Revista Baloncesto

Que bien campeones.

Publicado el 06 junio 2010 por Celticsblog
Hoy les traigo un artículo escrito por el bloggero Pablo Martínez, de NBA LAKERS, la verdad es que el miedo y el rencor hacia los Celtics queda demostrado desde la primera línea. Ese miedo que siempre han tenido los ángelinos a los de Massachuetts y ese aire de superioridad que les caracteriza. Señores, nos están volviendo a dar por muertos. Otro rival más, perfecto.
Leanlo, luego al final, comenten a ver que les parece. Lo que si me gustaría rogar sería que los comentarios se atengan al medio en el que estamos y no halla exaltaciones por parte de nadie. Siempre desde un buen punto de vista.
* Todo lo subrayado en negrita está remarcado por mí. Simplemente me parece increíble lo que se cita.

Informe especial: El hondazo a la soberbia


Que bien campeones.Los Lakers llegaron a Las Finales con un ritmo increíble y sin ningún rival que le plante demasiadas complicaciones. Sólo el Thunder supo hacerse sentir a comparación del bochorno del Jazz y el mal desempeño táctico de Alvin "defiendan-en-zona-contra-Gasol-y-dejen-que-Kobe-haga-lo-suyo" Gentry. Por el lado de los Celtics, llegaron a Las Finales creyéndose los imbatibles sólo porque confirmaron lo que muchos ya decíamos sobre LeBron James, vencieron al Heat y casi (casi) barren a los campeones del Este en seis juegos (¿?). ¿Por qué los verdes tenían cara de sorpresa mientras veían como los laguneros los pasaban por encima en el Juego 1? Porque no esperaban un rival de verdad en Las Finales, porque hasta ahora no habían tenido uno.
Queda el recuerdo del momento en que Paul Pierce (uno de los reyes de la soberbia en la liga) le decía al público de la cadena de ESPN -mirando fijamente a la cámara- que, luego de vencer los dos juegos en Orlando, iban a casa a terminar el asunto. Eso, es falta de respeto hacia el rival. Pero remontándose a Las Finales 2008, cuando incluso en el momento de salir campeones los jugadores debieran mostrar cordura y disciplina (como Bruce Bowen, que en sus tres campeonatos conseguidos con los Spurs, lo primero que hacía antes de celebrar con sus compañeros era ir a saludar al coach rival), todos los Lakers -que llegaban a esa instancia como los grandes favoritos a vencer- se dirigieron a saludar y felicitar a sus oponentes y lo único que recibieron a cambio fue un cabezazo de Kevin Garnett a Kobe Bryant (sin querer, pero producto de la indiferencia), miradas hacia otro lado de Pierce cuando Sasha Vujacic y Lamar Odom lo quisieron saludar, e incluso un empujón del inepto de Glen Davis hacia Ronny Turiaf como diciendo "vete de aquí, nosotros somos los campeones".
La cuestión es que, mal que nos pese, los Celtics no cambiaron nada desde entonces. Aún queda la imagen de aquel Garnett caballeroso de los Timberwolves que lentamente se fue convirtiendo en un engreído cuando comenzó a congeniar con sus nuevos camaradas de Massachusetts, o la petulancia de Rajon Rondo o Tony Allen al derribar a algún jugador al suelo en una jugada ofensiva. De hecho, se podría decir que el único caballero de los Celtics, que no supo amoldarse a la forma de ser de la franquicia (la cual debiera estar administrada por Mark Cuban y estamos hechos) fue Ray Allen, e incluso llegó a ser muy criticado por el entorno por este motivo.
Si a esto le sumamos la llegada del pequeño picante Nate Robinson, bocón como él sólo, aunque no más que el también recién llegado Rasheed Wallace, tenemos al que quizás es el equipo más hablador de la liga (ojo, equipo, no jugador... LeBron, todavía eres el rey, de la soberbia). En el camino a su segundo título en dos años, les toca toparse nuevamente con los Lakers. ¿Será esta una lección de aprendizaje? Parece que no. Después de haber jugado tan mal en el Juego 1, los Celtics siguen con la convicción ajena a la realidad.
"Tú sabes, estamos jugando por un campeonato aquí," dijo quien otro sino Pierce. "La derrota sin duda nos inspira, pero el sólo hecho de estar en Las Finales ya debiera inspirarnos. No necesitamos que nadie venga a querer inspirarnos en esta instancia de la temporada. Son Las Finales, y tenemos la chispa para ir y tratar de ganar un campeonato."
