Dua Lipa se ha negado a actuar en la inauguración del Mundial que hoy da comienzo en Qaar. Dice que actuará en este país sólo cuando éste cumpla sus compromisos sobre derechos humanos. La cantante británica lo anunció en una story, en la que afirma que tiene muchas ganas de visitar el emirato, pero que sólo lo hará "cuando el país respete los compromisos sobre derechos humanos que adquirió al convertirse en sede" del torneo. Otros artistas internacionales sí actuarán. La XXII edición de los Mundiales de Fútbol se ha convertido en un torneo tan atípico como fuertemente politizado, en gran medida por las críticas contra el país organizador en materia de derechos humanos. Una investigación de Amnistía Internacional cifró en 15.021 los no cataríes fallecidos desde 2010 hasta 2019, siendo imposible precisar las causas, toda vez que el Estado responsable nunca ha investigado estos fallecimientos, ni ha hecho nada por evitar que se produjeran. Incluso negó a las familias de los fallecidos la indemnización correspondiente. Fueron patentes los presuntos favores económicos en la designación de esta sede mundialista, así como las draconianas condiciones laborales y la explotación de trabajadores inmigrantes en la construcción de las cuantiosas infraestructuras para acoger esta competición. Así lo interpreta Roberto Mansilla Blanco, bajo el título "Catar 2022: el Mundial más 'político' de la historia", publicado en Esglobal.org "Comencemos por algunos datos que certifican el carácter atípico de este Mundial. Será el primero que no se dispute en época estival (junio y julio) por las altísimas temperaturas del emirato catarí (superan incluso los 40º) que hacen impracticable el deporte. Esto ha llevado a realizar este torneo en noviembre y diciembre, con temperaturas más benignas. También es la primera vez que está organizado en Oriente Medio y por parte de un país árabe que, curiosamente, no destaca por su tradición futbolística a excepción de Argelia, Egipto o Marruecos, por poner algunos ejemplos. El poder de los petrodólares del emirato catarí, que le ha permitido comprar equipos de las principales ligas europeas como el PSG y el Manchester City, pesaría así por encima de la tradición futbolística. En este sentido, se entienden las críticas sobre presuntos favores y corrupciones manifestados contra la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), el máximo organismo futbolístico a nivel global, desde el momento de la designación de Catar como sede de este Mundial en 2010".
En 2010, la FIFA nombró a Qatar como sede del mundial de fútbol de 2022. Desde entonces, el país está en obras. Durante doce años se ha reconstruido de cero la ciudad de Doha, levantando infraestructuras, nuevas calles, edificios y estadios, un cambio masivo con el que el Gobierno de Qatar pretende presentarse al mundo, remodelando la imagen internacional del primer país árabe en acoger un mundial. Andrei Molodkin, artista ruso afincado en Francia, ha recreado la copa de fútbol que disputarán las selecciones nacionales en una escultura con petróleo qatarí como muestra de los dos grandes crímenes de este mundial: los sobornos del Gobierno para conseguir la sede y la sangre derramada de los trabajadores muertos en la reconstrucción de la ciudad. La obra se expuso al público los días 14 y 15 de noviembre en la Galería Nueva de Madrid, por un encargo de la revista de fútbol "Líbero", bajo el título: "La copa más sucia". Catar, según Mansilla Blanco, no es precisamente un país líder en defensa de los derechos humanos. "Todo lo contrario. Exfutbolistas como el francés Eric Cantona y el alemán Philip Lahm, este último, capitán de la selección alemana campeona del mundo en 2014, han criticado con dureza la celebración de esta competición en un país donde los derechos laborales, de las mujeres y de las minorías sexuales son sistemáticamente pisoteados. Las críticas acusan a la FIFA de necesitar esos petrodólares para seguir manejando el gran negocio del fútbol. El propio Lahm llegó a declarar que la FIFA 'debería tomar en cuenta los derechos humanos' a la hora de fijar la elección de sedes. En diversas ciudades francesas, algunos vecinos han amenazado con boicotear las transmisiones televisivas del Mundial. En estadios alemanes los aficionados han llamado al boicot de este torneo. Lo han provocado mensajes reivindicativos en varias latitudes geográficas. Un ejemplo es la selección inglesa, que anunció que jugará, portando brazaletes alusivos al movimiento LGTBI. Caso similar al del actual capitán de la selección alemana, el portero Manuel Neuer, quien también se solidarizó con este colectivo. Por otro lado, la geopolítica entró de lleno en este torneo, al vetar la FIFA la participación de Rusia debido a la guerra de Ucrania. Incluso, aceptó la inclusión de Ucrania como candidata a ser sede del Mundial 2030, junto con España y Portugal, a pesar de las distancias geográficas cuando, en principio, la candidatura ibérica estaba ya garantizada.
