Por Nery Santos
Son tres puntos. Pueden ir en el medio de una oración o al final de ella. ¿Qué significan esas tres manchitas, que como hormigas van marchando para dar un sentido o alargar a una frase? Sin duda representan una interrupción de una oración para crear un significado especial o llegar a un final impreciso, ¿pero por qué usarlos?
La invención de los primeros signos de puntuación se debe a un bibliotecario de Alejandría cerca del año 200 a.C. llamado Aristófanes. Antes los manuscritos no contenían espacios entre las palabras ni ningún tipo de puntuación. Aristófanes propuso un sistema de puntos arriba, en medio y debajo de cada línea. De allí hemos estado perfeccionándolos hasta hacerlos definitivos con la llegada de la imprenta.
Encontrarás muchas críticas asociadas al uso de los puntos suspensivos. Ahora bien, teniendo en cuenta que no se puede abusar de ellos y de que por sí solos no hacen milagros. Y considerando que deben ser precedidos por las palabras correctas para que causen emoción, debo confesarles que a mí me encantan.
El punto en un escrito demuestra una pausa o un final. En cambio el punto suspensivo, representa una participación del lector. Te deja entrar en ese final de la oración y participar de la apertura de la frase. Estos tres puntos te causan una duda o te invitan a pensar más allá.
En uno de los casos cuando se usan es cuando hacemos una enumeración y queremos indicar que hay más. Por ejemplo: Las flores más hermosas son las rosas, los crisantemos, las orquídeas…
En la oración que puse de ejemplo, los tres puntos indican que aparte de las rosas, los crisantemos y las orquídeas, también hay otros tipos de flores que también son hermosas. Pero al hacerlo así, ¿no estás invitando al lector a que también coloque allí con su pensamiento algunas flores que también a él le gusten? Desde mi punto de vista esos puntos te prestan un espacio abierto para introducir los conocimientos, ideas y emociones del lector. Estos tres puntos logran que la lista quede abierta. Básicamente se transforman en un equivalente a la palabra etcétera.
Los puntos suspensivos como su nombre indica, representan suspenso, también duda, vacilación, incomodidad o temor.
Por ejemplo: En la noche escuché pisadas en el sótano…, pero resultaron ser del gato del vecino.
O este otro ejemplo: No sabía si comprarme aquel vestido de seda…, era tan bonito, pero tan caro.
Igualmente sirven para no escribir un enunciado que ya es conocido o ya se ha contado. Abrevia así entonces algo que ya se sabe, como un refrán. Por ejemplo:
Más vale pájaro en mano…
Si los encuentras en la mitad de una frase, metidos dentro de corchetes o de paréntesis, indican que se ha omitido material de la fuente original de una cita que se hace, o se ha eliminado un fragmento.
También sirven para no escribir palabras insultantes o malsonantes, pero insinuarlas. Por ejemplo:
¡Qué hijo de…!
Como también se usan para un énfasis expresivo, como por ejemplo:
Mi madre… la más hermosa.
Sin embargo hay que tomar en cuenta que son optativos. Muchas veces la oración ya denota el suspenso, el temor, la duda o el énfasis y no necesitamos usarlos o será redundante. Tu pericia como escritor te dirá cuando los necesitas sin abusar de ellos. Cometerás un grave error si los usas junto con la palabra etcétera o su diminutivo, porque será una redundancia.
Nunca uses cuatro o cinco o diez puntos suspensivos. Son tres. El uso de más puntos no aumentará su poder, solo mostrará un error ortográfico.
Terminar una frase con puntos suspensivos es como suspirar al final de la oración, saborearla o dotarla de una aparente solemnidad, pero cuidado, pueden llegar a ser contraproducentes o dar una falsa trascendencia. Hay que ser prudentes.
¿Y qué hay del futuro de los puntos suspensivos?
Escuché una conversación donde una persona le decía a la otra:
—Muchas gracias por el favor que me hiciste, si estuviese escribiendo ahora te mandaría unas manitas en oración y una carita sonriente.
Los emoticonos se están colando hasta en el lenguaje hablado y se están atravesando en el camino de las oraciones escritas, muchas veces ocupando el lugar de nuestros puntos suspensivos…