Revista Diario

¡Qué asco de gente!

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
Llevo toda la semana con dolor de cabeza y la astenia me tiene de mala leche. Así que ayer ya salí a la calle con pocas ganas de que me tocaran las narices, con muy pocas ganas de aguantar lo mismo de siempre.
A los pocos metros, "la banda del parque". Una horda de padres y niños sin educación ninguna, que se creen los dueños y señores de un par de parquecitos (públicos) que hay por esta zona. Vas a las 12 de la mañana y ya hay algunos. Vas a las 15h, va llegando el resto. Vuelves a pasar a las 19h, ya están todos; los de la mañana todavía siguen. Pasas a las 21h, cuando bajamos a la perra, siguen ahí. Son las 22.30h, no pasa nada, siguen ahí, no sea que alguien les vaya a robar el sitio para mañana. No me extrañaría nada que el día menos pensado pidar un euro por dejar a un niño ajeno a la banda acercarse a los columpios, que utilizan y explotan como si fueran de su propiedad. 
Me sale urticaria sólo de pensar en que mi hijo el día de mañana quiera juntarse con esa gentuza que tira al suelo todos los restos de bocatas, bollicaos, pipas, kikos (un día voy a sacar una foto), de esos padres fumando como chimeneas al lado de los niños, de esas madres todas a hacer puñetas de sus hijos, cuchicheando de los demás en un banco mientas sus churumbeles se tiran con un patinete por las escaleras con riesgo de atropellar a cualquiera (porque a mi si se abren la crisma me la trae el pairo, ¡lo que no quiero es que me atropellen!), esos preciosos niños que no se lo piensan dos veces antes de molestar a mi perra... Hablando de perra, que estoy de los anti-perros hasta los mismísimos y más allá, pero eso da para otra entrada.
Y sigo la vuelta, en la calle paralela me cruzo con una familia con un niño ya mayorcito que me hacen que me baje de la acera, carrito incluido, porque no sólo no me ceden el paso, sino que no se apartan para que pueda pasar.
Ando unos metros, un padre gañán arrastrando a la niña y hablándola en mal tono mientras va fumando y gapeando al suelo como si tal cosa (¡puagggg!). 
Entonces me cruzo con los que faltaban en este pintoresco cuadro: los chungos del barrio. Que no sé si cada vez hay más o es que antes no me fijaba en ellos, pero me da a mi que es más bien lo primero. 
¿Pero es que no hay nadie normal por esta zona?. Me dan ganas de correr hacia mi guarida y no salir más hasta que vuelva el invierno y se vayan todos a su p* casa.
Claro que desde casa sigo escuchando gritos, voces y carreras y petardos hasta más allá de las diez de la noche, proveniente de esos niños sin padres (literal, los padres deben estar en sus casas cenando porque nunca los he visto) que deberían estar en la cama, descansando para ir mañana al cole, pero que poco más y se quedan a dormir en un banco.
Yo debo ser muy rara y muy asocial o este barrio es un asco o la gente es un asco (sobre todo en grupo)... Voy a tener que ir localizando alguna zona de columpios que frecuente gente más normalita, que veo que me va a costar encontrarla.

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