Revista Coaching

Pymes: el desafío de formar un equipo eficiente de trabajo para mejorar la competitividad

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

5435435Por: Francisco Galizia

Los modelos de producción y consumo han cambiado drásticamente en las últimas décadas, donde se pasó de la masividad a lo específico. La producción ya no está pensada para grandes grupos homogéneos, sino que está creada para grupos sociales con gustos y exigencias particulares. En este proceso de cambio también sufrieron modificaciones las estructuras de las empresas en donde la cadena de producción con tareas repetitivas y monótonas para el empleado fue dejada para que éste pase a formar parte de grupos de trabajo en donde nacen y se desarrollan proyectos enfocados en clientes prefijados.

La formación de equipos dentro de una empresa es crítico y muy relevante pero lo es aún más para las pequeñas y medianas compañías que en esta modalidad de trabajo encuentran una ventaja competitiva. En un mundo con sobreoferta de productos, el ingenio y la diferencia que marque una pyme en el desarrollo de productos es crucial para competir. Es allí donde los grupos de trabajo entran en acción y la importancia de que formen parte de la estructura organizativa de la empresa.

“Hoy, el trabajador, para adaptarse a las nuevas demandas, requiere habilidades específicas, competencias, destrezas propias de las nuevas tecnologías (no sólo las duras sino también las blandas) y los grupos ayudan a ello, a que se trabaje en integración y no en soledad”, destaca Marcelo Elizondo, director de la Escuela de Negocios de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) en diálogo con Ámbito Industrial+Pymes.

La transformación de los sistemas rígidos hacia los que están mucho más en contacto con las necesidades de clientes y el mundo consumidor plan-tea la urgencia de reformar los viejos parámetros. En este marco, “el proceso de inversión en capital humano es de suma importancia debido a que por el mismo se ingresa a un sistema de mejora continua”, agrega Elizondo. Es aquí donde el empleado a la vez de producir introduce nuevas capacidades que lo enriquecen como persona y como miembro de la empresa para la cual trabaja aportando valor agregado.

Retención

La formación de equipos de trabajo es importante para la pyme pero a su vez cuando se adopta este criterio de producción es fundamental sostenerlo en el tiempo. Evitar la fuga de empleados capacitados es crucial debido a que la empresa no sólo corre el riesgo de perder a un trabajador, sino a un miembro de un equipo ya constituido y consolidado.

Además, la creación de equipos de trabajo ayuda a que el empleado se sienta con mayor comodidad y cercanía a la empresa, lo que contribuye a que sea más difícil que la persona quiera abandonar la pyme. “El mayor elemento de retención es la satisfacción del empleado y la misma está íntimamente relacionada con su sentimiento de armonía, satisfacción e identificación con un grupo de trabajo. El elemento más relevante es que se sienta contenido, que tenga una identidad y eso se lo dará el equipo en el cual se desempeñe”, resalta Gabriela Macagni, directora ejecutiva de Endeavor Argentina.

Básicamente un trabajador permanece en una empresa por múltiples factores como por la carrera profesional que prevé, por la remuneración recibida, por las habilidades que tiene, por su adaptación al marco de trabajo y por el confort psicológico. En un grupo de trabajo es fundamental tener en cuenta los últimos dos ítems sobre todo en la actualidad en donde el contexto económico dificulta para una pyme el competir en base a mejores sueldos para sus empleados.

“Una de las dificultades que los empresarios marcan a la hora de hacer crecer sus negocios es la dificultad para acceder a oferta de trabajadores capacitados. La productividad por trabajador se elevó desde 2001 un 65%, pero el salario real por trabajador creció 225%. Ante esto y teniendo en cuenta la realidad actual, las empresas se hallan ante la necesidad de adaptar sus recursos humanos para enfrentar ambientes de costos creciente por inflación, relaciones friccionales con proveedores, clientes, sindicatos o reguladores, falta de financiamiento, pérdida de competitividad y baja tasa de inversión”, agrega el director de la escuela de negocios de UCES. Es por esto que para que el empleado decida permanecer en una empresa, sin incentivos económicos, deben reforzarse otros aspectos como el de mejorar las habilidades en los recursos humanos.

