¿Qué dicen los expertos de las cualidades de un psicólogo?
¿Qué dicen los expertos de las cualidades de un psicólogo? ¿Por qué recurrir a psicólogos para tener una buena salud mental?
Si antes de nada, pudiéramos resumir las cualidades de todo buen psicólogo nos saldría, más o menos, una lista así:
- Seguridad.
- Empatía.
- Apertura mental.
- Introspección.
- Accesibilidad.
- Saber oír
- Ser un buen comunicador.
- Habilidades sociales.
Realmente, ya había tocado este tema desde otro ángulo, en otro artículo. En el momento en que me puse a meditar en el tema, me salieron un montón de peculiaridades mas.
Flexibilidad
Consultando en psicologos zaragoza llego a la conclusión de que los «pacientes que desean algo diferente» siempre hablan de la relevancia de la flexibilidad para el terapeuta. La flexibilidad implica asimismo cierto grado de humildad, de admitir que no se tienen siempre las respuestas adecuadas para todo, pero que se tiene la psique abierta lo bastante para proseguir aprendiendo y mejorando.
¿Qué dicen los expertos de las cualidades de un psicólogo?
Y es que ciertas personas afirman que para ser un buen psicólogo solo hace falta ser buena persona. Para ser un buen terapeuta asimismo hace falta saber, conocer los procesos de cambio de las personas y tener un mapa de la manera en que se forman y resuelven los inconvenientes humanos.
Tampoco hace falta hablar de orientaciones teóricas pues lo que sí señalan los estudios es que dos terapeutas especialistas de escuelas diferentes tienen más en común que un terapeuta inexperto y uno especialista de exactamente la misma escuela.
Elección vocacional y peculiaridades del psicólogo.
Muchas veces, las personas que deciden estudiar psicología lo hacen desde la curiosidad de acercarse a la conciencia humana, así como por una preocupación por su psique. Al hacer pruebas como el TAT y el Rorschach, los estudiosos sociales, psicólogos y antropólogos mostraron una mayor sencillez para expresarse por medio de las palabras y más interés en sus relaciones con otras personas.
También resulta evidenciada una conciencia social más desarrollada, en comparación con la gente dedicada a otras disciplinas como la biología o bien la física.
Coan
Aplicó el cuestionario llamado TOS a ochocientos sesenta y seis miembros de la Asociación Americana de Psicología con el propósito de examinar diferentes elementos de su historia y su personalidad.
Equiparó los resultados entre personas dedicadas a diferentes corrientes teóricas, observó las diferencias en las contestaciones entre hombres y mujeres y también identificó ciertas peculiaridades particulares entre la gente dedicada a la psicología y aquellos que se especializan en otras áreas.
Podemos afirmar que la tarea del psicólogo puede ser agobiante, estresante y, no siempre y en toda circunstancia es todo lo satisfactoria que se desearía. De ahí que en general se efectúan pruebas de actitud ya antes de entrar en la carrera, pruebas que valoran las potencialidades que el aspirante tiene en el plano de las relaciones humanas y del autocontrol.
Como es natural, el autocontrol sensible no implica que ciertos hechos no impacten en el psicólogo pues, al fin y a la postre, es una persona con emociones y un pasado. El psicólogo no solo debe sentir simpatía por la persona que tiene delante, debe ir un paso más allá y ponerse en su sitio para sentir lo que siente y meditar en cómo piensa.
Si el psicólogo no consigue ser empático, probablemente minimice el inconveniente motivo de consulta o bien puede que aplique técnicas inapropiadas.
Las personas confían en el psicólogo, con lo que frecuentemente le cuentan hechos que van contra el sistema de opiniones y valores del profesional. En esos casos, el psicólogo debe tener la suficiente apertura mental para entender por qué razón una persona se comporta de cierta forma y ha de ser suficientemente tolerante para admitir esas conductas.
Cuando el psicólogo no consigue admitir a quien tiene delante, mandará señales extraverbales de rechazo y, más tarde que temprano, estas van a ser detectadas por el paciente, que no se va a sentir cómodo y seguramente abandonará la terapia.
Hablando de la empatçía. se trata de una de las cualidades del psicólogo a la que menos se hace referencia y es una de las más esenciales. A través del proceso de introspección el psicólogo no solo consigue reequilibrar sus estados sensibles y entender sus impulsos y deseos sino que asimismo se aproxima todavía más al mundo de la psiquis.
A la inversa de lo que muchos piensan, los retrocesos de los pacientes asimismo afectan al psicólogo puesto que si bien este sabe que son parte del proceso, asimismo le llevan a cuestionarse el procedimiento empleado o bien aún sus capacidades para encarar el caso.
De ahí que, y por el hecho de que no siempre y en toda circunstancia es simple lidiar con ciertos comportamientos que pueden sacar de sus casillas a cualquiera, la paciencia es una cualidad esencial de la que todo psicólogo debe hacer gala.
El psicólogo debe inspirar confianza de forma que las personas se sientan cómodas contándoles sus inconvenientes que seguramente no se han decidido a desvelarle a absolutamente nadie.
Esta sensación de confianza se puede crear desde pequeños detalles, que van desde los movimientos anatómicos del terapeuta hasta la decoración de la consulta, mas la base es el sistema de valores del psicólogo.
La palabra es el primordial medio de trabajo del psicólogo mas las habilidades sociales no se limitan a esta. El psicólogo ha de ser, ante todo, un buen oyente, debe sostenerse atento al lenguaje anatómico de las personas para poder descifrarlo y debe transmitir mediante su gestualidad, mucha confianza y calma.
La Seguridad es una de las peculiaridades más esenciales que todo psicólogo debe tener. La Empatía es fundamental para que el psicólogo produzca proximidad y afinidad en frente de cualquier situación.
¿Cuales son las esperanzas que las personas tienen en el momento de ir al psicólogo y de qué forma son las terapias?
El tiempo no tiene valor si no lo empleamos en algo. No es tanto una cuestión de tiempo sino más bien de lo que hacemos en ese tiempo. La cuestión de la duración de una terapia es bastante difícil, viene muy determinada por el género de paciente y por la problemática que le acompaña.
Las primeras sesiones se prefieren semanales, progresivamente se van alejando en bisemanales, mensuales,… a fin de que haya tiempo de arrancar las herramientas y ver qué sucede. Otras veces se hacen asesoramientos puntuales que no demandan una continuidad en la intervención.
El psicólogo dota de herramientas al paciente que van a ser entrenadas mientras que dure la intervención para más tarde, realizarlas de forma más automática en su vida fuera de consulta.
Ciertas cualidades previamente mentadas, deben tener que ver con lo que es la persona y otras con lo que es ser profesional. El psicólogo no es amigo, no es colega pero si es preciso que haya un buen vínculo terapéutico que se establece en las primeras sesiones y se fortalece a la largo de exactamente las mismas.
Este vínculo debe ser de igual a igual, sin signos de superioridad por la parte del psicólogo ni del paciente, sino basado en la calidez, la confianza, el compromiso, la cooperación y la profesionalidad.