Revista Opinión

Qué cabrones!

Publicado el 24 abril 2013 por Manuel Somavilla
          El presidente de Unilever está entre los imputados por tráfico ilegal de datos     Eso mismo  es lo que pienso cada vez que abro el periódico digital y me encuentro con un "presunto mangante" investigado o acusado por cualquiera de los delitos monetarios. Ya no distingo si es uno que no paga impuestos, otro que malversa fondos públicos, aquél que es un evasor, el que desvía sus dineros a paraísos fiscales o cualquiera de los miles de chanchullos que la ingeniería financiera ha entregado en forma de las bien llamadas trampas legales. Quién hizo la ley hizo la trampa.
     Pero que inteligencia puede tener quién apuesta todo lo que tiene por un ansia de poder y de posesiones pasajero? Que yo sepa nadie se ha llevado nada al otro mundo y mira que la vida es bonita, joder!, para jugársela por un aparentar, que de aquí todos salimos en pelotas y disculpad la expresión, pero es que no es para menos.
     Tras mi primera e instintiva exclamación, me pongo en disposición para leer los siguientes renglones, el desarrollo de la noticia.      Después de un título impactante, Qué cabrones!, vienen los títulos de crédito en dónde más al detalle se explican los entresijos del supuesto delito: los protagonistas del mismo, las cantidades, sean bienes materiales (trajes, dinero, automóviles, etc.) o bienes inmateriales (nombramientos a dedo, tráfico de influencias, tráfico ilegal de datos etc.), el relato de los hechos y un largo etcétera de detalles que, con sutileza, te traen a la mente los, casi siempre, no por renombrados desconocidos familiares.
    El personaje que ha dado pie a que escriba este artículo no es otro que el presidente de Unilever, pimpoyo desconocido y, seguramente, presidente mal pagado, que está entre la treintena de detenidos o imputados en la tercera fase de Operación Pitiusa.
     Mirad la jeta de no haber toto un plato en su vida que tiene el pollo!
     Y es que está el patio como para fiarse de nadie; sea el político que miente más que habla, el juez que se corrompe con la facilidad de una pompa de jabón, la policía, incluyo la guardia civil, que también tiene su aquél, los médicos y enfermeras con casos de tráfico de órganos, maestros que si te cogían manía lo tenías claro para aprobar, monjas que han vendido bebés, y creo yo que todos los estamentos de la sociedad, y unos y otros, delitos y delincuentes mezclados. 
     Y ya sé que no es bueno generalizar, no se puede meter a todos los funcionarios, políticos, presidentes, concejales, diputados, médicos  enfermeras, monjas, curas, papas, musulmanes, cristianos, evangélicos, budistas, empresarios, vendedores varios, amigos, comerciantes, agricultores, etc., etc., etc.,.... pero todos ellos, unos y otros, a fin de cuentas, seres humanos, y al cabo, tan cabrones como yo, simplemente.
     De todo este elenco únicamente hay un estamento al que ni nombro por que es digno de salvarse y creo que ya sabéis cuál es.     Pensad un poco que quizás no los tengáis demasiado olvidados.
     Ah, y para nada me refiero a cualquier relato de ficción, son de carne y hueso.
     Salud y Suerte!

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