Qué dicen las encuestas y por donde va este
trabajo
Las encuestas preelectorales dicen muchas cosas, las
reflexiones que sugieren toman varios senderos como los representados a
continuación, que son los objetivos por los que este trabajo pretende transitar -inicialmente publicado como post en 'En mi barrio. Alcorcón' y aquí agrupado en apartados más extensos-: estos serán los senderos: 1) Sobre el PP y las derechas, en esta ocasión, con menor
atención para dedicarla a los dos puntos siguientes, opciones progresistas; 2) Sobre el PSOE, y las
izquierdas 3) Hartazgo diversidad y necesidad de coaligarse para obtener
mejores resultados.
1) Las encuestas
dicen que el PP puede seguir ganando las elecciones, en todo caso dan un empate
técnico con el PSOE, a pesar de la inmensa tragedia que se está instalando en
este país, que es el comienzo de organización de vida para los 30 años
próximos, porque la derechona cuenta con mayoría suficiente. En general, en unas elecciones las debilidades del gobierno pesan
más que las fortalezas de la oposición, los
gobiernos son los que pierden las elecciones, dicen, aplicable a gobiernos
de izquierdas y no tan claro al contrario. Las derechas siempre supieron qué
hacer con el poder ejecutivo y legislativo, saben que estos poderes son
superiores a las movilizaciones de la calle.
El gen derechista adora el poder sobre
todas las cosas (19/11/11)
Los izquierdistas no aman el poder, lo repudian, porque no saben qué hacer con
él, salvo criticarlo, desconfían de que pueda ser útil para cambiar la vida,
algo que la derecha tiene metido en su ADN. Desde niños saben que con el poder
se pueden conseguir muchas cosas y el poder es variado, está en muchas partes,
sea un colegio o un Ayuntamiento, un gobierno autónomo, una diputación
provincial y no digamos nada desde el Gobierno central. Las elecciones, ahora,
son muy importantes para ellos porque darán el poder a los suyos, y no importa
lo que hayan dicho o hecho, son los suyos. Su grado de afinidad identitaria y
de apoyo y pertenencia al grupo es altísimo y está por encima de todo.
La derecha sabe que desde el poder se cambian leyes y reglamentos, se quitan o
ponen normas apoyando sus negocios y a sus empresarios, facilitando la difusión
de ideas religiosas o económicas. Con el poder difunden mejor su concepción
sobre el matrimonio para toda la vida, o la vida y la muerte sufriendo como
dice la religión, sobre lo pernicioso de lo público y lo maravilloso de lo
privado, sobre los niños por un lado y niñas por otro y sobre mujeres y hombres
iguales pero menos…Los electores de derechas no tienen los problemas de
confusión de tantos izquierdistas y reconocen que en los campos anteriores hay
enormes diferencias entre PP y PSOE por eso quiere ganar elecciones y si les
dicen que voten a los socialistas porque son neoliberales igual que los suyos,
se mondarán de la risa.
Los individuos de derechas creen que desde el poder se organiza la vida y no
reducen el poder a lo económico, saben que modernamente desde el poder político
pueden cambiar muchas cosas, adecuar la sociedad a los sueños. Desde el poder
político se enlazan mejor otros poderes, el religioso, militar, judicial,
mediático, poder en la calle, en los nombres y costumbres, en los púlpitos,
raca raca, en las empresas subvencionadas y vinculadas a presupuestos
gubernamentales, en las relaciones internacionales con una u otra concepción
europeísta o atlántica, entre los Ayuntamientos y en las pequeñas taifas
autonómicas que ceden contratos, suelos, o potencian negocios privados que
sirven de tapaderas de apoyo. La derecha tiene claro que influye y mucho desde
el poder político, no solo por las relaciones privatizadoras de grandes
empresas que generan sectores empresariales afines, se desvían impuestos de
allá para acá, se conceden subvenciones o se quitan, se orienta la cultura en
una u otra dirección, hasta se influye en las fiestas populares.
Además se puede acceder con mayor facilidad al consejo de administración de un
banco, eléctrica, nuclear, automovilística, o constructora…se impulsan negocios
y transformaciones de la realidad, sea urbanística, cultural, de
comunicaciones, transportes... Si desde la política se accede a comisiones de
control, mejor que mejor, sean de la competencia, del mercado de valores, de
Radio y teles TVE o autonómicas, la derecha tiene claro que no son iguales que
el PSOE y colocará a sus peones en estos puestos, los Nacho Villa, o Lucía
Figar, o tantos otros que no generan confusión entre ellos.