Pero el de Qatar no es el único ejemplo donde el fútbol y la política van de la mano. El fenómeno de masas del fútbol no ha pasado desapercibido para el poder político y, particularmente, para determinados líderes que no han desperdiciado la oportunidad de aprovechar este evento deportivo, y la atención que el mismo genera, para difundir sus respectivos mensajes políticos o consolidar y legitimar su autoridad. Si nos remontamos a los orígenes, el primer Mundial politizado de la historia fue el de Italia, en 1934. Il Duce esperaba consolidar en esta competición futbolística el éxito de su proyecto nacional fascista. No obstante, hasta ese momento, Italia no destacaba por su tradición futbolística, un hecho que cambió con la edición de este torneo. Sin embargo, la popularmente conocida como "Squadra Azzurra" se llevó su primer Mundial jugando como anfitriona, repitiendo cuatro años después, en Francia, en 1938. El avance del fascismo y del nazismo en Europa también repercutió en el Mundial de ese mismo año. Meses antes del torneo se había realizado el Anschluss, la anexión de Alemania de su vecina Austria, patria natal de Adolf Hitler. Este suceso implicó la presencia de jugadores austríacos en la selección germana que acudió a esta competición. Pero esto provocó también una rebelión: la gran estrella austríaca, Mathias Sindelar, se negó a jugar con la camiseta alemana. Posteriormente, probablemente, al conocerse sus orígenes judíos, se suicidó. Pero los fantasmas del fascismo fueron exorcizados después de la II Guerra Mundial por la recién creada República Federal de Alemania (RFA), que ganó sorprendentemente el Mundial de Suiza, en 1954, batiendo a la entonces favorita Hungría, un país en ese momento bajo el paraguas de la Europa del Este socialista. El mundo ya estaba instalado en la guerra fría y la bipolarización Este-Oeste entre la Unión Soviética y Estados Unidos, razón por la que eventos de atención global, como los Mundiales de Fútbol y los Juegos Olímpicos, estuvieron también condicionados por esta confrontación bipolar geopolítica e ideológica y los intereses políticos de las respectivas potencias. Esto incluso se evidenció en la indumentaria de algunas selecciones, como fue el caso de la URSS, con las célebres siglas CCCP o de la República Democrática Alemana (RDA).
Politización en el mundo del fútbol.
En las eliminatorias del Mundial 1974, también se vivió una situación insólita en clave política: en septiembre de 1973, Chile y la URSS debían disputar el partido decisivo para la clasificación al torneo en el estadio Nacional de Santiago. El golpe militar de Augusto Pinochet contra Salvador Allende, ocurrido el 11 de septiembre, generó una ola de protestas que tuvieron eco en el campo socialista. Por ello, la URSS se negó a viajar a Chile, con lo cual el seleccionado anfitrión debió cumplir con el protocolo, presentarse en el estadio que, en ese momento, estaba siendo utilizado como centro de reclusión de disidentes políticos por parte de los militares y realizar una jugada testimonial, anotando un gol ante la portería vacía que le valió la clasificación. Así mismo, el de 1990 fue el último Mundial para tres Estados ya desaparecidos: la URSS, Yugoslavia y Checoslovaquia. Los torneos posteriores mostraron al mundo la existencia también futbolística de nuevas naciones: República Checa, Eslovaquia, Croacia (actual subcampeona del mundo), Serbia-Montenegro, Serbia, Ucrania y Rusia, ambas actualmente enzarzadas en una guerra que también ha gravitado en la atmósfera futbolística de Catar 2022, aunque ninguna de estas selecciones está presente. Reclamaciones soberanistas que también se han vivido en los Mundiales, como el caso de México 1986, con el enfrentamiento entre Argentina e Inglaterra en cuartos de final, cuatro años después de la Guerra de las Malvinas de 1982. La famosa mano de Dios de Diego Armando Maradona y el mejor gol de la historia del fútbol (así catalogado por la FIFA) elevaron al astro argentino al nivel de héroe nacional no sólo reivindicando el orgullo patriótico sino también ilustrando la imagen del país en clave de transición política: fue el primer título argentino obtenido ya en tiempos de regreso a la democracia, acaecida tras la caída de la dictadura militar, en 1982, y la posterior transición democrática iniciada por Raúl Alfonsín. La nueva Argentina de Alfonsín y Maradona tuvo también su expresión en un nuevo tiempo político. En el Mundial Francia 1998, se enfrentaron por primera vez EE UU e Irán y volverán a hacerlo en Catar 2022, donde también están Inglaterra y Gales, viejos rivales históricos, más en lo político que en lo futbolístico. Organizaciones feministas han protestado ante la FIFA para que Irán no participe en este Mundial ante la represión del régimen contra manifestantes tras el asesinato de la activista Mahsa Amini. Pero también existen críticas por el apoyo de Teherán a Moscú en la guerra en Ucrania, que llevó a protestas en ese país para descalificar a los persas de este torneo como antes hizo la FIFA con Rusia. Hoy, domingo, el balón comenzará a rodar con el duelo inaugural entre Ecuador y Catar. Pero más allá del deporte, la competición de este año no escapa a la dinámica de la politización en el mundo del fútbol, muy presente en la historia de los Mundiales.
