Revista Educación

¡Que el robot haga mi trabajo!

Por Siempreenmedio @Siempreblog
¡Que el robot haga mi trabajo!

La producción en cadena dejó sin trabajo a miles de artesanos en todo el mundo que no pudieron competir con el precio y la rapidez de entrega, aunque los productos en serie no estuvieran impregnados del mismo corazón. Con la llegada de robots que ya son capaces de ejercer de asistentes en un hotel, cajeros, profesores, camareros o guías de museo, surgen de nuevo las dudas sobre qué hacemos con las generaciones de aquellos que no hemos nacido escribiendo código. El que quiera un soplo de optimismo sobre este tema puede encontrarlo en Mundo Orwell. Manual de Supervivencia de un mundo hiperconectado, de Ángel Gómez de Ágreda, que aporta una solución para el mercado laboral: una renta básica universal + unos robots que hacen el trabajo "pesado" para que nosotros podamos dedicarnos a labores por vocación.

Tal como explica Gómez de Ágreda, con una renta básica podemos trabajar en lo que nos gusta y ser más flexibles a la hora de cambiar de puesto sin tener que angustiarnos por no llegar a fin de mes sin números rojos. Un robot se encargará de las tediosas acciones mecánicas que conlleva el desarrollo de la mayoría de trabajos, incluso de índole creativo (generación de informes, envío de datos, búsqueda de documentación, presentación de proyectos...), para que el ser humano se concentre (con el agua, la luz y el teléfono ya pagados) al desarrollo de su vocación o a investigar nuevas formas de evolución personal y laboral. De pronto, el trabajo podría estar más asociado a "una función social e integradora que productiva". Y yo, como soy utópica por vocación, abrazo a ese maravilloso robot que va a hacer mi trabajo mecánico para dejarme tiempo para crear más y mejor...

Próxima entrega de El Robot Filósofo: La noche de los electrodomésticos vivientes.


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