Hay algunos deportes que siempre se relacionan con la gente mayor: el golf y las bochas son dos de ellos. Todavía no sé bien por qué. Puede ser porque son juegos “tranquilos” en los que no se requieren hacer movimientos bruscos. O por lo menos eso es lo que uno piensa antes de jugarlos y después se da cuenta de que no es tan así. El año pasado tuvimos la oportunidad de jugar al golf por primera vez. En esa oportunidad fue en un hotel 5 estrellas en Colonia, Uruguay, al que nos invitaron en el marco de un blogtrip. Hace unos días tuvimos la posibilidad de jugar por primera vez a la bochas. Pero el escenario fue totalmete diferente: una pulpería de 1850, en Campodónico, un paraje rural a 24 km de Tapalqué, en la provincia de Buenos Aires.
¿Qué es una pulpería?
Muchos de ustedes se preguntarán qué es una pulpería, qué hacíamos nosotros ahí y por qué jugamos a las bochas. Las pulperías son comercios que funcionaban como almacén, bar y taberna en la época colonial. Pero también eran el lugar de sociabilización donde, especialmente los gauchos, llegaban para tomar alguna bebida alcóholica, jugar a los naipes o a las bochas, entonar alguna payada y seguir camino. Era un ambiente principalmente masculino donde los problemas se solucionaban con el cuchillo y, por eso, los barrotes sobre el mostrador servían para proteger al pulpero de los ataques. Los barrotes son el símbolo distintivo de las pulperías. Es lo que las diferencia de los almacenes de ramos generales, tan comunes en los pueblos de las provincias.
¿Por qué se llaman “pulperías”?
Hace unos días tuve la posibilidad de conversar con Daniel, un historiador y coleccionista de antigüedades que nos mostró la antigua pulpería de Navarro (sobre la que les contaremos en otro post) y nos explicó las distintas teorías sobre el origen del nombre “pulpería”. Una de ellas y, al parecer, la más acertada, es que el origen proviene de la bebida pulque. El pulque es una bebida alcóholica muy común en México , que se obtiene de la planta de maguey (dicen que se toma más que el tequila) y se denominaba “pulquería” al comercio donde se vendía. Al parecer, el término “pulquería” se deformó hasta convertirse en “pulpería” ya que en sudamérica esa bebida no se tomaba y el negocio donde se vendía tenía las mismas características que las “pulperías” conocidas por nosotros en la actualidad.
Otras teoría dicen que el nombre proviene directamente del vocablo “pulpo” o “pulpa”, ya que alguna vez se habría visto a los comerciantes vendiendo pulpo a la gallega y pulpa de fruta en estos locales. Existen algunas otras teorías que andan dando vueltas por el imaginario social, pero junto con Daniel llegamos a la conclusión que la primera puede ser la más acertada. Sobre todo teniendo en cuenta que en las pulperías locales la bebida que más se consumía era el aguardiente, tan fuerte como el pulque mexicano.
Las pulperías en la actualidad
Muchas de las pulperías originales desaparecieron, pero todavía quedan algunas en la provincia de Buenos Aires. La mayoría sigue siendo un almacén de ramos generales cuyos dueños encontraron en el turismo rural una salida económica. Allí se venden picadas (salame, queso, mortadela, pan, vino, cerveza y gaseosa) y en algunas es posible jugar a las bochas. En nuestro último viajecito por la provincia de Buenos Aires estuvimos en Tapalqué. Muy cerca de allí, por la polvorienta ruta provincial 50, se llega al paraje rural Campodónico donde se encuentra en pie la pulpería de los hermanos Toso. La historia cuenta que los primeros dueños eran los miembros de la familia Cáseres, luego fueron los integrantes de la familia Vázquez y, finalmente, la familia Campodónico. La viuda de Campodónico, un hacendado que habría trabajado para los primeros dueños, donó la pulpería y los terrenos a los salesianos de la orden de Don Bosco. Con los años, tanto los terrenos como la pulpería se fueron vendiendo a distintas personas. El último dueño de la pulpería fue Aníbal Toso, cuyos hijos, Edgar y Aníbal son los actuales encargados de mantener el espíritu del pasado en las gruesas paredes de la pulpería “San Gervasio”.
La paz y la tranquilidad que se percibe en el lugar mientras nos preparan una rica picada y nosotros observamos atentos cada rincón y cada imagen de sus paredes, no son las mismas que se percibían en la época colonial. La ubicación de la pulpería en la zona de frontera entre el territorio que “pertenecía” a Buenos Aires y el que “pertenecía” a los indios convertía al lugar en escenario de malones, matanzas y peleas.
Preparando la picada.
Picada.
Algunas imágenes de la pulpería y sus alrededores. El color rosa de las paredes se le atribuye al rojo punzó obligatorio durante la época de Rosas (el color rojo representaba a los federales y todo aquel que no lo lucía era considerado traidor).
Después de la rica picada, no nos podíamos ir del lugar sin jugar a las bochas. La cancha parecía llamarnos. Estaba ahí, bien cuidada y con un marcador de tantos que enseguida llamó mi atención. Se formaron dos equipos. Dino y Juan, por un lado, y Aniko y Damián por el otro. Los ganadores fueron los primeros, quienes entraron triunfantes al recinto y con ganas de seguir practicando este deporte. Según contaron los propios participantes: “parece fácil, pero es muy difícil. Hay que saber dominar la bocha y calcular la fuerza al lanzarla… no es fácil”. A pesar de esas dificultades lo disfrutaron mucho, porque no podían borrarse la sonrisa de la cara.
“El Peti” dando cátedra de los movimientos y los tiros de bocha, mientras los aprendices observan atentos.
El resultado final: 12 a 18.
Pueden leer sobre otras pulperías que visitamos en este link.
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Datos útiles
¿Cómo llegar?
Campodónico se encuentra sobre la ruta provincial 50 (de tierra) entre las rutas 51 y la nacional número 3. Se encuentra a 24 km de Tapalqué y a 87 de la ciudad de Azul. Si se llega por la ruta nacional 3 hay que desviarse en Cacharí.
Horarios
La pulpería permanece abierta durante la mañana hasta el mediodía. Luego, vuelve a abrir sus puertas a las 16. Los hermanos Toso viven en la casa que está detrás de la pulpería.