Revista Comunicación
Puñales por la espalda -cluedo
Publicado el 10 diciembre 2019 por Jorge Bertran Garcia @JorgeABertran
Tras trasladar el tono de Dashiell Hammet a un instituto en Brick (2005), proponer cine negro hardboiled en Looper (2012) -y volver de la galaxia de George Lucas recibiendo palos de los fans, creo que injustamente- Ryan Johnson plantea un whodunit a lo Agatha Christie en Puñales por la espalda, entretenido film de misterio, en clave de comedia, cuya principal virtud es tener un guión en el que todo encaja como un puzle perfecto. Cada elemento del argumento está milimétricamente conectado con otro para que al final de la cinta tengamos la sensación de que nada sobra. Pero atención, porque hay en este film más de una sorpresa. La primera es que la verdadera protagonista es la menos esperada -mirad dónde aparece ubicada en el cartel del film- nada menos que nuestra Ana de Armas -aunque esté nominada a mejor actriz de reparto en los Globos de Oro- en el mejor papel de su carrera. Su figura, su personaje es una inmigrante, responde a una intención política: Johnson quiere reírse a costa de Donald Trump y sobre todo de los poderosos republicanos que lo apoyan, pero también de los demócratas que lo repudian, diciéndonos que en caso de emergencia, absolutamente todos irán por la pasta, y harán cualquier cosa por mantener su nivel de vida. Estas ideas están colocadas en los personajes de la familia Drysdale, interpretados por actores que son puro carisma: Jaime Lee Curtis, Don Johnson, Michael Shannon, Chris Evans, Toni Colette y un Christopher Plummer de Oscar. Mencionemos, por supuesto, a Daniel Craig -también nominado a los Globos de Oro- como el detective de acento sureño-Benoit Blanc-, que no aparece tanto en pantalla como podríamos esperar. Desde el primer momento, cuando presenta al personaje, Johnson nos muestra que Blanc estará en segundo plano y nos sorprende haciéndonos creer que esto no es, del todo, un whodunit sinouna de suspense a lo Hitchcock. Creo que en el juego del gato y el ratón que el director mantiene con el espectador, no sale del todo victorioso, porque era vital estar un paso por delante de nosotros. Al menos en mi caso, no lo consigue hacia el final de la cinta. Eso sí, la primera hora de la película es un derroche de sabiduría narrativa con un guión que utiliza de forma inteligente el punto de vista y un montaje que mezcla escenas y personajes de forma admirable, jugando a la repetición de momentos desde diferentes perspectivas en un juego de continuas revelaciones.