Posiblemente sea el maravedí la moneda más común en la península ibérica durante siglos. A mediados del siglo XIV se abandonó el uso cotidiano del maravedí como moneda física (de cobre). Sin embargo, se continuó empleando el maravedí como moneda de cuenta/referencia, para hacer las conversiones entre las diversas monedas en uso.Muchas han sido estas monedas en los diferentes reinos de la península ibérica: el maravedí, el doblón, la blanca, el sueldo y el denario (o dinero), creado a semejanza del dinar de los almohades en la España musulmana, el denario gros acuñado por Jaime I en Cataluña o el croat de Pedro III (que tenía una gran cruz en su reverso, de ahí lo de cara/cruz) son algunos ejemplos.La acuñación de moneda en Castilla comenzó durante el reinado de Alfonso VI, después de la conquista de Toledo (1085), siendo sus primeras piezas el denario y el óbolo de vellón, a semejanza de otros reinos españoles. Alfonso VIII de Castilla empezó a labrar el oro hacia el año 1172, y poco después lo hizo Fernando II de León en piezas de cobre llamadas maravedís o morabetís, con un peso aproximado de 4 gramos cada una.El maravedí era una moneda de cobre de curso legal en España que, con sucesivas acuñaciones, estuvo vigente desde los reyes católicos hasta la primera reforma en el sistema monetario de Isabel II (1474-1854).La peseta nació con el Decreto Figuerola , y el gobierno provisional de la Revolución de 1868 (acuñada por primera vez en Barcelona por orden del rey José I Bonaparte en 1808), como moneda nacional con un valor de cuatro reales (El real era una moneda de plata de 3,35 gramos que empezó a circular en Castilla en el siglo XIV y fue también base del sistema monetario español hasta mediados del siglo XIX, 1 real= 34 maravedíes en 1497).
Mark de Zabaleta