Qatar es un pequeño territorio metido en el Golfo Pérsico con una sola frontera terrestre con Arabía Saudita con la que se llevan bastante mal. Está sentado sobre la tercera reserva de gas y petróleo del mundo. Su población es de 250.000 cataríes...y 2.750.000 trabajadores inmigrantes... El 80% de la población son extranjeros. "En Qatar -escribe Jon Kokura en LQSomos- la palabra democracia es un chiste de mal gusto. Allí, la que corta el queso es la familia real Al Thani. Y el jeque Tamim Bin Hamad Al Thani, de 42 pirulos y tres bellas esposas... por el momento. Su patrimonio ronda los 350.000 millones de dólares. Y como ya no saben qué hacer con tantos petrodólares, construyeron fastuosos edificios compraron clubes de fútbol, el PSG entre otros. Alguien les sugirió que financiaran las ONG que trabajan alimentando a los niños hambrientos del mundo... pero no le dieron pelota. Un día, los hombres de la familia Al Thani (las mujeres no pueden decir ni pío) se preguntaron: "¿Y si compramos el mundial de fútbol 2022?". "Dale!" contestaron todos... Y compraron un mundial de fútbol. Le pagaron un millón de dólares a ciertos de delegados de la Concacaf (Centroamérica). Un millón y medio a otros de la Conmebol (Sudamérica). Un par de millones por aquí y otro más allá... Dicen que el crack del fútbol francés Michel Platini, que se las daba de virgen, casto y puro, cobró 7,5 millones de dólares. Y el capo di tutti capo, el argentino, Julio Grondona (fallecido el 2014), se embolsó 10 palos verdes por dar el sí a Qatar 2022. De inmediato la realeza catarí se puso manos a la obra. Tenían que construir estadios de fútbol, en un 'país' donde nadie jugaba al fútbol. El proyecto original era de 12 estadios. Al final quedaron ¡ocho, uno de ellos desmontable, que van a 'donar' a algún país donde sí se juegue al fútbol. El asunto fue que, para construir los 8 estadios, hoteles, aeropuerto, autopista, centros comerciales, necesitaron mano de obra barata, muy barata... y eso que están podridos en dólares. Y llevaron trabajadores inmigrantes al por mayor. En un sistema de esclavitud llamado 'Kafala', que consiste en darle todo el poder a un administrador (negrero) para que contrate inmigrantes, los explote reteniéndole los pasaportes, haciéndolos vivir hacinados y con horarios de trabajo de hasta 18 horas por día. Sin derecho a pataleo, y, mucho menos, a cambiar de empleo. Sin este sistema perverso, construir lo que se construyó en Qatar, con temperaturas que varían de 30° a 50° a la sombra era imposible. Desde el 2010, murió en las faenas un promedio de 12 obreros por semana. Un total de 6.751 trabajadores inmigrantes murieron para que usted diga '¡Viva el fútbol!'. Esto, sin contar los obreros de Kenia y Filipinas, donde no se llevan registros migratorios. Las cifras de muertos aportadas por informes de The Guardian, la BBC (Inglaterra) y Amnistía Internacional son las siguientes: India 2.711, Nepal 1.641, Bangladesh 1.018, Pakistán 824, Sri Lanka 557. Se construyeron 8 estadios espectaculares, pero manchados de sangre. Están tan cerquita el uno del otro, que si usted es bueno pa' andar en bicicleta los recorre todos, en poco más de un medio día".
