Por mucho tiempo, creí que era la mejor de las creaciones que podíamos tener, y efectivamente así es, pero solo temporalmente.
Cabe aclarar que el tema es largo y las experiencias encontradas en la columna son propias y que no todos obtenemos los mismos resultados porque nuestros cuerpos reaccionan de manera diferente.
Todo comenzo cuando era adolescente, como toda seguidora de tendencias temporales, llamaba mucho mi atención los pupilentes y como la mayoría hice mi ahorro para comprarlos.
Me acuerdo de aquellos días en los que mi seguridad era alta por sentir que mis ojos atraían miradas, pero como era tan pequeña, ni siquiera notaba el mal que me estaba causando. Para quien no ha utilizado, les explicó, al comprarlos te dan su cajita para guardarse por separado y aparte les tienes que poner un líquido para que se hidraten.
Cuando el líquido se terminaba, se tenía que volver a comprar otra solución especial, porque no se podían humedecer con nada más. A lo que a mí, se me hacía fácil y los ponía en agua y la lentillas iba desgastando y por consecutivo se deshacían, ya no tenían uso y eran totalmente desechables. Y pasaba igual si no los tomabas con precaución, se lograban dañar con gran facilidad.
Lo mismo con los lentes de contacto, mismo uso e indicaciones.
Comencé a trabajar en lugares que la mayor parte del tiempo era estar sentado frente a una computadora, pero hasta después de un par de años noté que mi vista se había desgastado y por esos motivos opte por comprar los lentes de contacto. Los cuales me ayudaban a mejorar mi vista, ya que había desarrollado miopía.
Pero al paso de los meses, también me causaron resequedad e irritación, que me daba muchas molestias al final del día.
Desconocía que hubiera algún tratamiento, y efectivamente lo hay, son gotas de lágrima artificiales. Que humectan los ojos, para evitar la comenzó provocada por la resequedad y de mas.
