Tener un
perro es una responsabilidad. Exige atención, cuidados y gastos.
Además nos hace
responsables ante los demás de su higiene, salud, control y educación en las
elementales normas cívicas. Somos responsables de los daños o perjuicios
que produzcan.
Un perro no es un juguete que está en uso unos meses y se acabó.
Un perro tiene una esperanza media de vida de más de diez años como regla general.
Por todo
ello es muy importante tomar la decisión de tener un perro sin dejarse llevar
por impulsos. Ha de ser una decisión calmada y racional.
Una vez
tomada esa decisión y llegado el momento de escoger un perro, es preciso tener
en cuenta varios factores. Entre otros, podemos destacar los siguientes:
1-No lo
compres en una tienda de animales que los exhiba en el escaparate. Esos perros normalmente no están socializados correctamente y pueden presentar comportamientos anormales por el estado de vida que están llevando. Acude a un criador o a la protectora de
animales.
2-El
criterio estético puede estar entre los elementos a valorar, pero nunca debe
ser el único ni mucho menos el primero.
3-Busca un
perro del mismo temperamento y características de tu estilo de vida y del de tu
familia: y no me refiero solo a la raza, que también, sino al individuo
particular dentro de una raza.