Revista Opinión

¿Qué debería estudiar? o ¿qué quiero estudiar? Cuando caminas solo.

Publicado el 12 abril 2018 por Carlosgu82

He estado pensando mucho en un caso personal que estoy segura que le ocurre a muchos jóvenes que terminan su 4to medio.

Muchos de nosotros pensamos que debemos elegir una carrera inmediatamente después de salir de la enseñanza media porque de lo contrario, nuestros padres y nuestro entorno nos criticarán y pensarán que no tenemos los pies en la tierra y que no nos preocupamos de nuestro futuro pensando que nuestros padres nos seguirán manteniendo como lo han hecho hasta el momento.

Muchas personas no saben que hay jóvenes que han sido un ejemplo para amigos e incluso para sus hermanos menores en temas de estudios y que al no saber que hacer luego de terminar 4to medio, sentirán que decepcionarán a familia y a quienes tenían una imagen positiva de ellos. De este pensamiento viene la desesperación del joven,la angustia de no poder decirle a sus padres que no quieren o no tienen claro la carrera que quieren elegir. Esto los lleva a tomar una decisión como la que tomé yo.

Hace 5 años me matriculé en Ingeniería pensando que como me gustaban las matemáticas y siempre me ha ido bien en los estudios me iría bien en la carrera.

Los dos primeros años estaba entusiasmada con la carrera. Me llamaba la atención todo lo nuevo que iba conociendo, me imaginaba a mi ejerciendo la profesión en cuanto terminara la carrera. Tenía buenas notas, aprendía rápido y las matemáticas para mi eran como mi momento de diversión.

Lo que no recordaba (o lo que ignoraba) era que desde los 5 años a mí me gustaba el diseño. Me gustaba pintar, dibujar casas, hacer maquetas con materiales que sobraban del colegio, les hacía ropa a mis muñecas y siempre, SIEMPRE, me ha gustado adornar y decorar la casa; las habitaciones, la cocina, el baño. A mis catorce años no buscaba teléfonos celulares, objetos electrónicos ni nada eso. Yo a mis 14 años buscaba cortinas, alfombras, juegos de loza, etc. Era lo que me llenaba y abría mi imaginación. Hasta el día de hoy veo un vaso y en mi mente ya lo tengo convertido en una obra de arte.

Mi carrera es Prevención de riesgos laborales. Carrera que pagué con la ayuda de mi mamá. Cómo llegué a estudiar eso?

Mi padre trabajaba en obras civiles y llegaba a la casa cada 20 días. El nos contaba cada vez que llegaba de accidentes ocurridos en su empresa y yo me molestaba y sentía que esas muertes pudieron haberse evitado y alguien debía hacerse cargo de eso. Lo decidí 3 meses antes de matricularme. Tiempo en el que nadie, creo yo, decide su carrera profesional.

Muchas veces vi complicada a mi madre porque debía pagar mi mensualidad y el dinero no nos alcanzaba. Pero en ese momento yo le decía ”Mamá, cuando termine la carrera, voy a trabajar y voy a comprar todo lo que vemos en Internet y en las tiendas de decoración”.

Cuando uno decide optar por una carrera, generalmente lo hace pensando en el dinero que ganaría ejerciéndola. De todo lo que puede comprar y lo más importante, de que al trabajar, podrá devolverle la mano a su madre o a quien ayudó para que todo haya sido posible.

En estos momentos estoy sin trabajo. Ejercí unos meses como prevencionista y con ese dinero he aportado con comida y en el pago de cuentas de mi casa, pero sabes qué? La mayor parte del dinero la he gastado comprando adornos, pintando las paredes, cambiando cortinas, etc.

Eso me hace pensar una cosa: ME EQUIVOQUÉ EN LA ELECCIÓN DE MI CARRERA PROFESIONAL.

No digo que es el fin del mundo. La terminé. Realicé mi práctica y ejercí. Por poco tiempo pero lo hice. Aunque para ser completamente sincera, hay una parte de mi que si le gusta prevención de riesgos pero no como para ser mi carrera profesional.

Si algún joven me pregunta cómo saber que carrera estudiar, les diría que se sienten a reflexionar en lo que los ha  motivado y los ha llenado desde su niñez. Lo que los apasione realmente sin importar si ganará o no un sueldo altísimo, sin importar si es lo que sus padres quieren o no.

Hagan lo que les llena el corazón. Lo que los pone feliz. Nada más.

No piensen que estarán en boca de todos por no ser doctor como su padre o empresario como su madre. Que no te importe si tu hermano es abogado. Pero aún así, date el tiempo que sea necesario para decidir. Puedes trabajar en otra cosa mientras tanto. Que no te importe lo que diga la gente. Al final de cuentas no naciste para hacer feliz al resto, no les pedirás dinero a ellos para comer.

Lo importante eres tú. Que tú seas feliz. Qué tu corazón sonría.

Saludos.


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