Gilles-Eric Séralini, genetista francés, doctor en Biología molecular, y su equipo, han realizado numerosos estudios sobre los daños en la salud que pueden provocar los Organismos Modificados Genéticamente (OMG), los conocidos como transgénicos. Hoy ha presentado en la Facultad de Medicina de Rosario (Argentina) uno de sus últimos trabajos científicos sobre la toxicidad a largo plazo de un maíz genéticamente modificado tolerante al Roundup, el herbicida más usado en el mundo, quizá el estudio más completo e importante sobre pesticidas y transgénicos.
Dicho ensayo ha supuesto una inversión de 3.500.000 millones de euros. Es un trabajo independiente de Monsanto, productor del biocida y se ha prolongado durante cinco años. La planta que se rocía con Roundup, maíz o soja, y se comporta como una esponja porque el OMG ha sido modificado para absorber ese pesticida. Entra en la planta, luego, como explica el científico, debemos saber si esto provoca daños en la salud y vienen del Roundup y además estudiar el tóxico de modo separado.
El 100% de los OMG contiene pesticida y son tolerantes a este herbicida sin llegar a morir. Otros OMG, como el maíz BT, producen ellos mismos el insecticida. El estudio del galo encontró residuos de Roundup en el 80% de los OMG alimentarios y descubrió que su toxicidad a dosis bajas en las células humanas produce perturbaciones hormonales.
Los estudios sobre toxicidad de las compañías agrotóxicas sólo duran tres años y sus datos son confidenciales. Para poder comparar sus resultados con los de las empresas, Séralini y su equipo los han conseguido a través de la Justicia.
Las conclusiones de los trabajos de este honesto científico francés, el más destacado del mundo en este importante ámbito de la salud ambiental, han recibido, como no, las críticas de Monsanto y las agencias reguladoras (algunas de las cuales están cooptadas por estas industrias). La mayoría no fueron hechas por toxicólogos sino por especialistas en biología vegetal, algunos de ellos estudiosos de las plantas tolerantes al Roundup, gente que trabaja para Monsanto, ejem.
El estudio que ha centrado la intervención de Séralini hoy, es el más detallado sobre la materia hecho hasta la fecha: 200 ratas nutridas durante dos años con OMG, no durante tres meses, como los que hacen los científicos a sueldo de las empresas de la transgenia. El método ha sido supercuidado y riguroso. Las ratas nutridas con OGM y/o tratadas con Roundup mueren más rápidamente, 600 días antes en los machos y 94 en las hembras y de manera más importante porque sufren 2-3 veces más de tumores.
Los métodos estadísticos elegidos han sido los más modernos. A las dosis más bajas de Roundup, las hembras presentaron 2,5 veces más tumores. El 93% de ellos mamarios. Estos son estrógeno-dependientes y el Roundup perturba el balance hormonal y lo han confirmado in vivo a largo plazo. El herbicida mata las células humanas de hígado y riñón. Todos estos datos han sido verificados con los que tienen las compañías provenientes de sus estudios de tres meses.
Lo que propone el equipo del francés:
-Que los test de tres meses se prolonguen durante dos años
-Que las autorizaciones de estos productos sean revisadas y los tóxicos prohibidos
-Que los pesticidas deban estudiarse durante dos años a dosis bajas y en su formulación y que los ensayos sean públicos, independientes de las industrias y sometidos a un peritaje de comprobación.
Algo que ha dicho Séralini y que no sé si he entendido bien, es que los estudios de las industrias cosmética, alimentaria, químico tóxica, etc, se hacen en ratas que están alimentadas con transgénicos, lo que invalida sus resultados pues son ratas contaminadas. En ellos se utilizan agua “normal”, normalmente contaminada además.
Al terminar su intervención, no he podido evitar preguntarle, ¿qué comen los directivos de Monsanto y cía. a los que les presenta esos datos?, con los que se reúne de vez en cuando:
“Habrá que preguntárselo”, ha respondido.
Es escandaloso que los gobiernos del mundo acepten estos productos sin que se hayan estudiado todo este tipo de cosas y en particular que España sea el único país europeo que los cultiva (por no utilizar palabras más gruesas para calificar lo que significa que Monsanto huya de Europa y campe, nunca mejor utilizado el término, a sus anchas por Argentina).
Luego he tenido oportunidad de conocer a algunas activistas de Millones contra Monsanto, algunas de ellas, muy “bravas”, como dicen por aquí, me entrevistaron para sus medios, igual que hicieran desde la radio de la Universidad el día anterior antes de mi conferencia (en la que relacioné a la industria farmacéutica con la de productos químico tóxicos).