Pues ya tenemos elecciones para el 28 de abril. Tras una Semana Santa que será de mucha pasión y mucha penitencia. Vamos a la campaña mas tensa de la que vamos a tener memoria porque casi todos los partidos políticos han sufrido algún tipo de terremoto, agresión, pérdida o amenaza.
El PSOE no sale fuerte. Dice el refrán oriental: párate o camina, pero no te tambalees. Y Sánchez se ha tambaleado en casi todos los aspectos. Sánchez no tiene proyecto de país. Tiene proyecto personal de Presidente del Gobierno. Y eso te convierte en una veleta rehén del viento. Sólo se atrevió con la moción de censura porque Pablo Iglesias le convenció de la necesidad de salir del corrupto PP y le brindó el entendimiento con vascos y catalanes. Sólo se ha atrevido en cuestiones sociales por la presión de Podemos y un par de golpes encima de la mesa (la subida del salario mínimo a 900 euros sólo fue posible después de una ardua pelea de los morados con la Ministra de Economía). Sólo se ha atrevido a dialogar con los independentistas por la presión de la moción de censura y de los presupuestos. Luego, ha bastado un regaño de Felipe González, un ladrido de Alfonso Guerra y los aspavientos de un par de barones para que se desdijera, para que la figura inocua del relator se convirtiera en poco menos que en un liquidador de la soberanía nacional y para que vuelva a hacer de los nacionalistas catalanes los enemigos de España.
Sin embargo, el PSOE va a recoger los errores de Ciudadanos y el PP, echados al monte. Al tiempo que el PSOE va a golpear a los independentistas como si nunca hubieran hablado con ellos, va a ganar el voto "centrista" de los que huyan de la derecha desatada, de manera que ampliará ese espacio perdido y no competirá con Unidos Podemos, que podrá representar con tranquilidad el espacio de la izquierda. Queda en cualquier caso una duda: ¿le quedan conejos en la chistera a Iván Redondo? De momento, le ganan las redes en una legislatura que a Sánchez se le ha pasado volando.
Podemos ha sufrido el embate de Errejón justo en el momento en donde había emergido el mejor Iglesias, cuando se había logrado salir por la izquierda del gobierno de Rajoy y se estaban logrando los mejores presupuestos de que tenemos memoria. Errejon ha montado un nuevo partido y lo ha anunciado el día del quinto cumpleaños de la formación con la que se hizo Diputado y a la que no le contó sus planes. Tampoco la ha tratado como mandan las buenas maneras, y mientras se presenta por un partido diferente no renuncia a sus cargos en Podemos ni a su militancia y dice hoy, desde su nuevo partido, que apoya a Iglesias, contra el que ha montado una formación política, quedando demasiado obvio que su viraje no tiene detrás sino recolocarse tras el adelanto de las elecciones. El exceso de tacticismo no es bien recibido en las fuerzas progresistas.
No parece que la decisión del que fuera número dos de Podemos perjudique a la formación morada. Al revés, la libera de la pérdida de energía que suponía tener dentro a gente que estaba construyendo otro partido. Los malos modos de Errejón y la ingenuidad de pensar que la amabilidad de los medios se trasladaba sin más a la opinión de los votantes y militantes de Podemos le dejan en una posición de debilidad. Y tendrá que rendir cuentas por arrastrar en su aventurerismo al ayuntamiento de Madrid. Manuela Carmena -que ha sido muy ingrata con Podemos e Izquierda Unida, quienes le posibilitaron ser alcaldesa y la han cuidado estos años-, ha empezado a entender que la maniobra con Errejón le aleja de la alcaldía. Por eso sus palabras de disculpas con Julio Rodríguez. Pero quizá ya sea tarde. El enfado de una buena parte de los votantes, partidos y organizaciones que auparon hace cuatro años a Carmena a la alcaldía -y que han sido rechazados ahora por la alcaldesa- trastoca ese plan feliz solo sobre el papel. Los asesores hacen a menudo un triste papel. Carmena ha afirmado que si no gobierna se marcha, y como el proyecto es estrictamente personal ¿qué pasa con un proyecto personal cuando se marcha esa persona? Podemos ha empezado a recuperar la confianza en sí mismo y va a entender que mucha gente, en Madrid, en Andalucía, en Catalunya, en Murcia, Extremadura, Asturias, País Vasco, España, quiere votar Podemos. Podemos se la juega en la campaña, pero su apoyo en los dos últimos años a la huelga feminista, a los pensionistas, a los trabajadores precarios, a los taxistas, a las mareas blancas y verdes, a trabajadores de todo tipo y condición le sitúa en un buen punto de partida.
Los nacionalistas catalanes no van a poder explicar por qué han renunciado a unos presupuestos tan necesarios para las mayorías en Catalunya. No van a poder explicar por qué son más importantes las presiones imposibles que priman los intereses de los políticos a los de la gente. No van a poder explicar por qué confían que el "cuanto peor mejor" que traería un gobierno de la derecha y la extrema derecha es positivo para Catalunya y su soberanía. Y no van a poder explicar por qué la mejor suerte que les podría caber a los presos políticos catalanes con un gobierno salido de la moción de censura ha sido sustituido por la posibilidad de la mala fortuna de un gobierno en donde si no están los catalanes no van a poder defender con fuerza sus posiciones. Mandar a los pueblos y a las personas al martirio pensando que de ahí sin más va a salir una mayor conciencia es de una ingenuidad que será castigada en las urnas.
Y qué decir de la derecha: solo gana VOX. La foto de la verguenza de Albert Rivera con Abascal en Colón, a la que hay que añadir el gobierno conjunto de Ciudadanos con el PP y la extrema derecha en Andalucía disipa el presunto centrismo de la formación naranja. Por otor lado, la actitud vociferante, faltona, amenazante y reaccionaria de Casado en el PP, el tercero en la foto de Colón, aleja igualmente a la derecha sensata, que no quiere regresar a los tiempos de Alianza Popular y que sabe que se está dejando al PSOE todo el espacio del centro. T odo indica que el PP se hunde, que Ciudadanos sube y gira a la derecha vendiendo su alma al diablo (ya le han regañado socios europeos por su encamamiento con la extrema derecha en Andalucía) y que VOX regresa a la derecha española al concierto europeo trayendo a la extrema derecha al parlamento.
Nadie sale con una fuerza descomunal en una campaña que ha empezado esta misma mañana. De manera que vamos a tener campaña, campaña y campaña a todas horas.Y va a ser una campaña llena de ruido y furia. Habría que hablar con el Papa y pedirle que cambién las fechas religiosas este año para que celebremosprimero la Semana Santa y luego el carnaval. Y así el escenario de disfraces y requiebros pueda acompañar a la chirigota que se nos viene. Y que Dios nos pille confesados.