Para la derecha cambiar las cosas es modificar tal o cual cuestión en concreto,
no la sociedad en su conjunto, que al fin y al cabo cuesta mucho más cambiar,
el resultado será un sumatorio de cuestiones concretas, ilusiones, emociones,
abstracciones... Un contrato de trabajo único con 20 días por despido, para
ellos es un enorme cambio, como lo será aumentar la competitividad únicamente
vía reducción salarial, pues no es fácil ni na ahora; mas crucifijos y seguir
sin pagar el IBI será importante para la Iglesia; mayor cantidad de colegios de
las organizaciones religiosas, lo será para las nuevas tribus católicas; el
control televisivo, tipo Madrid o Valencia; impulsar los negocios de amiguetes
con suficiente apoyatura legal, para ello cuentan con miles de abogados que
evitarán sea considerado corrupción; separar y diferenciar a los distintos será
un paso de avance en el camino hacia dios…
Las pequeñas cosas pueden dejar paso a las grandes citas que engloban muchas
otras, reforma energética, de la administración pública, de la justicia, de la
sanidad, de la educación, de la organización del Estado, del mercado laboral,
del sistema de pensiones, del sistema financiero, del urbanismo de ciudades y
costas, de los transportes, de nuevos modelos de crecimiento, todo ello
subordinado siempre a intereses económicos e ideológicos muy claros para ellos,
que nunca tienen problemas de confusión típicamente izquierdista.
La izquierda parece molesta en la gestión del poder, lo quiere todo y lo quiere
ya. No acepta fácilmente que se consiga una parte de la petición, no entiende
que es una cuestión de fuerzas, y no acepta mejorar respecto a la situación de
partida. Difícilmente aceptará ir paso a paso, enseguida salen los
calificativos de traidor, como si de un niño pequeño se tratara por pedir la
tarta y no darle más que un trozo. El poder se deja en manos de X y a dormir,
cada vez que algún poder local se conquista en manos izquierdistas, todo el
esfuerzo se traslada a la institución y nadie queda por fuera para hacer
campaña para seguir, para explicar
A diferencia de las derechas que sí saben qué hacer con el poder, sumarán
reformas, desarrollos, acciones en la dirección deseada y si pierden
elecciones, cuando lo recobren nuevamente, sumarán al mismo camino. La derecha
entiende enseguida quienes son de los suyos, y claro son muchos, las izquierdas
mientras tanto es exclusivista, las universidades que conceden títulos de
izquierdista, como tantos izquierdistas, restringen mucho los títulos, casi
nadie aprueba, así que pocos son de los nuestros. Al final son de izquierdas,
ellos, tú y un individuo que conocieron en Cuba y otro venezolano.
¡Qué desastre se avecina! Todo el camino libre de obstáculos, pero no se
preocupen, porque como todos son iguales, da lo mismo. Que retroceso más
grande. ¿Conocen ustedes casos de izquierdosos provenientes del campo azul?
porque lo contrario ocurre en abundancia. Algunos extrema derechistas provienen
del izquierdismo, tanto en EEUU como en España, (lo desconozco en otros
países), tendrá algo que ver la desazón que producen tantas derrotas, la
desilusión y quemazón de sueños irrealizados, por mal preparados y peor
digeridos. La falta de racionalidad lleva a bascular ideas, fácil,
peligrosamente.
2) El PSOE no remonta, tras la enorme pérdida de
4.300.000 votos de las elecciones de 2011. La desconfianza que muestra la
ciudadanía hacia los socialistas no desaparece, hasta el punto de ser
cuestionado su papel de gran aglutinador de izquierdas como nunca antes lo fue,
porque siguen sin ser visibles grandes cambios en el modo de comportarse
del partido respecto a las anteriores legislaturas. Preguntas que todo el mundo
se formula siguen sin respuestas, ¿por qué no se vio venir la crisis, por qué
no se explicaron las políticas que eran necesarias, supuestamente, por qué no
se aplicaron alternativas a las acciones realizadas, etc. etc.?
