Hay una foto en Facebook del joven concejal César Vilar, de Izquierda Unida-Esquerra Unida en San Juan, población de Alicante de 22.000 habitantes, en la que apunta con una pistola a la cámara que lo retrata.
Vidal es el mismo que ya había escrito que “ametrallaría a David Bisbal" por ser un “ejemplo claro de mugre españolista asquerosa”.
Ante numerosas demandas de que lo destituyeran, su partido lo apoyó porque “es un gran opositor al PP”.
En España vuelven a proliferar personajes de la izquierda que hablan de ejecutar, de ametrallar a gente indeseable, enemigos de clase.
El periódico ultraprogresí Público, del multimillonario trotskista Jaume Roures, copropietario del influyente medio televisivo Mediapro, acaba de publicar un épico artículo sobre unos españoles, también de IU, que marcharon a Ucrania como brigadistas internacionales para luchar en favor de “la revolución” y los rebeldes rusos.
Creciente número de militantes izquierdistas, o de la que se presentan como izquierda, porque Podemos está más cerca de la Falange que de Marx, no ocultan ya su fascinación por la violencia, por pelear con quienes no les gustan.
Pablo Iglesias Turrión (PIT), mesías fundador de Podemos y figura modelo José Antonio, cacarea su pelea con gente “del lumpen, de clase inferior”, mientras define la guillotina como indispensable para establecer una democracia, que podría ser útil en la España actual.
Recuérdese “la dialéctica de los puños y las pistolas” falangista y que las urnas están para romperlas, porque la verdadera democracia debe ser directa y asamblearia, como Podemos y los anarquismos.
Tras prometer una revolución pacífica, los comunistas rusos lograban la paz asesinando a sus enemigos de clase, quizás “a la mugre españolista asquerosa”.
Las armas las carga el diablo y enloquecen a supuestos pacifistas que buscan enemigos para dispararlas furiosamente.
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SALAS