Siempre esperando a que pase algo maravillo
y digo yo,
qué bonito sería actuar
y dejar de esperar
a que el azar decida si algo puede pasar.
Qué bonito actuar sin miedo
y dejar de esperar a que la suerte
decida ponerse de nuestro lado.
Qué bonito ¿no?
que te duelan los labios
de tanto besarnos,
que las caricias no solo se encuentren en nuestros sueños
sino en el contacto directo de nuestras manos ardiendo,
en el incendio de nuestros apasionados corazones.
Qué bonito es el mundo
cuando nuestros cuerpos están paralizados,
y con nuestras miradas observamos
lo maravilloso que puede ser
ante los ojos de dos enamorados.
Tan solo ellos,
prendidos de locura
pueden saber lo que sienten,
a través del silencio
que transmite la tranquilidad,
de los destellos
que disparan sus ojos.