La crisis europea de la socialdemocracia sin duda
influye, pero no explica de manera suficiente los errores y el funcionamiento
concreto del PSOE; la crisis financiera internacional influye, sin duda, pero
no puede ocultar la crisis española particular, que tiene que ver con la
fallida adaptación a la globalización, los mercados y emergentes por las vías
que manifestó la pérdida de competitividad y burbuja inmobiliaria y de crédito,
cuestiones de las que huyen los socialistas en sus aclaraciones; hay otros
factores no atendidos suficientemente como la corrupción política, el sistema
electoral y la pobre democracia deliberativa y representativa, partido cerrado
y agotado incapaz de incorporar savia nueva, etc. etc.
Elecciones. El poder gusta poco a los
izquierdistas (18/11/2011)
Los izquierdistas se encuentran incómodos con el poder político, parece como si
no lo quisieran, o como si no supieran que hacer con él, se perturban gestionando
el poder o viendo que lo tengan los suyos, lo cual implicaría en muchas
ocasiones actuar en positivo y no siempre en negativo, típico de oposición, y
esto último es lo que parece que tienen asumido millones de izquierdistas.
Desde la oposición, donde muchos siempre están, aunque gobierne un partido de
los suyos; desde el otro lado del poder, se puede entender mejor el recurso de
jugar a la contra, la crítica a cualquier medida, ya que toda acción es
criticable y será susceptible de mejorar. Nada de lo realizado por un partido
de izquierdas en el poder, contentó ni contentará plenamente a su base
electoral, ninguna acción de gobierno será completa, ningún gobierno instalará
la utopía. Y ello falte o no lo emocional en la construcción social, porque admitido
que en democracia todo es mas ligero y cotidiano, también observamos
desafección en momentos donde lo emocional estaba en primera línea, como en el
Chile de la UP, o en la España republicana.
Para una mayoría de individuos de izquierdas solo vale ‘el todo’, el paraíso
completo y no la parte, se entiende que en política porque luego en la vida
siguen viviendo tal cual, como no podía ser de otra manera. Un avance en las
condiciones de vida, tendrá validez si es conquistado desde la lucha obrera,
estando en la oposición, pero nunca será reconocido cuando se realice desde el
gobierno, incluso aunque fuera mucho más importante y global respecto a mejorar
o proteger las condiciones de vida de millones de personas. Para muchos
izquierdistas no tiene sentido mejorar en concreto, menuda tontería, incluso se
desprecia por sindicalista, (sí, sí, es un concepto peyorativo) de tal forma
que se abandona el día a día, no ven necesarias las mejoras parciales a las
continuas desviaciones, corrupciones, abusos, etc. de esta sociedad, que habría
que atajar, ellos pedirán el cambio global de modelo social, la revolución. Con
lo que no tendremos ni lo uno ni lo otro.
Viven incómodos a todas horas, ‘esta sociedad no vale, hagamos otra’, es como
si una tubería de agua en una casa tiene problemas y mejor que arreglarlo
compramos otra casa, como no podemos tener una nueva nos quedamos con la vieja
y estropeada. Si un juez prevarica, o saca autos indignantes, si unos
directivos de Cajas se llevan la pasta gansa, si hay corrupción urbanística, si
unos polis sacuden salvajemente… cambiar la sociedad diariamente, atacar cada
una de estas acciones en su momento, sin esperar a cambiar el modelo global,
que nunca llega. Hemos perdido la facultad de buscar soluciones concretas a problemas
concretos, nos parece muy pequeño lo cotidiano y todo se dirime en el terreno
de los sueños, de la utopía, de las grandes proclamas, así buscan lo que llaman
salidas, que solo son frases fáciles políticamente correctas, evitando
discusión. Todos estamos de acuerdo en generar 3 o 4 millones de empleos que
dicen los programas, buscar en los nichos verdes, tecnológicos, etc. etc. pero
¿haciendo el qué?, ¿sacando el dinero para impulsar esas políticas, de donde?,
¿se acabaron las tormentas de la deuda?, lo sacamos de los ricos, la evasión,
los bancos, dirán todos, pero ninguno explicará cómo diablos se consigue con 8
diputados, o con 3 listas que sumen 12 congresistas.