Qatar 2022: un mundial de fútbol manchado de sangre y de sobornos.
La carta completa que el presidente de FIFA Gianni Infantino, y la secretaria general Fatma Samoura, enviaron a las federaciones que participan de la Copa del Mundo, señala: "¡Por favor, concentrémonos ahora en el fútbol!". Obviamente, no cita a los 6.500 trabajadores muertos en la construcción de los estadios, ni los sobornos recibidos por los dirigentes del fútbol mundial para votar por Qatar como sede. Tampoco aborda la solicitud de Inglaterra y Gales, y otras seis naciones europeas, para que sus capitanes usen brazaletes multicolores 'One Love' en la Copa del Mundo, que son una respuesta a las preocupaciones sobre las leyes anti LGBTQ+ de Qatar. Ambas naciones ya han dicho que desafiarían cualquier sanción de la FIFA. En estos días y con motivo de la guerra en Ucrania se han producido resoluciones y pedidos inéditos. A la exclusión -ya ejecutada- de Rusia, con motivo de ese enfrentamiento, ahora se le agrega la petición de Ucrania para que Irán sea eliminado y que su lugar lo ocupen ellos. ¿El motivo? Que Irán provee a Rusia de drones usados para atacar a su población. El pedido lo ha hecho el presidente de un club ucraniano. En las eliminatorias, justamente Ucrania había sido derrotada por la selección iraní. Pero la muerte de al menos 6.500 trabajadores oriundos de Bangladesh, India, Nepal y Filipinas, que murieron por el calor extremo y las duras condiciones de explotación laboral a las que fueron sometidos en la construcción de los estadios para el Mundial de Qatar, fue ocultada por la autocracia qatarí, el dinero de las seis grandes trasnacionales patrocinantes de la justa "deportiva", la prensa hegemónica occidental y, obviamente los cómplices de la masacre, la FIFA. "Muertes por causas naturales" (sin mediar autopsia), dijo Qatar, repitió la FIFA y publicitaron los medios hegemónicos. En Qatar, la palabra democracia es un chiste de mal gusto. Allí, la palabra está acaparada (como todo lo demás) por la familia real Al Thani. Desde su designación como sede del Mundial de Fútbol 2022, Qatar ha sido fuente de grandes controversias.
Un informe de investigación emitido por la televisión suiza asegura que funcionarios de alto rango de la FIFA habrían sido espiados durante más nueve años por Qatar, con el fin de garantizar la celebración en ese país del Mundial. Otro reportaje de SRF, el canal público en alemán, afirma que el emir de Qatar, Tamin bin Hamad al Thani, estuvo directamente implicado en la operación de espionaje y que ordenó a antiguos espías de la CIA la obtención de listas detalladas de llamadas y mensajes por parte de miembros del comité ejecutivo de la FIFA. Para este espionaje Qatar habría utilizado la empresa estadounidense Global Risk Advisors, compuesta por antiguos colaboradores de los servicios secretos norteamericanos y dirigida por Kevin Chalker, el antiguo espía de la CIA. Alrededor de 66 agentes habrían participado en esta red en los cinco continentes, como parte de un acuerdo entre Qatar y la firma de seguridad que pudo negociarse en Zúrich, ciudad donde se encuentra la sede de la FIFA, y que pudo costar 387 millones de dólares, según destacó la televisión pública suiza. Más de 50 mil personas han recibido formación para garantizar la seguridad en la Copa del Mundo, que comienza hoy, y cuyo personal internacional actuará bajo un mando unificado catarí. Por las dudas, la base estadounidense de Al Udeid, alberga a más de un centenar de aviones y a más de 10.000 efectivos, siempre dispuestos a reprimir y matar, si fuera necesario. Doha reabrirá las fronteras a todos los visitantes, tengan entradas o no para los partidos del Mundial, una vez que finalice la fase de grupos el 2 de diciembre. Por otra parte, los servicios sanitarios no cuestionarán a las mujeres que necesiten un tratamiento médico durante el certamen si están casadas o no, en un país en el que las relaciones sexuales fuera del matrimonio están prohibidas. Según la legislación de Qatar, las relaciones sexuales fuera del matrimonio son susceptibles de penas que llegan hasta los siete años de prisión. Sus leyes restrictivas, entre ellas, la de homosexuales, han sido denunciadas repetidamente por organizaciones en defensa de los derechos humanos. En sus consejos a los visitantes, algunas embajadas recomiendan a las mujeres embarazadas que lleven un certificado de matrimonio si lo tienen, por cautela en el caso de que necesiten atención médica durante su estancia en Qatar.
