Revista Insólito

Qué asco de pelo

Publicado el 23 mayo 2012 por Monpalentina @FFroi
Qué asco de pelo
En el Reportaje de la Historia, publicado hace unos años por "El Mundo", ya se habla de la altura técnica de los odontólogos egipcios. Hacían empastes, utilizaban el opio como anestésico, trataban las caries, limpiaban los tumores de la raiz y hasta fabricaban prótesis dentarias. Pero hoy quiero detenerme en el asunto de la cosmética. Quienes han escarbado en las curiosidades de la historia, nos cuentan que los egipcios no soportaban el pelo en el cuerpo y se rasuraban con hojas de bronce. Usaban pelucas trenzadas confeccionadas con cabello humano. Sólo los más pequeños llevaban una coleta natural, "bucle" que distinguía su edad y su sexo. Además de afeitarse el pelo del cuerpo, para prevenir los piojos, recomendaban "fruto de ricino, sebo de buey y aceite de ben: mézclese en forma de pasta y aplíquese cada día", aunque los expertos determinen que no debía ser tan efectivo.
  • Uno de los mechones de pelo postizo más antiguo encontrado, que ha sido datado en torno al 4700 a. C. fué hallado por Petrie en Abydos, y lo describió como "trenza de pelo y flequillo postizo".
  • Los tocados más ligeros consistían en rosetas de oro, abalorios y canutillos entretejidos directamente en el pelo.
  • Por las representaciones que han llegado hasta nosotros de la época de Amenhotep III, el peinado de "moda" era largo y voluminoso o "peluca envolvente" que consistía en el mayor número de trencitas rizadas en homenaje a Hathor como Señora de las Trenzas.
  • Las mujeres de ese tiempo aparecen representadas con el pelo cayéndole sobre los hombros, o pendiendo de forma seductora delante de los ojos.
  • También se utilizaron extensiones para simular una gran melena.
  • Asímismo, existían recetas para la caspa, y la ocultación de las canas se resolvía con tintes de alheña.
  • Las pelucas y el pelo postizo desempeñaban un papel importante en el arte del amor y la seducción. En el Cuento de los dos hermanos podemos leer: "Ponte tu peluca y acostémonos"
  • Un poema de amor de la misma época utiliza también el pelo para indicar la intensidad de sentimientos de una mujer locamente enamorada: "Mi corazón se ve de nuevo invadido por tu amor cuando solo está trenzada la mitad de mi melena.... Dejaré de preocuparme por mi peinado, y me pondré una peluca para estar lista". En otro poema de amor, un hombre desconsolado, pide a su amada: "Arroja el dogal sobre mí con su pelo".
  • La realeza contaba con peluqueros y barberos que cuidaban de su pelo natural y de sus pelucas.
  • Las clases trabajadoras se conformaban con ir al barbero de vez en cuando para que les rasurase el cráneo. Para ello, hacían cola al aire libre y esperaban su turno echando un sueñecito a la sombra.
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