Como todos sabéis, un chupete es un pezón de goma o plástico que se le da a los bebés y niños pequeños para que chupen.
Los bebés desarrollan el reflejo de succión desde dentro del vientre de la madre y, siendo éste un acto que luego le permitirá alimentarse en los primeros años de vida, hace que muchos estimen útil su empleo, ya que de otra forma es común ver a las criaturas succionando su dedo pulgar. Por lo tanto en su primer año (estimativamente) suele ser una solución para calmar la ansiedad y otras molestias que pueden afectar al bebé, como también angustias que suelen relativizarse por la sensación que produce en el niño el simulado efecto de reemplazar el pecho materno. Pese a todo lo dicho, los especialistas aconsejan que no se extienda su uso durante mucho más tiempo que el que aquí se menciona, habida cuenta de complicaciones que puede acarrear su utilización -en exceso- a la futura formación dentaria, la aparición de llagas en las mucosas de la boca y el paladar, la mordida invertida, etc.
Los primeros chupetes para calmar a los bebés, que se pueden ver en obras de arte clásicas, fueron telas rellenas con diversos materiales, como azúcar, que le daban la forma de una pequeña pelota.
A mediados del 1800, en Inglaterra, las madres les daban a sus hijos anillos de goma. Sin embargo, durante mucho tiempo estuvieron asociados solamente a las clases más humildes porque se los consideraba antihigiénicos.
El primer chupete moderno se patentó en los Estados Unidos en setiembre de 1900 y tenía la misma forma de los que se conocen hoy: una tetina de goma, un aro alrededor y un asa para sostenerlo.
Los chupetes comenzaron a hacerse muy populares en la década del 30. Actualmente existen infinidad de modelos hechos en plástico, latex o silicona, algunos que están hechos de un solo material, mientras que otros están conformados por dos o más materiales y su diseño se basa en la asociación de dos o más piezas. La razón más importante del diseño del chupete de una sola pieza es la de prevenir que la parte que se chupa pudiera desprenderse de su soporte y llegue a la tráquea del bebé, con el consabido riesgo de ahogo. Los más modernos tienen agujeros de ventilación y algunos vienen con un anillo especial que brilla en la oscuridad y sirve para encontrarlo más fácil si al bebé se le cae mientras duerme.
Las tetinas pueden dividirse claramente en 2 tipos: tetinas de silicona y tetinas de látex. Cada uno de esos tipos incluye a la vez diferentes formatos: redondo, anatómico y simétrico.
Las tetinas de silicona tienen la característica de que son indeformables, inodoras e insípidas. Es decir que con el uso no se van agrandando, no tienen un olor, ni un sabor fuerte característico. Estas tetinas son recomendables hasta la etapa en que el bebé comienza la dentición (aprox. 4 a 6 meses de edad). Desde allí en adelante, aunque en realidad siempre es recomendable hacerlo, la tetina debe revisarse bien cada vez que se le da al bebé, ya que puede desgarrarla al morderla.
Las tetinas de látex, por el contrario, se agrandan con el uso, tienen un olor característico (cuidado con las que tienen olor a vainilla, ya que eso muchas veces se logra con aromatizantes no permitidos y además ese olor se va al primer uso) y hasta sabor característico. También deben ser revisadas antes de cada uso y se desgastan más rápido que las de siliconas, pero tienen la ventaja de ser más resistentes al desgarro por mordedura, por lo cual son más recomendables a partir de los 4/6 meses de edad.
En ambos materiales podemos encontrar las versiones redonda, anatómica y simétrica, cada una en diferentes talles para adaptarse mejor al tamaño del paladar del bebé. Las tetinas redondas parten de la concepción de un elemento que se asemeje al pezón materno. Son las primeras que aparecieron en el mercado y aun siguen teniendo la preferencia de muchas mamás y bebés. Siempre es recomendable tanto en este como en otros formatos comenzar por el tamaño más pequeño.
Las tetinas anatómicas parten del concepto de un formato irregular que se adapte al paladar del bebé para evitar eventuales deformaciones del mismo. Este concepto puede ser útil si el bebé utiliza mucho el chupete, cosa que no debería hacer. Pero incluso este formato tiene un inconveniente que es que el bebé suele girar el chupete en su boca, por lo cual la tetina deja de cumplir su cometido de amoldarse al paladar del bebé. Por tanto, el adulto debe estar atento a estos movimientos.
Quizás para superar este problema, se lanzó al mercado el formato simétrico. En este caso, la adaptación al paladar es buena aunque no tanto como en el caso de la anatómica, pero al girar la tetina dentro de la boca del bebé, no se produce efecto negativo ya que la tetina es simétrica, no irregular.
Como indica la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, para que un chupete sea seguro debe cumplir con las normas fijadas por AENOR en 2003. Es decir:
- El chupete y su cadenita deben estar exentos de puntas o bordes cortantes, y no pueden tener partes desmontables ni llevar pegatinas ni etiquetas.
- La tetina debe medir un máximo de 33 mm y no puede contener ningún elemento en su interior.
- El disco que sujeta la tetina tiene que ser lo suficientemente grande como para que el niño no pueda tragárselo y disponer, al menos, de 2 orificios para facilitar el paso de aire y evitar problemas en caso de que, de todas formas, el niño llegase a tragárselo.
- La cadenita del chupete no puede ser más larga de 220 mm, para evitar el riesgo de estrangulamiento.
¿Es conveniente el uso del chupete?
Veamos este vídeo que explica el tema fantásticamente:
Sobre este tema, el doctor Diego Montes de Oca, opina:
“No se recomienda el uso del chupete hasta que no esté establecida la lactancia. Hay bebés que naturalmente tienden a succionar y necesitan el chupete, y, en cambio, hay otros que por más que queramos dárselo, lo rechazan. Y yo recomiendo un chupete de látex antes que de silicona, debido a que es más parecido a la piel de la mamá. De talle 1 y de una sola pieza.”
Catálogo
De: wikipedia, http://edant.clarin.com/, http://www.tvcrecer.com/, http://www.serpadres.es/