Tarde que promete calurosa y obliga a deshacerse en los hielos del refresco del vaso. Mi amiga me ha invitado a merendar y dejar pasar el tiempo en el patio de su casa; a mi lado, como si nada, una de sus hijas, futura alumna mía, comparte patatas fritas y verano conmigo.
- Oye, elige un dibujo animado -le digo. Vamos a estar juntas el próximo curso: hay que conocerse.
- ¿Por qué? -me pregunta, sin dejar de comer, cansada de todo, patatas fritas.
- Tú elige uno -le replico, sin darle opción. Hay que dejar claras las cosas desde el principio...
Mira al vacío entre patata y patata... Tanto, que temo que se le haya olvidado mi petición o haya decidido no hacerme caso.
- Creo que sería Rapunzel, Negre -dice, al cabo de un rato.
- ¿Por qué?
- Porque estoy siempre encerrada en una torre -me dice, con la seguridad de quien ha tomado una buena decisión.
- ¿Te refieres a que no te dejan hacer lo que quieres y tienes muchas normas? -le pregunto, oteando en el horizonte la adolescencia que llama a las puertas de la casa de mi amiga.
- Quizá. Yo quiero tocar la hierba... -me dice, mientras me mira con unos preciosos ojos claros...
El próximo curso...