Todo queda reducido al voluntarismo, al deseo, a la crítica a los otros que no
saben, o traicionan, o son débiles, nuestra responsabilidad directa que
tengamos poca fuerza no suele salir a la palestra. Se reduce la realidad y los
deseos a la mínima expresión y así sumamos batacazos porque no queremos sumar
realidades ya que una vez conseguidas no se valoran en el camino de los sueños;
salvo para pelear a la contra, para evitar que nos quiten aquello de lo que
nunca presumimos, porque como todos son iguales, lo conseguido no es nuestro,
no termina de estar claro como lo logramos.
Los izquierdistas son lobos para la izquierda, y siempre son mas rojos que
nadie, son los iluminados de la doctrina, o los más verdes o mas…no valorarán
la sociedad socialdemócrata, el Estado de bienestar, además dirán que la
democracia es mentira y tropecientos países del mundo son más demócratas y
tienen mejores condiciones sociales que nosotros y… ¿Cuantos países son esos, y
cuáles?, no se sabe (Cuba y Venezuela no por favor). Por descontado siempre
encuentran que en X tienen más medidas sociales y en Z más democracia. Bien,
quizás unos 10 países, de 200, de los que se conocen las grandes cifras
económicas que superan a este, pero…
Nadie recuerda que la democracia en todas partes es un sistema imperfecto que
refleja equilibrios de fuerzas que no resuelve todos los problemas aunque crea
un marco más adecuado para ello y que no es comparable a cualquier otro, porque
no suele oponerse otro. Salvo los países citados por ¿¿xxx?? en los que
encontraremos sistemas mejores, pero eso sí, restringidos para unos pocos, son
mejores para la persona que los propone, no para el resto, no resisten la
prueba de generalizar sus medidas pero con otros gobiernos diferentes, entonces
no servirán. Recordemos imperfecciones, existen monarquías más democráticas y
sociales que muchas repúblicas; en democracias tradicionales históricamente hay
menos libertades civiles que en España; hay una Cámara de Lores que nadie
elige; o centralismos jacobinos que en nada pueden compararse a libertades
territoriales españolas; o ‘modelos democráticos’ sin elecciones para
cambiar/elegir gobernantes que se eternizan; o etc.
3) La ciudadanía
muestra hartazgo de los dos grandes partidos. Miles de nuevos activistas se
incorporan a movimientos y movilizaciones, pero no consiguen unificar
propuestas, lo cual lleva a una dispersión de esfuerzos que visiblemente
repetirán los errores de antaño, múltiples listas, grupos y movilizaciones
sociales no encontrarán su reflejo correspondiente en el Parlamento, como
muestran los ejemplos que publico, sean de 1979 o recientes.
Muchas izquierdas tienen aversión por el poder
ejecutivo y legislativo, no tienen tan clara su utilidad como las derechas, así
que no utilizan a fondo los mecanismos electorales como forma de combate. Solo
con la lucha en la calle será imposible cambiar las cosas, será
imprescindible modificar las relaciones de poder parlamentario. La lucha
está en la calle, y en el Parlamento.
Nueva etapa. Ganadores y perdedores (25/01/2012)
Sabemos quienes ganaron las elecciones, la derecha española, ese conjunto de
fuerzas e individuos que la conforman; la derechona, fascistoides, los carcas,
el franquismo sociológico, euroescépticos, el dinero, la patronal,
españolistas, neoliberales, ultras religiosos de diferentes corrientes, la
Iglesia tradicional, neoconservadores, nacionalistas regionales de nuevo cuño,
etc.… y por supuesto también integran esas filas, conservadores, católicos,
centristas, gente de orden y miedo, parados, trabajadores precarizados,
rebotados de otros partidos, gente sin futuro, jóvenes de nuevas hornadas de
votantes (que en su mayoría votan PP) etc.
Políticamente todo lo anterior (y más) cabe en el voto azul al PP. Pero, al
otro lado ¿qué ha cabido para los perdedores? Quedaron los viejos recuerdos de
la fragmentación de taifas, lo de siempre, si yo subo 2 votos es un triunfo y
mayor si mis cercanos competidores pierden 1, a pesar de que mis
adversarios/enemigos hayan conseguido 20 más. El juicio de pérdidas y ganancias
se realiza sobre uno mismo mirándose el ombligo y no sobre el conjunto de la
sociedad, que parece importar menos que gane o pierda. Una pregunta tendríamos
que hacer desde la sociedad después de las elecciones ¿estamos con mayor
fuerza, socialmente hablando? ¿Podemos avanzar, mejor que antes? ¿Podremos
defender mejor nuestros derechos, seremos capaces de resistir los recortes
contra ellos mejor que antes?
