A medida que la fecha para que se produzca el brexit se acerca, cabe preguntarse en qué es el backstop del que tanto se habla y por qué es tan crucial para las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Un lector nos ha preguntado por esta cuestión a través del formulario de EOM explica.
El primer acuerdo acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea fue negociado bajo el Gobierno de Theresa May, e incluía una medida para resolver el conflicto de la frontera entre la República de Irlanda y el territorio británico de Irlanda del Norte. Esta frontera es especialmente conflictiva por las resonancias históricas que tiene: el grave enfrentamiento que se dio en la región entre 1968 y 1998 y que dejó miles de víctimas enfrentando a quienes defendían la permanencia en Reino Unido, unionistas, y los que eran partidarios de integrarse en la República de Irlanda, republicanos.
Para ampliar: “La estrategia contra el terror en Irlanda del Norte”, Esther Miranda en El Orden Mundial, 2016
Esta confrontación se resolvió en 1998 con la firma del Acuerdo de Viernes Santo o Acuerdo de Belfast. Al contrario de lo que suele pensarse, el Acuerdo de Viernes Santo no establecía explícitamente la necesidad de mantener la frontera entre las dos Irlandas abierta, si bien se ha entendido que ese aspecto forma una parte crucial del “espíritu” del acuerdo y, por tanto, deberá respetarse para que la cooperación transfronteriza por la que aboga el Acuerdo pueda cumplirse.
En virtud del Acuerdo de Viernes Santo, la frontera ha permanecido abierta entre dos países que además eran ambos miembros de la Unión Europea. Sin embargo, la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión ha obligado a vuelto a poner el foco en este rescoldo histórico, que se ha tornado fundamental para las negociaciones del brexit, no solo para la salida sino también la de la negociación futura: si el Reino Unido abandonara la Unión o terminara el periodo transitorio tras el divorcio sin haber llegado a un acuerdo se corre el riesgo de que volviera a levantarse la frontera en la isla de Irlanda y se rompiera la paz de Viernes Santo.
Con ese temor en mente, los negociadores británicos y europeos propusieron una etapa transitoria tras el divorcio para seguir negociando la relación futura, durante la cual el Reino Unido permanecería en la unión aduanera y el mercado único europeo. Si una vez finalizada esta no se había hallado un acuerdo para regular los puntos calientes del brexit, se establecería el backstop, una medida destinada a evitar el restablecimiento de una frontera entre las dos Irlandas, una garantía para evitar el conflicto que solo entraría en vigor en ese caso extremo.
El backstop (conocido en castellano como ‘salvaguarda irlandesa’) incluido en el acuerdo propuesto por Theresa May consistía en que, en caso de no haber alcanzado ningún acuerdo tras la etapa transitoria, todo el Reino Unido incluida Irlanda del Norte permanecería en las estructuras arancelarias y comerciales de la UE indefinidamente hasta que se acordara una solución. Esto quiere decir que no habría aranceles entre ambos territorios y los británicos seguirían rigiéndose por las medidas técnicas y sanitarias que tiene la Unión Europea, con lo que se evita una frontera en la isla de Irlanda. Dado que la República de Irlanda seguirá siendo Estado miembro de la Unión, se entiende que los negociadores de Bruselas hayan puesto tanto énfasis en esta cláusula, destinada en última instancia a proteger los intereses de Irlanda.
Sin embargo, el plan acordado entre la Comisión Europea y el Gobierno de Theresa May en noviembre de 2018 fue rechazado por el Parlamento británico hasta en tres ocasiones, primero en enero de 2019 y dos veces más en marzo del mismo año. Y una de las principales razones del rechazo parlamentario de este acuerdo fue precisamente el backstop: los diputados más radicalmente favorables a salir de la Unión criticaban que la salvaguarda irlandesa atraparía al Reino Unido en la UE de forma indefinida.
Ante los diversos problemas que presentaba este acuerdo y la dimisión de May en junio de 2019, su sucesor en el cargo de primer ministro, Boris Johnson, se vio con la difícil tarea de modificar el backstop para hacerlo más aceptable para el Parlamento británico. La propuesta de May se transformó de forma que solo Irlanda del Norte permaneciera en la unión aduanera, mientras que el resto del Reino Unido la abandonaría. La frontera “dura”, entonces, se situaría entre dos territorios del Reino Unido, estableciendo los controles e inspecciones entre las dos islas pero dejando abierta la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte.
La frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte ha sido uno de los mayores escollos en la negociación de los tratados de salida de la Unión Europea: además de las connotaciones políticas que tiene, el tránsito fronterizo de personas y mercancías es muy intenso.Esta segunda propuesta también recibió críticas, en particular por parte de los unionistas norilandeses del DUP, aliados de Johnson en el Parlamento británico, que rechazan que Irlanda del Norte reciba un trato distinto al resto del Reino Unido. Finalmente, Johnson logró en octubre de 2019 un nuevo acuerdo con la Unión Europea por el cual el Protocolo de Irlanda/Irlanda del Norte ha sido nuevamente modificado. En base a este acuerdo, ni Reino Unido en general ni Irlanda del Norte en particular permanecen oficialmente en la unión aduanera europea. Ahora bien, cuando se transporten bienes de Gran Bretaña a Irlanda del Norte con previsiones de ser comercializados a la República de Irlanda, sí deberán pagarse los impuestos europeos y esos productos productos deberán cumplir los estándares europeos. Así se consigue evitar la frontera entre las dos Irlandas; la aduana, por tanto, no se establecerá allí sino entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.
En resumidas cuentas, el backstop es la solución que la Unión Europea y el Gobierno británico han encontrado para evitar que se implementen controles en la frontera irlandesa a raíz del brexit y arriesgar así la paz en la isla de Irlanda. A grandes rasgos, se trata de un mecanismo que obligaría al Reino Unido permanecer en la unión aduanera e incluso en el mercado común europeo hasta lograr un acuerdo a largo plazo. Eso convierte a esta medida en una de las más polémicas de las negociadas para la salida del Reino Unido de la UE, y está por ver si llegará a aplicarse alguna vez dependiendo de cómo se consume el brexit.
Para ampliar: “La frontera de Irlanda, una cuestión clave del brexit”, El Orden Mundial, 2019
¿Qué es el <em>backstop</em> y qué importancia tiene para el <em>brexit</em>? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.