Punto y final.

Lo primero es pediros disculpas a los pocos que me leéis pues por el momento el blog no lleva el rumbo que quería y hasta hoy me está sirviendo de desahogo, pero uno de mis doce propósitos de este año era volver al mundo literario, ese que tanto me hacía despejarme, desconectar, conocer a muchísima gente nueva y en el que podía ser yo misma, con mis virtudes, mis defectos y mis rarezas.
Pero hoy no será el día en el que vuelva a ese mundo, hoy me gustaría dedicarme unas palabras a mi misma ya que el 2015 fue algo intenso, emocionalmente hablando, hubieron muchos altibajos y creedme cuando os digo que lloré más de lo reí.
Lo único que pretendo con esto es ponerme a mi misma, un punto y final de esa etapa, pasar página, pues las cosas han cambiado de la manera que no esperaba y sí, recalco ese no, ya que yo esperaba todo lo contrarío.
Mi único problema es que aún no he asimilado nada y parte de mi sigue creyendo que en algún momento volveremos al pasado y esto trae problemas, así que voy a prometerme a mi misma desde hoy que no le daremos más importancia al pasado, como siempre digo: "si el pasado llama a tu puerta, no le dejes entrar." A partir de ahora voy a disfrutar de lo que me ofrece la vida y como me invita a ser feliz, no voy a rechazar esa invitación...
Hoy por hoy tengo otra clase de problemas pero los afrontaremos con fuerza y positivismo, a lo que me lleva compartiros esta frase, me gustó y no dudé en publicarla por todas mis redes sociales y aquí, no iba a ser menos.