El PSOE perdió lo suficiente como para quedar sin fuerza que oponer a la marea
azul, y ya veremos durante cuánto tiempo. Mientras tanto no parece que ocupen
el vacío creado otras fuerzas (rojas, verdes, progresistas) supuestamente
triunfadoras. A su izquierda parlamentaria, gran subida de IU, que no
conseguirá, ni remotamente, poner en aprietos las transformaciones derechistas
y mas allá fragmentos inconexos.
En las fuerzas extraparlamentarias, regreso a las cuevas miserables de siempre,
alejados de cualquier poder, (y los poderes son muchos y variados) vuelta a
esos espacios tan usados para jugar a la contra de todo, tan queridos por
tantos rojos, negros, verdes, malvas; grupillos, a veces de dos o tres,
actuando cada uno por su lado y desconectados unos de otros, todos ellos
iluminados con la posesión absoluta de la verdad y la identificación de todos
aquellos que no sean ellos mismos, como mierdas, vendidos, traidores, etc. A
partir de ahí solo queda estar contra todo si sale gratis, y mirar de lejos y
sin capacidad para impedir las enormes transformaciones que realizará la
derecha en nuestras vidas, queda la desesperación de no poder intervenir en
ninguno de los cambios que pasan ante nuestras narices, porque no hay fuerza
para ello, ni organización, no hay consensos ni alianzas suficientes sobre lo
que quiere cada individuo.
¿A dónde conduce la situación? Sin duda a la derrota durante lustros. A una
rebaja inmensa en las condiciones materiales de vida, acompañada de
modificaciones en todos los aspectos no materiales de nuestra existencia, una
regresión desde el punto que disfrutamos hoy que reflejan aspectos en
libertades civiles, laicismo, justicia, corrupción, comunicación, (prensa,
radio, tele) cultura, cine, teatro, pérdida de ayudas a sectores sociales
determinados (las del otro lado aumentarán), debilitamiento de ONG’s,
fundaciones progresistas, organizaciones culturales, políticas, asociaciones de
todo tipo…Todo lo no valorado entonces al considerar que ‘eran iguales’ y que
nadie logró explicar para diferenciar los modelos de sociedad.
La lucha política dentro del campo de progreso ha sido cainita, el derrumbe de
consensos entre las bases sociales de dichas fuerzas está ofreciendo, como
resultado, tirar por tierra muchos años de esfuerzos, discusiones y acuerdos,
avances arrancados penosamente pero materializados en la vida diaria de
jóvenes, mujeres, mayores, trabajadores, estudiantes, discapacitados…que irán
cayendo como carámbanos.
Qué pena, que desperdicio de esfuerzos por tantos rincones. Poder influir
socialmente implica ceder, siempre, siempre, y ceder es rebajar pretensiones,
iluminación, absolutismos. Es completamente absurdo pensar que el purismo de
cada persona logrará sumar, si así fuera no se explica cómo es posible que a lo
largo de la historia nunca lo hayan conseguido. O ceden y entonces podrán
sumar, o nunca influirán en más de cuatro. Crecer implica suavizar el mensaje,
dejar de depender de uno mismo, abrirse a los demás, supone la posibilidad de
que el mensaje cambie y de que se produzca una interpretación distinta del
mismo y la realidad. (Para que nadie cambie, me quedo yo solo, cuantos menos
seamos más pureza). Y esto vale para todos los grupitos de jóvenes movilizados
en barrios y pueblos.
No me gusta el adanismo que pretende empezar siempre desde cero despreciando
toda experiencia indirecta como si nunca se hubieran hecho cosas bien, aunque
pueda comprender que todo el mundo necesita tener experiencia directa, sigo
pensando que la experiencia indirecta e histórica debe tener un peso en la
formación de quien pretenda influir socialmente. En los pueblos y barrios a
raíz del 15-M, cuyo nombre engloba todo lo que mueve, diverso e incluso contradictorio
en todas partes, se están produciendo maravillosas reuniones, charlas,
asambleas de participación y debate, lo cual siempre estará bien, pero tiene el
peligro de quedarse en una vuelta atrás si al tiempo no se plantean soluciones
concretas a problemas concretos.