La crisis del coronavirus nos ofrece un futuro muy diferente. Nuestros hábitos cambiarán, pero ¿hasta qué punto cambiarán?
La emergencia causada por el coronavirus ha afectado duramente a países de Asia y europeos como China, Italia y España. El virus se está extendiendo tan rápido en América que los hábitos de todos están cambiando. La gente tiene que permanecer encerrada en sus casas para detener la propagación de enfermedades infecciosas. Como sabemos, la normalidad en nuestras vidas se ha roto definitivamente.
Nuevas costumbres
Ya sea salir a comer, cenar con amigos o esquiar el fin de semana, hay tantas cosas que no puedes hacer ahora mismo…
¿Cómo sabemos cómo será el mundo cuando todo termine?
Lo primero que hay que considerar es si todo puede volver a ser como era hace un mes, y si la normalidad volverá o no. Somos seres sociales y parece que damos por sentado que nos encontramos, interactuamos y nos relacionamos con la gente, pero nada de esto es un hecho. Estoy seguro de que encontraremos una forma de hacerlo de nuevo, pero siempre habrá algún tipo de auto-limitación.
El avance en la digitalización y la tecnología
Otra cosa a considerar es la tecnología. Gracias al coronavirus, todos tuvieron la oportunidad de aprender a usar la tecnología de masas para hacer acciones que normalmente sólo las personas pueden hacer, como escuchar una clase de formación solo pero con más gente online. En el pasado, no teníamos que depender de la tecnología. En cualquier caso, la necesidad de contacto en algunas áreas, la necesidad de experiencia física permanece: el negocio persona a persona no desaparecerá, pero probablemente se especializará en áreas de sectores que requieren una base de clientes específica.
Nueva tecnología mundial, acceso limitado
Entonces, ¿qué aspecto tiene el mundo tal como lo conocemos?
Proviene del populismo desenfrenado de la «globalización, la infinidad de personas y cosas«. Las exigencias del proteccionismo se harán cada vez más altas, ¿y quién se las va a dar? Son las personas más cercanas a nosotros. Habrá un retorno al estado o a una entidad cercana, tal vez un municipio. Creo que el mundo seguirá siendo global, pero al mismo tiempo, no habrá más cosas de las que hay ahora porque las interacciones con otros países así como las importaciones conllevan el riesgo de nuevas infecciones. El resultado es una combinación de dos elementos: la tecnología y la posible interacción discreta.
Los hábitos digitales nuevos y el teletrabajo
¿Qué pasará con el trabajo? ¿La lucha contra este virus cambiará nuestro trabajo para siempre?
Para los sociólogos, la transición al trabajo de masas no va a ser la norma. La experiencia que conocemos es limitada. El empleado está en casa uno o dos días a la semana. Los economistas dicen: «Una organización remota no es lo mismo sin una oficina«. La forma de hacer que los trabajos remotos sean más productivos será hacer coincidir las habilidades y destrezas de sus empleados con los recursos disponibles.
La inquietante vuelta a la rutina
El impacto de esta pandemia en nuestras vidas dependerá de cuándo termine: ¿hay temor de un retorno a la normalidad como después de cada guerra, o una explosión normalizada como después de cada guerra, como lo que ocurrió en Irak en 1991 o 2003, o la posibilidad de una explosión del PIB en el terremoto de Haití? Queda por ver si el fin de una pandemia tendrá el mismo efecto que el fin de una guerra: cuando la guerra termine, la guerra terminará y se podrá dar por finalizada la pandemia. El riesgo es que el regreso a la vida normal no sea tan rápido.
El fin de el turismo masificado
El motor de la industria en España es el turismo. La industria puede confiar en el comercio electrónico para empezar de nuevo, pero el turismo no puede funcionar realmente hasta después de una emergencia. Esta premisa pone a la industria del turismo en riesgo de daño permanente. Es poco probable que se vuelva al turismo masivo a lugares lejanos. Esto permitirá descubrir lugares cercanos a los que se puede llegar conduciendo.
Y no es sólo el destino, sino el tipo de viaje posterior lo que puede cambiar. Tal vez veamos una agencia de viajes que ofrezca un paquete más sustancial y no dé mucho margen a los que planean un viaje. El punto, como siempre, será el precio. Si se provee servicios especiales para individuos, el precio será más alto.
El nuevo ocio y entretenimiento
La industria del entretenimiento está a punto de experimentar un gran cambio. No es fácil reinventar la reunión de negocios, la reunión, ya que la mayoría de los beneficios que ofrecen a las personas son reuniones con otras personas, se prevé que esta situación requerirá una reorientación de toda la industria y la industria de la restauración buscará modernizar las empresas existentes, como los servicios domésticos, que han demostrado ser los más básicos en tales emergencias.
Por ejemplo, ¿qué pasaría en el teatro? La representación será realizada por una compañía de turismo frente a un público más pequeño y enfocado: el servicio será lo más competitivo posible para acomodar a un grupo de espectadores más pequeño y exigente. Si es así, sin duda deben buscar servicios: si son pocos, deben aumentar el número de actuaciones.
El cambio en los servicios de alto standing
Aparte de los hábitos de la gente y los deseos sociales, hay otras partes de nuestra vida diaria que pueden ser cambiadas. Una cena, un viaje al teatro y una reunión con un colega. En un mundo que ha estado plagado de desempleo y cambios forzados, nadie es apático ya que muchos restaurantes se han transformado en servicios de estilo familiar que satisfacen las preferencias de los clientes, y las reuniones se han digitalizado gracias a una plataforma que todo el mundo conoce hoy en día.
¿Cuál es el riesgo?
Tal vez sea una sociedad cara que enfatiza aún más una tendencia que hemos estado viendo por un tiempo. Se supone que los ricos siempre tienen a su disposición formas de consumo cada vez más exclusivas. Una vez que no se puede ir al supermercado u otros lugares para evitar infectarse, la sociedad se ha acostumbrado tanto a buscar «tratos» y «baratos» todos los días que nunca más se podrán encontrar.
Cuando complicamos la forma en que interactuamos con lo que de otra manera se daría por sentado, como ir de compras, terminamos con servicios más caros. Pero por ahora, no hay lugar para más especulación.
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