“La formación de un grupo de trabajo eficiente contribuye a que un trabajador decida quedarse en una empresa pequeña. Ayuda significativamente porque la sensación de logro es el generador de un alto índice de satisfacción. El ser humano va a tender a quedarse en los lugares donde, satisfechas sus necesidades básicas, tenga mayor sensación de complacencia. La formación de un grupo eficiente de trabajo ayudará al empleado a lograr sus metas, produciendo en el sentirse a gusto con su trabajo y el de sus compañeros”, indica Macagni.

Contención

Las pequeñas empresas no pueden competir por cantidad de producción pero sí por calidad de sus productos e innovación. Para esto necesitan del ingenio de los empleados el cual se desarrollará en contextos de estabilidad y contención laboral. “Un grupo de trabajo debe generar un espacio de contención, y debe crear competencias para que ese grupo genere productividad a la empresa. Por eso el grupo debe no sólo pensar en lo psicológico, sino en que se retroalimenten sus miembros”, explica Elizondo.

“En el nuevo mundo del trabajo son premiadas las capacidades como la apertura mental, la aptitud de trabajar en equipo, la rápida adaptación a los cambios, la habilidad para consensuar, la capacidad para escuchar, la adaptación a las nuevas tecnologías. Los nuevos trabajos que se creen no escaparán a estos parámetros y todo ello se construye mejor en grupos, integrando y coordinando”, agrega.

Recursos

Los salarios definen y marcan los parámetros del mercado laboral cuando hay demanda de empleados por parte de las empresas, pero el problema se plantea cuando en épocas de crisis las empresas no pueden ofrecer buenos salarios y es allí cuando entran en juego las condiciones de trabajo.

“Desde los años 2004 hasta 2011, entre las personas de entre 20 y 64 años, el empleo descendió en 94.269 puestos para los que contaban con un nivel educativo bajo. Por el contrario para los trabajadores con mayor formación profesional, la cifra ascendió en 719.309 para nivel medio y en 915.444 puestos para nivel alto. Por ende, debe advertirse que es necesario trabajar en la capacitación de trabajadores actuales pero también en la oferta de adaptación al nuevo mundo del trabajo para quienes podrían acceder a éste y la integración en grupos facilita esto”, destaca Elizondo. “La formación de equipos le otorgan algunos beneficios a los empleados que puedan suplir la imposibilidad de un aumento de sueldo. Alcanzar el logro y la contención humana que ofrece un grupo de trabajo puede compensar ciertos niveles de distorsión de la remuneración deseada con la recibida”, subraya Macagni.

Formación

A la hora de crear grupos de trabajo hay que tener en cuenta que más allá de que constituyan subunidades dentro de la empresa y tengan objetivos específicos, no dejan de ser parte de la compañía. La idea no es aislar a los miembros del grupo del resto de los empleados, sino que sigan integrados a la estructura organizacional. A la hora de asignar objetivos, éstos deben ser reales y no demasiado ambiciosos debido a que si se incumplen se estaría frustrando el espíritu del equipo que era solucionar o trabajar en determinado problema.

Los grupos dentro de la empresa tienen objetivos específicos, pero a su vez son parte de otros objetivos más grandes impartidos por la empresa, como la misión. Además, es recomendable que los equipos estén integrados por miembros con conocimientos complementarios, para de esta forma fomentar la innovación. Para ello los directores deben darles algo de autoridad en la toma de decisiones y hacerlos responsables por sus actos. De esta forma los integrantes irán adquiriendo confianza y tendrán espacio para equivocarse, pero por sobre todo para crear soluciones a problemas de la pyme.

“La articulación de fuerzas es esencial para generar y alcanzar cualquier objetivo. Es fundamental que para resolver cualquier rompecabezas sus piezas se articulen de manera apropiada y armónicamente. Para lograr el mejor resultado final, se debe elegir el mejor mecanismo para armonizar fuerzas y sacar el mayor potencial de cada una de ellas”, indica la directora ejecutiva de Endeavor Argentina.

Autor Francisco Galizia

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