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¡qué complicado se ha vuelto eso de cagar bien!

Publicado el 09 abril 2013 por Mediasmentiras @mediasmentiras
¡QUÉ COMPLICADO SE HA VUELTO ESO DE CAGAR BIEN!                                        
                                        Preparando el "pastel" en el horno
Esto puede parecer un post escatológico, y tampoco está muy alejado de ello.
Mi primera idea es señalar los inconvenientes de ir al baño a cagar compartiendo este cotidiano y principal acto con otras actividades.
Algún sensible me dirá que podía haber usado algún sinónimo como "defecar", "hacer del vientre",  "ir a ver Chicago" y yo le contestaré que es como llamar "persona de color" a un negro, una solemne estupidez.
Al baño se puede ir a muchas cosas, a mear,a aliviarse, a lavarse, a ducharse, a fumar y a cagar.
Estas lineas se refieren a la última acción, la de la liberación de señor Mojón.
Antes, cuando ibas al baño a este menester, te llevabas una revista o un periódico. Los finos ponen la radio a todo trapo para que la voz de los locutores sea más potente que la de las ventosidades previas a la acción y a la de los gruñidos (de mayor o menor intensidad) que llegan parejos al tema.
Ahora nos llevamos el móvil.
Esto tiene cosas malas y nocivas para nuestra salud.
Aumentamos el tiempo de exposición al trono, por lo cual perdemos tiempo. Ligado a esto se nos va la sangre al cerebro , ya que queremos contestar a la tetona del Facebook, y esa sangre huye de la zona del esfínter anal y de las piernas.
Que haya menos sangre en el esfínter implica una disminución de su tamaño lo que provoca que la deposición se haga en menor cantidad o que no se haga bien, lo que conllevará volver a ver al señor Roca (gran abogado real) en otro momento del día.
Las piernas se quedarán sin riego y eso implica que se duerman. Es algo molesto y que nos llevará a esperar a que vuelvan a su natural fluidez sanguínea . Dolor y pérdida de tiempo innecesario.
Todo porque los móviles (o similares) cada vez son más completos y en ellos leemos la prensa, hablamos por chats con gente, publicamos cosas, vemos pelis y nos hacemos fotos.
Eso es otro tema, la extraña fuerza que nos lleva a fotografiarnos en el baño, mirándonos al espejo, post-defecación.
La red está llena de fotos de gente que se cree inmensamente poderoso y bello después de haber soltado 200 gramos de peso. Sonríen de manera sexy diciéndose para su interior esa frase de The Doors "¡quiero el mundo y lo quiero ahora!". Se molan.
Estas fotos no suelen ser subidas a las redes sociales salvo que seas idiota, aspirante a "Mujeres , Hombres y Viceversa" o que la medicación de la mañana o de la noche sea de mala calidad.
No todo son desventajas en eso de llevarse el móvil al baño, algunos se inspiran y crean libros, luego los suben emocionados a Amazon y reciben muchos piropos y solicitudes de compra. Muchos de ellos harán juego con lo previamente liberado.
Algunos, pocos, aprovecharán la inspiración de ese lugar mágico, esa misma inspiración que se produce en la ducha (que es el lugar donde mejores ideas vienen y ahí se quedan) para crear algo interesante, para responder correos de trabajo, para ver la crónica del partido y para ver el último escándalo de corrupción política. Para esto último estás en el lugar adecuado.
Una de las mayores putadas es compartir baño, cuando has dejado un olor terrible y los golpeos en la puerta te indican que hay necesidad de otra persona por ocupar ese trono sobre el que ahora aposentas tus glúteos. Esa manera de mover las manos hacia la ventana para purificar el aire, esa colonia del Mercadona derrochada que se mezcla con el olor natural humano y se convierte en una atmósfera irrespirable...
Voy a dejar ya de escribir. No siento las piernas (cual Rambo) y no recuerdo muy bien que he venido a hacer al baño.
Para más puñetera gracia no hay papel , menos mal que tengo un ejemplar de La Razón que me dieron al comprar el Jueves el otro día y que hará su función maravillosamente, aunque creo que habrá más mierda en el medio de limpiar el tema que en el propio tema. Cosas de la vida , ainssss ¡qué bien me he quedado!

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