Eric Cantona: "En el Mundial de Qatar ha muerto gente construyendo los estadios. No es un país de fútbol".Eric Cantoná es reconocido mundialmente por su implicación social y su sinceridad en estos términos, dentro y fuera del terreno de juego. El ex jugador francés que militó en el Manchester United ha declarado que no verá el Mundial: "Para ser honesto, no veré la próxima Copa del Mundo, porque no lo es para mí. No estoy en contra de que se celebre en lugares donde el fútbol se promocione, como ocurrió en Sudáfrica y en Estados Unidos, pero Qatar no es un país de fútbol", dijo durante una entrevista con Sportmail. "No sólo no se prevé que haya legado en el país. Han muerto miles de personas construyendo los estadios. Y, aun así, vamos a celebrar ahí la copa del Mundo. Es horrible", sentencia Cantoná. Poco importa a la FIFA que no exista libertad de expresión, que la discriminación de la mujer sea una realidad incluso normativa o que la homosexualidad esté prohibida en este país. Tímidamente algunas federaciones de fútbol como Alemania, Noruega, Bélgica o Suecia, han manifestado públicamente su preocupación sobre el tema. La española, sin embargo, calla. Este silencio es tan cínico como congruente, ya que su presidente, Luis Rubiales, decidió, a cambio de sustanciales ganancias, trasladar la sede de la Supercopa de España a Arabia Saudí durante dos trienios, 2019-2021 y 2022-2024, en la misma línea de actuación que la FIFA. Por otra parte, es importante no concluir que el movimiento de protesta ha fracasado por el hecho de que ninguna delegación haya renunciado a enviar a su equipo nacional. Hay muchas formas de hacer boicot (negarse a mostrar interés, no ir a los partidos, no ver los partidos, no comprar artículos como las camisetas de la selección, etc.), y han surgido abundantes críticas sobre las implicaciones de celebrar el evento en Catar que han ganado legitimidad gradualmente. El boicot es sólo el primer paso.
Ibai Llanos, Shakira, Dua Lipa, Rod Stewart se negaron a asistir por la ausencia de derechos humanos.
La artista británica desmiente los rumores sobre una eventual actuación durante la Copa del Mundo que se celebra en el emirato a partir de hoy, 20 de noviembre. A pesar de los recientes rumores sobre su presencia en la ceremonia inaugural, Dua Lipa ha anunciado en su perfil de Instagram que no estará en Qatar. Confiesa que tiene muchas ganas de visitar el emirato, pero que sólo lo hará "cuando el país respete los compromisos sobre derechos humanos que adquirió al convertirse en sede" del torneo. La cantante británica de 27 años ha afirmado que apoyará a la Selección de Inglaterra en la competición, pero que lo hará desde su casa. "Estoy deseando visitar Qatar cuando haya cumplido todas las promesas en materia de derechos humanos que hizo cuando obtuvo el derecho a organizar la Copa del Mundo", ha sentenciado la artista. El músico Rod Stewart tampoco estará en el Mundial de fútbol de Catar. "Me ofrecieron mucho dinero, más de un millón de dólares, por tocar allí pero lo rechacé", aseguró el artista británico en una entrevista para The Sunday Times. Stewart considera que "no está bien" acudir a la cita deportiva y advierte a los aficionados del colectivo LGBTI: "Hay que tener cuidado". La estrella de rock es la última en sumarse a una ambiciosa lista de personalidades que rehúye contribuir al blanqueamiento del despotismo catarí. Igualmente, el streamer, Ibai Llanos, anunció su renuncia a una oferta para viajar al emirato con la selección española. "¿Qué culpa tiene la gente? [dijo, sobre los futbolistas que acuden]. Al final, piensa en un chaval de 18 años al que le gusta el fútbol, ¿qué puede hacer contra una infraestructura gigantesca que decide mediante no sé cuántos casos de corrupción que el Mundial se celebra en invierno en Qatar? Hay cosas por encima de cualquier persona. Lo único que puede hacer es no verlo. Tú como individuo es lo que puedes aportar", argumentó. Las críticas por la celebración de un torneo internacional del deporte más seguido del mundo en un país con semejante historial también han llegado a entrenadores y futbolistas. El director técnico del Liverpool, Jürgen Klopp, cargó hace poco contra la organización al tiempo que hizo autocrítica: "Ha habido muchas oportunidades de denunciar la situación [...] Todos somos culpables". Klopp se refirió, además, a las condiciones laborales de los trabajadores que han participado en la construcción de los estadios. "No es bueno para una persona estar bajo el sol haciendo un trabajo físico. Pero nadie ha pensado en esos trabajadores. Ha habido muchas oportunidades de denunciarlo desde la concesión del Mundial. Dos o tres años para decir: 'Por cierto, esto no está bien'. Mucha gente ha querido ganar dinero por las razones equivocadas", ha señalado.
