Revista Cultura y Ocio
En 1964 Nelson Mandela llegó a la penitenciaría de Robben Island, un antiguo lazareto situado en un islote frente a Ciudad del Cabo.
Allí pasó la mayor parte de sus 27 años de cautiverio, en una celda en la que, según explica en sus memorias, no podía tumbarse completamente estirado, porque no cabía: quienes le conocen, le describen a menudo un hombre alto y grande.
Según explican varios testimonios, durante este largo tiempo encarcelado, algo cambió en Mandela. Richard Stengel, editor de la revista Time y redactor de las memorias de Nelson Mandela (El largo camino hacia la libertad), afirma que la persona que salió de Robben Island era una persona más comedida, más reflexiva y menos impulsiva, lo que indudablemente le reforzaba como líder.
En sus años encarcelado, Nelson Mandela tenía un número: 46664.
46664 se ha convertido en el emblema del Mandela Day, un conjunto de actividades para fomentar la educación sobre personas con VIH/sida.
46664 bien puede convertirse, también, en un mantra del líder ubuntu, un número que recuerde la contención que debe tener el líder.