Mí conclusión en cuanto a todo el asunto, sin ir más lejos, es que el motivo de la derrota de los Celtics en el Juego 1, además de la defensa angelina (no tomada muy en serio por ellos) y la noche de Pau Gasol y Kobe (etcétera), fue que los jugadores de Boston llegaron muy inflados de orgullo por demostrar un cierto nivel que a alguien que no está acostumbrado a verlo puede llegar a sorprender. Pero estas, tal y como nos ilumina con sus palabras Pierce, son Las Finales. Y ellos están jugando contra un equipo del Oeste. Insisto, de la Conferencia Oeste, lo que implica un nivel casi dos veces superior al del Este, donde sólo mandan tres equipos (como mucho cuatro) y el resto pasa porque hay cuatro plazas gratuitas.
Los Celtics, de haber sido un equipo del Oeste (por suerte no lo son), este año hubiesen clasificado 8vos, 7mos o 6tos, disputándose el puesto con el Thunder, los Spurs y los Blazers. Y de ahí no pasaban.
Con esto no quiero decir que, si se tiene en cuenta la facilidad con la que L.A. llegó a Las Finales, como remarcamos al principio del artículo, los de Phil Jackson van a tener tarea fácil en esta serie definitoria. Pero es un indicio el hecho de estar jugando esta final contra un equipo que dio una campaña tan mediocre en temporada regular(¿acaso Lakers jugaron una liviana temporada regular?) . Pongamos en juego la imaginación: estaríamos jugando estas finales con un equipo del calibre del Thunder, de los Blazers o los Spurs. ¿Cómo acabó eso? Es pensar en ello y sacar conclusiones.
Por eso, los Celtics no debieran estar en una pose tan altanera. OK, vencieron a los LeBrones... ¿y? Ellos son mejores que Cleveland (que, por cierto, ¿notaron que ya se desintegraron casi por completo mientras los fuertes pelean por el título?), eso se sabía. Nadie dudaba de que un equipo como Boston con semejante defensiva (¿pero no eramos tan malos?) iba a sucumbir ante el paquete marketinero N° 1 de la nueva era NBA, en otras palabras, una bolsa de aire y músculos como la que es James (eso es menospreciar al rival amigo Laker). Bueno, sólo Charles Barkley que, ciego como tantos otros, creyó que Cleveland podía barrer la serie (qué ingenuo). OK, vencieron al Magic, que después de Cleveland tenía el mejor registro de la liga y eran encima los campeones defensores del Este. Pero el Magic, amigos, era puro nombres. La partida de Hedo Turkoglu hizo que el nivel de Orlando caiga muchísimo en una campaña en la que el recienvenido Vince Carter aportó tanto como lo que aportó en cualquier equipo básico en el que jugó (nada), Stan Van Gundy dio cuentas de que no conoce algo llamado Pick n' Roll, y Dwight Howard demostró ser un pésimo centro jugando uno contra uno en la zona pintada.
Aquí no se está queriendo poner en duda la campaña de Boston en la postemporada (¿a no?¿Entonces que he leído hasta ahora?). Al contrario, se felicita a un equipo que fue de menor a mayor venciendo a cuanto rival encontró en frente (Pues eso, que estamos en la final y aún quedan 3 juegos más mínimo). Pero la cuestión que aquí se trata es la actitud. ¿Es necesaria tanta petulancia, pedantería y falta de respeto para con los demás? ¿Le favorece a Boston, un equipo que es escudado por su entorno con la justificación de la salud de sus jugadores, todo este palabrerío cuando después no saben qué cara poner ante los medios cuando pierden como perdieron en el Juego 1? ( Bueno, prefiero abstenerme a comentarios).
De seguro si ganan en algún partido de la serie saldrán a decir que son los mejores y que la derrota del jueves fue sólo un tropezón. Este artículo absolutamente subjetivo está hecho no para negar la calidad del rival, sino para que los fans angelinos y aquellos neutrales que disfrutan de un nuevo episodio en la histórica confrontación Boston-L.A. recuerden que los Celtics, aunque sea una noche, tuvieron que agachar la cabeza ante un equipo superior no sólo en la cancha, sino afuera de ella. Recordemos, Las Finales enfrentan al mejor del Este y al mejor del Oeste. Con toda esa brecha que hay entre ambos. Más respeto por el campeón.
Ahora yo les digo a los "laguneros", más respeto por el máximo campeón de la NBA y por un equipo que contando con toda su escuadra aún no ha perdido ni una sola ronda de Playofs desde el 2008. Desde pequeño me han enseñado ha no vender la piel del oso antes de cazarla y a que las cosas no son como empiezan, sino como acaban.
VAMOS BOSTON

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