Estudiando hace unos días las muertes por asfixia, encontré entre los apuntes la mención del choking game, o juego del ahorcado, como ejemplo de asfíxia accidental. Como la curiosidad me puede, decidí curiosear por Internet a ver de qué trataba. Y lo que encontré, me alucinó...
Este juego, cada vez más frecuente entre niños y adolescentes, consiste en asfixiarse; lo más habitual es hacerlo con las manos del compañero de juego, para irse turnando, pero hay quien prefiere usar una barra, una almohada o, en caso de hacerlo solo, incluso una soga como la de la foto. La asfíxia se mantiene hasta que el ahogado queda inconsciente, para retirar después la opresión de forma gradual.
La gracia del juego está en la falta de oxígeno al cerebro, que puede producir alucinaciones y, sobre todo, en el "subidón" que se siente después a medida que el cerebro se reoxigena. Vamos, una forma de colocarse sin recurrir a las drogas.
Sobra decir que en los países donde más se practica (USA, Reino Unido) ha habido ya numerosas muertes consecuencia del juego, además de lesiones permanentes. Y es que, no lo olvidemos, se trata de niños... y no saben cuándo parar o si el voluntario tiene algún tipo de alteración cardíaca, respiratoria o nerviosa que no le permita tolerar como otro la asfíxia.
Precisamente para evitar este aumento en los fallecimiento, se han creado numerosas plataformas para educar y evitar que se siga practicando este juego. Una de esas plataformas, GASP, tiene una página web muy educativa donde, si sois profesores, pediatras, etc. podéis encontrar también material divulgativo.
A veces me pregunto de dónde salen estas formas de diversión...