Sigo siendo antisocial y dispersa en un grado desconocido, me irrita la gente "tonta" y me considero fan de la música ranchera.
Me tatué, en vez de anotarme a las orgías y fiestas incansables 3 o 4 veces a la semana. El dolor es más llevadero, que aguantar a alguien sudoroso sobre ti.
Pero fuera de las cosas que no he logrado hacer y que siguen en mi lista de: "cuando crezca lo lograré", he visto mi vida pasar en tan sólo 21 años y si me hubiesen dicho que iba a ser así de mágica no lo hubiese creído, así como lo hago en este mismo momento.
Todavía no me la creo.
Pinto mis días con crayones nuevos todos los días, y siempre me lo recuerdo. Soy terca y orgullosa, pero he de guardar siempre un espacio para momentos vividos en vez de darle espacio a las personas. Es aún mejor cuando ellos están en esos momentos.
Me enamoro perdidamente de los objetos, así como también de las personas. Creo en el karma, pero no en la brujería.
Descubrí que no debía de trabajar el resto de mi vida, porque era muy aburrido y sigue siendo aburrido ver pasar a gente de traje por las calles. Así que hace más de 3 años me dedico a jugar en digital. Y aunque no lo crean sí, es un trabajo pagado.
No me he graduado de la Universidad, no porque no haya completado los cursos sino porque simplemente por el momento no he logrado que mi mamá cuelgue el cartón en la pared, cuando crezca prometo hacerlo. Soy mala mintiendo y sincera cuando tengo que hablar de más, hablo poco pero pienso mucho. ¿Alguna vez han logrado ver un pleito de pájaros en un nido?, es la referencia de mi cabeza.
La vida es hermosa, y aunque en algún momento de nuestras vidas adolescentes pensamos en suicidarnos, me alegro de no haberlo hecho. No hubiese querido reencarnar en cucaracha y no haber podido comer helado.
Si me hubiesen dicho que los 21s eran tan 21s, no lo hubiese creído. A lo mejor les hubiese dicho que estaban locos, pero que he de sentirme loca por vivir porque a mis simples 21s he vivido lo ninguno ha vivido a sus 21s.
Espero leer esto cuando cumpla los 31s, si el de arriba lo permite y mis crayones me siguen pintando el mundo con tanta claridad.
La felicidad es algo extra que también ha sido parte de la terapia.