para impermeabilizar el hormigón y protegerlo de las manchas.

Los selladores suelen ser inodoros y de base acuosa con silano o siloxano. Se puede utilizar un sellador que forme una película superficial o un sellador que penetre en el hormigón y no forme la película superficial.

El sellador de superficies protegerá mejor el hormigón de las manchas producidas por alimentos ácidos como los cítricos, el vinagre o el vino y se suele utiliza mejor en las cocinas.

El sellador penetrante se recomienda cuando no hay ácidos alimentarios, ya que es más duradero. Durará unos cinco años, mientras que el sellador de superficies debe reaplicarse cada dos años.

¿Cómo recuperar viejas losas de hormigón?
El hormigón demasiado débil no puede pulirse, pero su masa puede hacerse más densa utilizando "densificadores" de sales de silicato, que tienen el efecto de rellenar las juntas del hormigón y hacerlo más impermeable.

A continuación, la superficie se endurece mediante la adición de sodio, potasio o litio, que penetran y cristalizan en el hormigón hasta una profundidad de 3 a 6 mm, formando una superficie más resistente a la abrasión, lista para ser pulido. Esta práctica ha restaurado muchas losas de hormigón que antes estaban condenadas a la demolición y vertederos.


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