¿Qué es el Coaching con Caballos?

En un momento en el que el Coaching aún representa un concepto un tanto desconocido, hablar de Coaching con Caballos también supone un reto. Así pues, lo mejor que puedo hacer es recordarte qué es exactamente el Coaching.

En concreto, para mí, el Coaching es el arte de acompañar a las personas en el camino en el que definen qué quieren conseguir y en el que gestionan las acciones o los cambios que van a ser necesarios para lograr la meta que se han marcado. Esta metodología se lleva a cabo de forma no directiva y mediante la conversación, lo que supone que el cliente es el responsable de encontrar sus propias respuestas y soluciones (pues el Coach no las da, únicamente hace de espejo) partiendo de su situación actual hasta su situación deseada (no se recurre al análisis del pasado si no es para recuperar recursos que puedan ser de utilidad).

¿Y qué pintan los caballos en todo esto?

Los caballos son animales tranquilos y muy receptivos, con una gran sensibilidad y una tolerancia mínima a la incoherencia y a las máscaras que nos ponemos los humanos. El mero contacto con los mismos es terapéutico, tal y como explico en el artículo sobre Inteligencia Emocional y caballos.

Puesto que son animales gregarios buscan permanecer en manada, con los suyos, para lograr la seguridad por la que el líder del grupo siempre va a velar; y es que son animales totalmente emocionales y no racionales, con lo que se mueven por su instinto de conservación. Esta característica es muy importante para entender el sistema de jerarquías en el que viven, para garantizar su bienestar y en el desarrollo de su relación con las personas.

Entonces, ¿qué es el Coaching Asistido con Caballos?

El Coaching que se realiza en compañía de caballos sigue siendo una metodología para el crecimiento personal, el autoconocimiento, la gestión del cambio y la consecución de objetivos que también utiliza la conversación mediante preguntas socráticas pero en la que se incluyen más variables.

Las sesiones siempre se llevan a cabo al aire libre y existe una interacción total con los caballos y con el entorno, en plena naturaleza. Asimismo, en la sesión ya no se encuentra solo el Coach con el cliente (coachee) sino que el equipo se amplía para dejar lugar a unos compañeros excepcionales: los caballos. De esta forma, la sesión deja de centrarse en una conversación de tú a tú para convertirse en una actividad experiencial (siempre pie a tierra, sin montar) que el cliente lleva a cabo con el caballo, la cual se procesa de forma conjunta para que dicha experiencia quede grabada en la memoria emocional de la persona y se sume como un recurso más de su caja de herramientas.

Aunque el método que aprendí al formarme partía en gran medida de las actividades a las que hago referencia (circuitos, retos y otras dinámicas), después de muchas horas con los caballos he aprendido a dejarles elegir de qué forma quieren colaborar en el aprendizaje del cliente. Así pues, es posible iniciar con una convivencia en manada o una representación sistémica con los caballos (como si se tratara de una constelación), seguir con ejercicios de doma natural (aprender a entender y manejar al caballo me ha aportado lecciones vitales aplicables al día a día), terminando con cualquier actividad o circuito…

A diferencia del Coaching tradicional, el Coaching Asistido con Caballos “no entiende de normas ni de método” mientras los maestros equinos formen parte de lo que está sucediendo, en beneficio del cliente. La naturaleza es una de aquellas cosas que no podemos controlar y en este tipo de sesiones hay lugar para todo, dejando las puertas abiertas de par en par a la intuición, la flexibilidad, la creatividad, las energías y el deseo de los caballos.

¿En qué puede beneficiarme el Coaching Asistido con Caballos?

Como ya mencionaba el psiquiatra y psicólogo Carl Gustav Jung en su obra, el caballo es la expresión del lado mágico que hay en el hombre y simboliza la fuerza y la vulnerabilidad al mismo tiempo. Y creo que, precisamente por ello, tienen mucho que enseñarnos y puede ser una experiencia de gran aprendizaje si te interesa mejorar alguna de las siguientes cuestiones:

• El caballo únicamente ve nuestra esencia de modo que nos ayuda a despojarnos de la coraza o la máscara que llevamos puesta para trabajar la conexión con nuestra verdadera esencia, potenciando la autenticidad.
• La ausencia de juicio en el caballo hace que su única exigencia sea la claridad; así pues, ello nos pone a prueba y entrena la capacidad de expresarnos física, verbal y energéticamente de forma unánime y concisa.
• Mejora la confianza en uno mismo y las capacidades propias por la fortaleza y la libertad que transmite el caballo, así como la satisfacción que se siente al lograr una relación verdadera con el mismo.
• Ya que el caballo responde favorablemente a nuestro equilibrio emocional es un buen maestro para nuestra inteligencia emocional: gestión de habilidades y competencias emocionales y sociales, desarrollo o control de la empatía, etc.
• Es una herramienta indispensable para trabajar de forma sencilla e impactante el autoliderazgo y el liderazgo. El caballo no acepta al hombre como un líder y pone a prueba su autoridad si éste no le respeta o si no se muestra coherente, tranquilo, confiable, justo…
• Los caballos se relacionan con nosotros cuando somos humildes y sinceros, cuando estamos dispuestos a sacar lo mejor mejor que llevamos dentro.
• Colabora en la toma de conciencia a nivel interno y externo.
• Mejora la comunicación a nivel no verbal.
• Aumenta la cohesión en grupos, equipos y parejas.
• Permite romper con la rutina y salir de la zona de confort haciendo algo totalmente diferente, en un entorno que no suele ser el nuestro y frente a unos maestros muy especiales.

Google+

Raquel Cabalga