Otros comentarios, imágenes y fotos sorprendentes:
El capricho de la FIFA de organizar el mundial de fútbol de 2022 en Catar va a salir caro. La cantidad de muertes de trabajadores, involucrados en los preparativos del evento deportivo, acrecienta la "hipocresía" de Occidente al permitir cómo se intenta lavar la imagen de un país que no respeta los derechos humanos
E n este país se castiga la homosexualidad, por lo que los aficionados deberán esconder su orientación sexual para poder ver el evento. Un país en el que las mujeres no pueden mostrar sus hombros y los hombres no pueden llevar pantalones por encima de las rodillas. Algunos denunciaron la "vergüenza" que supone ver el contenido de las imágenes. Otros han optado por reír para no llorar. (Tremending)
"Nos han robado el fútbol para llevárselo a un enorme cementerio y jugar allí sobre miles de muertes, un Mundial aberrante y vergonzoso. Yo me he propuesto, en lo que dure el fraude, recordar los Mundiales que he vivido. Los he visto todos, desde los tiempos de Pelé hasta el último, en 2018. Esta vez no lo veré. Soy futbolero, pero antes que nada soy defensor de los Derechos Humanos y de la dignidad. Este Mundial es una vergüenza. Y no lo veré". (Manuel Ruda).
El pasado jueves se estrenó en 192 salas de cine "Sintiéndolo mucho", el documental que Fernando León de Aranoa realizó al convertirse, durante doce años, en sombra del Sabina. Dos días antes, habló de su carrera, pero también de su opinión sobre política e ideología. Sabina, que durante la dictadura estuvo afiliado al Partido Comunista, dijo que "el fracaso del comunismo ha sido feroz". "La deriva de la izquierda latinoamericana me rompe el corazón justamente por haber sido tan de izquierdas. Ahora ya no lo soy tanto porque tengo ojos, oídos y cabeza para ver lo que está pasando. Y es muy triste" añadió.
Antón Losada y Máximo Pradera recurrieron a sus respectivas cuentas de Twitter para comentar estas palabras de Sabina. "Yo es que ya no puedo con tanto sujétame el cubata. En serio", lamentó Losada sobre las declaraciones del cantautor de '19 días y 500 noches'. Por su parte, Pradera mostró su opinión acerca del mismo asunto con una expresión más clara y directa hacia el cantante: "No queremos que 'seas de izquierdas', Joaquín. Queremos que nos pagues".
Madrid se manifiesta contra la precarización de la #SanidadPública fantasma del PP de Isabel Díaz Ayuso. A ver si cunde el ejemplo.
El comunicador de extrema derecha calificó al presidente del Gobierno de "filoetarra". Ante esas palabras, el representante socialista, comentó: "En un país normal, no habría un tertuliano diciendo las barbaridades que acaba de decir Eduardo Inda, alguien absolutamente impresentable". El político vasco añadió que "no es gratis que un tertuliano vaya diciendo estas cosas sobre el presidente del Gobierno" y dejó claro a Inda: "Si tú crees que es un golpista, lo llevas a los tribunales". Pero Ana Rosa, la conductora, no sólo no frenó al director de OkDiario, sino que arremetió contra López y defendió a su colega de tertulias.
"Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y su vida centrada en su triunfo personal". (José Saramago. Ilustración de Daniel García)
El otoño, visto por el fotógrafo estadounidense, William Smith.El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Vergara, Enrique, Flavita Banana, Ferrán, Kalín, Malagón, Manel F, Riki Blanco, J. R. Mora, Asier y Javier...
El humor isleño de Pep Roig: