La primera vez que visité este lugar fue en el 2010. Lo descubrimos por casualidad. Una playa muy pequeña, escondida. A primera vista sin nada especial, pero nos gustó tanto que volvimos unos días después y nos quedamos allí el resto de las vacaciones.
Pertenece al parque natural de Cabo Cope y Puntas de Calnegre (Murcia), y es una zona de playa virgen en la que perderse y disfrutar de la naturaleza. Porque no hay otra cosa, no hay nada. Sólo tu y la playa, el mar, las rocas. Paz y tranquilidad.
Fui un poco ilusa y esperaba encontrarme todo tal y como estaba hace años. Por supuesto, no fue así. Para empezar, habían vallado nuestra playa y a cambio, montado un parking de caravanas. Aún así, encontramos un sitio perfecto donde quedarnos. Durante unos días, volví a disfrutar de “mi playa secreta”. Busqué caracolas, piedras bonitas, me senté al sol (a no hacer nada), recorrí los acantilados y fuimos al pueblo paseando por el viejo camino.
Y me di cuenta de lo injusta que había sido exigiendo que todo estuviera igual que aquella primera vez. Yo soy como esa playa: también he cambiado desde 2010. He crecido, mejorado en algunas cosas, seguramente también empeorado en otras… Pero hay que amar el cambio y aprender a abrazarlo. Fue darme cuenta de esto y volver a sentirme tan feliz en este sitio como hace años.
Así que por mucho que cambie este lugar con el paso del tiempo, siempre será especial para mi. Creo que mi sitio favorito en el mundo, aunque no tiene nada, aunque sólo hay mar, piedras y arena. Si buscáis pasar unos días tranquilos, os recomiendo que hagáis una visita a este pequeño paraíso.
Que tengáis un buen fin de semana :)
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