Tenemos un problema semántico con dos términos: democracia y libertad
Tenemos un problema semántico con dos términos: democracia y libertad. Ambos vienen de una puja histórica entre bloques de poder. En los siglos 18 y 19 se resolverá este conflicto histórico con el surgimiento de las revoluciones burguesas, la inglesa, la francesa y la estadounidense, y la conquista de las libertades y derechos políticos y económicos. Nace un nuevo tipo de Estado, el liberal burgués, y se generan nuevas estructuras políticas. Surgen los regímenes republicanos y los textos constitucionales para afianzar y dar legitimidad a ese orden político. La monarquía y el absolutismo se resquebrajan y las luchas de la clase burguesa -en ascenso- marcarán otros hitos. Este tránsito no fue pacífico. El absolutismo trata de restablecer el viejo orden y así se dio en Europa, con el resurgimiento de la monarquía en ciertos contextos. Los viejos imperios siguen creyendo que tienen ascendencia en sus antiguas colonias. Los imperios del siglo XX -bajo distintos eufemismos- han asumido las banderas de la democracia y la libertad para sojuzgar, manipular e intervenir en otras naciones. En América Latina, la conquista de la libertad estuvo signada por las luchas independentistas. No quedó allí. En el siglo pasado y el actual se han dado duros choques en defensa de la soberanía. La revolución bolivariana, en sus 16 años, ha dado todas las batallas que podamos imaginar para preservar sus logros. Los embates de la derecha y el conservadurismo nacional e internacional no dan reposo. Tanto Chávez como Maduro y nuestro pueblo están conscientes de que estos sectores no descansarán, ya que sueñan con que el proyecto chavista -cuyas bases están en la Constitución- caiga. Por la detención de Leopoldo López -responsable de las 43 muertes por las guarimbas- la derecha mundial se pronuncia, invoca, condena al Gobierno por supuesta violación de derechos humanos. Ex presidentes latinoamericanos -en abierta actitud injerencista- intentan ser partícipes en un juicio que es nacional. Estos personajes (Lagos, Piñera, Pastrana, Quiroga) que desangraron a sus países, crearon los falsos positivos y el paramilitarismo y entregaron la soberanía de sus naciones; hoy se escudan en la democracia y etiquetan a Venezuela como una dictadura. ¡Tremendos demócratas! Profesora UCVRevista América Latina
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